sábado

Otras voces (1): Ayer recibí un correo de una muy querida amiga en el que me agradecía que hubiera colgado en el blog imagenes de los buenos (se refería a las fotos de los últimos asesinados por ETA), y hacía una más que interesante reflexión sobre el incuestionable protagonismo de los malos en los medios de comunicación (...)

No me ha hecho falta pensar mucho para darme cuenta de que mi amiga tiene toda la razón, y siguiendo su sabio consejo he decidido dar más protagonismo a los buenos en mi blog, empezando por ella misma, aunque no sea con su imagen, sino con su voz:


Imágenes de los buenos

23 de marzo de 2006


Querido Paco,


Como siempre que leo tu blog, me siento orgullosa de tenerte como amigo. Lo que más me ha emocionado es que inicies tu último escrito con las imágenes de dos de los héroes anónimos (aunque gracias a ti un poco menos) de esta historia de terror, para dar a la balanza de la justicia su peso justo, su peso justo en imágenes. Esas imágenes pesan infinitamente más que las de esos otros que ocultan sus caras duras. Ayer acabé hastiada de ver la imagen de los psicópatas encapuchados y me fui a la cama con el inquietante sentimiento de vivir unos momentos de sumisión nacional ante las palabras flacas (en su sentido simbólico), pero imperativas, de esos que dicen que van a parar de matar con condiciones. Es repugnante, y desde hace mucho tiempo creo que una de las cosas más aniquiladoras para esos sería no darles tanta cobertura en los medios cuando nos dan noticias. Por eso les llamo esos, no quiero ni nombrarlos. La importancia que se dio ayer al nombre de su panda y a sus gestos me pareció un bailarles el agua, pues seguro que les encanta que todo un país, o mejor (ayer) que todo un planeta, hable de ellos bien, mal o regular. Los pobres desgraciados dependen de tener a los demás en vilo para dar razón a sus vidas, encontrando en la aniquilación de las vidas ajenas su nirvana. Para mí tú eres una de las pocas voces autorizadas que hay para hablar de estos tipos, porque estás viéndoles y oyéndoles respirar de cerca, donde deben estar, ante la justicia. Yo no les veo ni les oigo tan de cerca, pero mi corazón me dice, desde el sentimiento y desde las entrañas a las que pertenece este corazón, que unos encapuchados asesinos y soberbios no pueden saber lo que es la palabra verdadera, el compromiso, ni la compasión, ni la libertad, ni la tranquilidad. Seguro que están tan mal por sus pesadillas, por no poder dormir bien, ni soñar, ni poder ser felices sin el dolor ajeno y sin la exigencia continua.

Por eso ayer no sentí ni un ápice de alegría al conocer la noticia, y de esperanza, pues bueno, todo ser humano está atravesado por la esperanza para seguir en la tarea que es vivir, con lo cual, no es este un sentimiento que nace al oír a esos decir. Así que sí, esperanza, pero no por lo que esos digan, sino porque es una compañera de viaje. Más que esperanza nos haría falta hablar y oír hablar de dignidad y respeto por la ley de todos los hombres, los vivos y los sacrificados, ley ante la cual los asesinos no tienen ninguna autoridad ni palabra válida y no merecen tanto protagonismo en los hogares de la gente de bien, como ayer tuvieron en televisión. En la puesta en escena del comunicado había como siempre en sus puestas en escena algo siniestro pregnante donde era fácil quedarse pegado, pringósamente pegado, pero no sólo en la puesta en escena visual, sino también en el toniquete autoritario que pervertía el sentido de las palabras que pronunciaba esa tipa. He echado un vistazo al blog de Elías y hace algún comentario al respecto del tono, que califica de macarrilla matón, de manera algo dulcificada, aunque lo matiza subrayando algunas de las frasecitas que tanto se debieron currar los asesinos para salir en todas las televisiones del planeta, en las que por cierto, todavía en algunos casos se resisten a llamarles terroristas asesinos, denominándoles grupo separatista, y eso sí que es dulcificar y aligerar su calaña.


En fin, que dios nos pille confesaos, y que el optimismo que nos acompaña a muchos, de la mano de la esperanza, también compañero de viaje como ella, nos alimente las fuerzas para seguir dando cobertura a los buenos, dando el protagonismo a los héroes y no a los villanos, catetos, de miras cortas, rostros tapados y tonos soberbios que sólo saben sobornar y amedrentar, incluso cuando parece que están soltando el gatillo, su compañero de viaje.

Un beso Paco


L.


No he querido alterar ni en una coma lo que dice esta amiga, así que perdonad la inmodestia de publicar en mi propio blog los elogios que me dirige y entendedlos en el contexto de una larga y entrañable amistad. Lo mismo digo de esta otra carta de otra gran amiga:

Gracias

23 de marzo de 2006

¡Hola, Paco!:

Acabo de darme una vuelta por el blog.
Me alegro de que expreses con tanta lucidez lo que me ronda por la cabeza -y por el corazón, para qué negarlo- desde que me enteré del notición. Me sentía bastante culpable y confusa por no estar contenta... por no compartir la esperanza que envuelve el ambiente... Pensaba, como siempre, que es porque no me entero...

Ojalá nos equivoquemos, sí... Nunca un error de apreciación me daría tanta felicidad. Tiempo al tiempo.

Un abrazo,

R.

Por cierto, que si aparte de reproducir las palabras de L. y R. hubiera colgado alguna foto suya, estoy seguro de que empezaría de inmediato a recibir mensajes de mis lectores varones pidiéndome el número de teléfono de las dos, y no lo digo por devolverles sus amabilidades conmigo, sino porque en ambos casos se cumple eso de que la cara es el espejo del alma.

Para los que se queden con ganas de leer más os incluyo el enlace a este texto del blog de mi amigo Elías que
L. cita en su carta. Su artículo está muy bien, y los comentarios que le siguen lo complementan estupendamente, formando juntos una nueva página ejemplar de ese magnífico blog.

Y ya por último, y cambiando radicalmente de tercio, otras palabras, esta vez de un individuo que representa todo lo contario de lo que admiro en mis amigos. Estoy hablando del sacerdote irlandés Alec Reid, ese mamporrero con alzacuellos del mundo aberzale, que en una entrevista concedida el mismo jueves dice lo siguiente:

...De entrada, Reid se declara "sorprendido". A pesar de haber sabido que ETA iba a anunciar su tregua en cualquier momento, pensaba que eso no iba a ocurrir ayer, porque creía "que las distintas partes estaban todavía intentando llegar a un acuerdo sobre la mesa negociadora, por ejemplo, en lo que concierne a los presos. El hecho de que se haya anunciado la tregua hoy quiere decir que han alcanzado ese acuerdo y, por lo tanto, estoy todavía más encantado"....

O sea, lo que tantos sospechamos desde que se supo la noticia. A pesar de que me repugna este personaje, no puedo dejar de incluir un enlace a la entrevista completa, para que leáis por vosotros mismos cómo este adalid del diálogo es capaz de acusar al PP de fascista por no respetar los derechos de los demás, al tiempo que no escatima elogios (de un adulador realmente sonrojante) hacia ETA, Batasuna y el mundo nacionalista en general, que como es bien sabido son famosos, sobre todo ETA, por su escrupuloso respeto a los derechos ajenos. ¡Cómo está el clero!



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jueves












Copipastillas (12):
Es posible que a muchos les haya sorprendido que ayer, en lugar de alegrarme por lo que la mayoría considera una magnífica noticia, yo me mostrara receloso y que incluso utilizara un lenguaje malsonante inhabitual en mí. Si a alguno de vosotros he ofendido diciendo la palabra "cabrones" que me disculpe, pero es que si hay algo que no soporto es que me perdonen la vida (...)


Estoy seguro de que si la noticia de ayer hubiera sido que ETA se había cobrado su victima 852 (se dice pronto), los asesinos hubieran recibido una lluvia de insultos a la que yo, sin embargo, no me hubiera sumado porque... ¿para qué? Detesto las lapidaciones públicas, los concursos de improperios, y en general todo lo que sea ocultarse en la masa para descargar anónimamente la propia ira, por muy justificada que esté. Dicen que la única regla valida sobre el uso de las palabrotas es saber usarlas en el momento adecuado, y para mí ayer era el momento preciso para dejar claro qué tipo de calificativos merecen estos angelitos, no vaya a ser que a alguno con la euforia del momento se le olvide.

¿Soy muy desconfiado al temer que ya hayamos hecho algo para que nos perdonen la vida? No soy el único:

...A nadie con un mínimo conocimiento de los procesos de resolución de conflictos en el ámbito internacional y con un rigor básico a la hora de abordar estas cuestiones se le escapa que cuando una organización armada toma una decisión de tal trascendencia es porque es de suponer que ha habido un intenso trabajo de trastienda, labor que implicará y comprometerá a otros actores claves del proceso abierto...

La cita es de Gara (esta vez me ahorro el enlace), así que lo que en mí es temor a que ya se haya cedido en algo, en ellos es confianza, o tal vez conocimiento, de que ha sido así o va a serlo. En otro artículo en el que los voceros de ETA recogen las reacciones del presidente del gobierno, utilizan el siguiente titular:

ALTO EL FUEGO DE ETA: REACCIONES DE MADRID Y PARIS Zapatero:«La legalidad debe dar empuje definitivo al fin de la violencia»

No sé qué demonios quiso decir el presidente con eso, pero sí sé cómo lo ha interpretado el mundo aberzale. Y por cierto, que el esperado comunicado de hoy de ETA no dice nada que no dijera el de ayer. Supongo que el equipo hermenéutico habitual encontrará algún sentido a esto de repetir lo mismo en varias entregas, pero a mí me parece que esos mensaje se diferencian entre sí tanto como las sucesivas secuelas de Viernes 13.

Como no quiero utilizar esta entrada sólo para recoger lo que dice etasuna, os traigo aquí lo que dice el punto segundo del famoso pacto antiterrorista:

2. La violencia es moralmente aborrecible y radicalmente incompatible con el ejercicio de la acción política democrática. Quienes la practican, quienes atentan contra la vida de aquellos que no piensan como ellos sólo merecen la condena y el desprecio de los partidos políticos democráticos y del conjunto de la sociedad. No existe ningún objetivo político que pueda reclamarse legítimamente en democracia mediante coacciones o asesinatos. El único déficit democrático que sufre la sociedad vasca, el verdadero conflicto, es que aquellos que no creen en la democracia ejercen la violencia terrorista para imponer sus objetivos a la mayoría. Por ello, el PP y el PSOE nos comprometemos a trabajar para que desaparezca cualquier intento de legitimación política directa o indirecta, de la violencia. Por eso, también, afirmamos públicamente que de la violencia terrorista no se extraerá, en ningún caso, ventaja o rédito político alguno.

Os recomiendo encarecidamente que leáis completo este documento, imprescindible a día de hoy, aunque ignorado a todos los efectos desde hace tiempo tanto por el PP como por el PSOE, y que para mí es lo mejor que han hecho nunca ambos partidos políticos, tanto por separado como, no digamos ya, juntos. A quienes no lo hayáis leído nunca os va a sorprender que se puedan firmar acuerdos como éste y luego actuar como se está actuando, y no sólo me refiero al gobierno.

Ojalá yo sea un mal pensado, ojalá ETA haya dejado de matar por nada, ojalá nadie haya hecho o vaya a hacer concesión alguna a los asesinos, ojalá lo de ayer sea una noticia tan importante como la mayoría cree y tan positiva como todos deseamos. Me siento un poco como el personaje que interpretaba Bruce Willis en 12 Monos, cuando ya casi al final de la película consideraba como una hipótesis feliz la posibilidad de estar realmente loco, porque eso querría decir que el apocalipsis que él creía cercano solo existía en su imaginación. Pero al final, desgraciadamente incluso para él, nadie está loco aunque sí bastante ciego.

Aún así lo diré una vez más: ojalá Bonifacio Martín Hernando y Julián Embid Luna, victimas mortales 850 y 851 de ETA y cuya fotografía encabeza este texto, pasen a la historia como los últimos en caer a manos del terrorismo separatista vasco. Y ojalá su muerte no haya sido en vano.


PS. Acabo de encontrarme con esta frase de Carod Rovira en un artículo publicado hoy en el Periódico de Cataluña:

...ETA sabe que el anuncio de paz es la bomba más importante, útil y efectiva para la causa nacional vasca que jamás haya puesto...

Me voy a ahorrar el comentario porque si no este blog va a pasar definitivamente a ser sólo para adultos.


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miércoles

Muchas gracias por dejar de matarnos, no sé si nos merecemos tanta generosidad.

Rectificación: He publicado el anterior mensaje nada más conocer la noticia pero ahora, después de reflexionar, me veo obligado ha corregirlo para dejarlo finalmente así:


Muchas gracias por dejar de matarnos, cabrones, miedo me da pensar qué hemos hecho para merecer tanta generosidad.


Y otra cosa: no tengo ni idea de lo que va a pasar a partir de ahora, pero de una cosa estoy seguro, y es de que desde ya mismo vamos a escuchar a quienes no han movido ni un dedo para acabar con ETA afirmar que ellos siempre han estado en primera línea de la lucha contra el terrorismo.


O sea, lo de siempre: que a aquí todo el mundo corrió delante de los grises.

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Copipastillas (11): Llevo meses buscando una excusa para poner un enlace a la página de Manuel Molares do Val, y por fin la he encontrado: definitivamente el suyo es el mejor blog periodístico que conozco (...)

Hace falta ser tonto para no darse cuenta antes de que no necesitaba ninguna ocasión especial para invitaros a leer a un periodista que con su independencia, su sentido de la oportunidad, y su lucidez honra a su profesión. Para muestra un botón de uno de sus últimos artículos:


Botellón parlamentario

Mire, Seño, le diré la verdad: tanto Edu como las niñas de clase se portaron como si hubieran rivalizado bebiendo en los concursos de macrobotellones. Y con delegados de curso así no vamos a ninguna parte, Seño.


Todo empezó cuando recitaba su lección Eduardito Zaplana, que tiene labia, pero muy desparramada. Es un provocador que se cree gracioso. Siempre lo suspenden porque por hacer un chiste malo deja el tema del examen y se va por los cerros de Úbeda...



Podéis leer éste y otros muchísimos artículos más, todos magníficos, en su blog: Crónicas bárbaras.


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lunes

El imperio (de la Ley) contraataca

20 de marzo de 2006

Saludos a todos

Allá por mediados de enero escribí una carta titulada El primer punto de giro en la que decía que el proceso 18/98 estaba, por aquel entonces, en el crítico momento de culminar su primer acto e iniciar el segundo, y creo que no andaba muy desencaminado al afirmar tal cosa (..) Es verdad que ese punto de giro ha sido el más largo de la historia, o si se prefiere, que entre el primer y el segundo acto ha habido un intermedio tan dilatado que los espectadores no sólo han tenido tiempo de tomar un refrigerio, sino que han estado a punto de olvidar de qué iba la película (más o menos lo mismo que sucede con la interminables interrupciones publicitarias con que nos obsequia la televisión generalista).

Pero desde hace un par de semanas el macrojuicio de la Casa de Campo está de nuevo en marcha y avanza, al menos en mi opinión, con un impulso renovado, con un ritmo desconocido hasta ahora, y con todos los actores conscientes de que la situación ya no es la misma que hace dos meses. En la sala estos días ninguno nos preguntamos ya si el juicio va a seguir o no, sino cómo va a hacerlo, y aunque no es en absoluto descartable que las defensas vuelvan a intentar suspender el proceso (de hecho lo intentan todos los días), van a tener que utilizar otra cosa que sus habituales triquiñuelas para lograr algo más que las breves interrupciones a las que ya estamos acostumbrados.

No obstante lo que más contribuye a crear esa sensación general de "nuevo escenario" no es lo que está sucediendo en las dependencias de la Casa de Campo, sino lo que está pasando fuera. Desde hace un par de semanas, coincidiendo tal vez casualmente con la reanudación del 18/98, no hay día en el que la ofensiva judicial contra ETA/Batasuna no ocupe las portadas de los periódicos. Y he de decir que las noticias que llegan, más que buenas, me parecen realmente magníficas, casi insólitas porque, reconozcámoslo, el que en este país se lleve el cumplimiento de la ley hasta sus últimas consecuencias es algo que no sucede todos los días. Podríamos llenar varías páginas con ejemplos en los que la ley y la justicia no han llegado tan lejos como debieran, y serían ejemplos que irían desde la financiación de los partidos políticos (todos) a los crímenes de estado, desde la intromisión en la intimidad de las personas a los delitos medioambientales, de la vulneración de normativas sobre televisión y publicidad al caso Farruquito... Y sobre el incumplimiento de la ley en casos relacionados con el terrorismo mejor ni hablamos (baste con citar, por ejemplo, el tema de Atutxa y el grupo parlamentario de Batasuna). La verdad es que bien pensado es un milagro que en España algunos aún tengamos fe en la justicia.

Y sin embargo resulta que ahora, precisamente en el tema del terrorismo, hay unos jueces -sin duda unos insensatos-, que pretenden que la ley se cumpla a rajatabla. Estos fundamentalistas del derecho dicen cosas como que una organización ilegal no puede organizar asambleas ni huelgas, o que quien está en libertad bajo fianza -por pertenencia o colaboración con banda armada nada menos-, acabará en la cárcel si incumple las muy razonables condiciones que los tribunales le impusieron para seguir en la calle. Tal es la firmeza de estos jueces que parecen haber convencido incluso a algunos sectores políticos, que en apenas dos meses han pasado de decir que la ley de partidos es muy restrictiva a afirmar que dicha ley ha contribuido de manera muy importante a acabar con la impunidad. Este aparente golpe de timón en el PSOE/PSE tal vez sería un motivo de esperanza para mí si pensara que los dirigentes de ese partido, hoy por hoy, creen realmente en lo que dicen, en vez de decir lo que calculan que les beneficia a corto plazo. Pero es que no tengo ninguna duda de que esta última rectificación de los mandamases socialistas es una reacción a la presión popular de las últimas semanas... Ahora que lo digo, a lo mejor bien mirado sí que hay motivos para la esperanza, ya que el clamor de los ciudadanos en la calle, en la prensa y en la red, parece estar surtiendo algún efecto. Voy a haceros una confesión al respecto: yo, que he manifestado creer en la justicia, en la democracia, o en cosas tan inverosímiles como la posibilidad de la redención, he apostatado hace tiempo de mi fe en los partidos políticos actuales. Con todas las excepciones y matices que se quieran, me parece que los políticos que tenemos hoy en día, unos por postmodernos, otros por premodernos, y la mayoría simplemente por cínicos, no creen en nada, y yo de la gente que no cree en nada no me fío un pelo, porque normalmente sí que creen en algo, que es en su propio beneficio o, como mucho, en el de su tribu.

El caso es que, sea como sea, algunos jueces (y no sólo de la Audiencia Nacional, también del Tribunal Supremo) parece que intentan hacerse los originales dictando resoluciones para que la ley, toda le ley, se cumpla. Y en este país eso escandaliza a muchos, porque ya sea por falta de tradición democrática, por nuestra inclinación a la picaresca, o porque realmente aún estemos sin civilizar, aquí nunca hemos acabado de creernos eso de que vivíamos en un estado de derecho en el que las leyes, todas las leyes y sin excepciones para nadie, están para cumplirse. Y si esos jueces insisten y nadie lo remedia podemos encontrarnos en un futuro con un panorama espeluznante en el que podrían suceder, incluso simultáneamente, las siguientes cosas:

- Que los dirigentes de batasuna, una organización considerada internacionalmente como terrorista, acaben en la cárcel.

- Que en el proceso 18/98 y otros similares se demuestre que los imputados actuaban de manera coordinada con ETA y también acaben en la cárcel.

- Que los condenados por terrorismo dejen de acogerse fraudulentamente a beneficios penitenciarios y reducciones de pena y cumplan efectivamente sus condenas, llegando en no pocos casos a pasar casi treinta años en la cárcel.

- Que los condenados por terrorismo paguen las indemnizaciones a las víctimas que en su día se les impusieron.

- Que se impidan los homenajes públicos a los asesinos y los actos de exaltación del terrorismo.

- Que se persiga judicialmente a quienes presenten denuncias falsas por tortura.

- Que se ilegalice cualquier organización política que pretenda suceder a la ilegalizada Batasuna.

- Que se impida a organizaciones ilegales convocar mítines, huelgas, ruedas de prensa, etc.

- Que se sancione a quienes desde cargos públicos incumplan resoluciones judiciales de obligado cumplimiento.


Seguro que se me olvidan muchas cosas, pero creo que es suficiente. La perspectiva de un país con los asesinos y sus cómplices entre rejas pone los pelos de punta. ¿Cómo podremos sobrevivir sin un partido que sea la prolongación de una organización criminal? La democracia les necesita, como necesita a quienes niegan el holocausto, a quienes animan y enseñan a maltratar a las mujeres, o a quienes abogan por el fuego purificador para limpiar nuestras calles de inmigrantes tercermundistas, mendigos indeseables, o desviados sexuales. Una democracia avanzada no puede pedir a un grupo significativo de ciudadanos que defiendan sus ideas contrarias al sistema únicamente por medios pacíficos (caso de Aralar, organización que, hasta donde yo sé, nunca nadie ha pedido ilegalizar), sino que debe mostrarse amable, comprensiva y tolerante con todos, incluso con quienes se niegan a aceptar unas mínimas reglas de convivencia. Eso de que el estado posee el monopolio de la violencia es cosa del pasado, en las democracias avanzadas hay que liberalizar también ese monopolio...

Bueno, voy a dejar de escribir disparates porque me estoy poniendo malo. Creo que me sentiré mejor si abandono la ironía y digo lo que realmente pienso. La Ley, como decía el clásico, es dura, pero es Ley. Por eso me gusta la expresión "El imperio de la Ley", porque tiene un punto de aspereza, de inflexibilidad, que me parece muy adecuado. Los anglosajones utilizan la expresión "The rule of Law", algo así como "El gobierno de la Ley", que aunque viene a significar más o menos lo mismo, cuenta con la ventaja de evitar las connotaciones negativas de la palabra "imperio", aunque por la misma razón pierde algo de la fuerza que tiene la expresión española. Probad a sustituir El imperio de los sentidos por El gobierno de los sentidos y entenderéis a qué me refiero. Lo que está claro es que en ambos casos, tanto en la forma española como en la anglosajona, lo que se dice es que es la Ley la que gobierna, la que rige (interesante palabra también esa de "regir"), por encima de cualquier gobernante, incluso de cualquier emperador (cfr: Hero, de Zhang Yimou).

El diálogo y la negociación, incluso el talante, están muy bien para la elaboración de las leyes, así, con minúscula, pero están de más cuando hablamos de la Ley con mayúscula, por más que en un estado de derecho la Ley sólo pueda regir gracias al concurso de muchas, muchísimas leyes, pactadas por los ciudadanos a través de sus representantes. Se equivocan sin embargo quienes piensan que por tanto esa Ley, en un sistema democrático, no es más que la suma de diferentes acuerdos entre los ciudadanos, y por tanto es tan modificable como cualquier ley. Precisamente en una democracia, más que en ningún otro sistema de gobierno, ninguna ley, por muy consensuada que esté, puede ir en contra de los principios fundamentales que defiende la Ley: libertad, igualdad, dignidad, justicia, respeto a la minorías, etc.

Hoy parece que esto no está tan claro, que según quién, cómo y dónde, puede acturar contra los derechos humanos con el beneplacito de demócratas de toda la vida, y que lo que yo digo es cosa de fundamentalistas democráticos, de intransigentes, de etnocentrístas, o qué se yo, y en nombre de lo políticamente correcto se quiere sustituir la tradicional figura que representa a la Ley por otra que no lleve una venda en los ojos, que sonría amigablemente, y que en sus manos sólo sostenga una balanza. Pues no, esa puede ser la alegoría del comercio si se quiere, pero la Ley, si queremos que alguien se la tome en serio, tiene que ser ciega, no sonreír, y sostener en sus manos -aparte de una balanza- una espada, y bien grande. La Justicia y la Ley son mitos, en el mejor sentido de la palabra, y los mitos no son amables representaciones de la vida cotidiana. Lo malo es que últimamente hemos decidido que los occidentales no necesitamos mitos, que lo que hay que hacer es deconstruir y desmitificar todo, y no nos damos cuenta de que al hacerlo nos estamos cargando, entre otras cosas, la Ley y la Justicia, y solo nos quedará una ley y una justicia en las que será muy difícil creer porque serán infinitamente modificables según criterios de oportunidad, como sucede ahora.

Yo, que en mi vida cotidiana soy tan gris como cualquiera, necesito y busco donde puedo mis propios mitos, mitos sólidos y poderosos, a menudo incluso violentos, que no me sirven para identificarme con ellos como me identifico con la imagen que me devuelve el espejo, sino para construir un universo simbólico al que agarrarme cuando mi vida, como la de cualquiera, deja de discurrir por el tranquilo cauce de la cotidianidad, cosa que ocurre mucho más a menudo de lo que nos gustaría reconocer. De igual modo, además de en los grandes mitos de nuestra cultura, busco en libros y películas historias "bigger than life", que dicen los americanos, inverosímiles relatos de "amor y lujo" o de "odio y miseria", que me den lo que normalmente no puedo hallar en costumbristas historietas de "colegueo y estado del bienestar". Pero en esa expresión, "bigger than life", hay algo en lo que los americanos se equivocan, pues lo que les ocurre a los personajes extraordinarios, ya sean reales o ficticios, o lo que nos ocurre a nosotros mismos en los momentos extraordinarios, también forma parte de la vida, y de hecho eso que parece que no cabe en la vida es la parte esencial de la vida misma. Desgraciadamente parece que en los últimos años hay demasiada gente que no quiere saber nada de esa parte de la vida, hay demasiado buenismo al pensar que el odio sólo puede ser fruto de no sé qué desajuste social, demasiada confianza en que la sangre que inunda las pantallas de nuestros televisores jamás nos salpicará, y demasiada inmoralidad y estupidez al pensar que no necesitamos la anticuada y meramente simbólica espada de la justicia, teniendo las muy reales y modernisimas armas de útima tecnología. A Dios gracias parece que en España aún hay algunos jueces y fiscales que saben que es, precisamente con esa simbólica espada de la justicia, con la que se debe combatir a quienes tienen odio y armas para dar y tomar.

Y hablando de películas, de segundos actos y de espadas, aunque estas sean láser: es precisamente El imperio contraataca una película que, narrativamente, sólo tiene sentido como segundo acto de la primera trilogía de las galaxias. Recuerdo cómo siendo adolescente me cogí un monumental cabreo con ese "no final" en el que Han Solo acababa congelado y Darth Vader, en plena lucha con Luke, le revelaba que él era su padre al tiempo que le cortaba la mano con la que el muchacho sostenía la espada (¡vaya filón para los psicoanalistas!). Ese fue el momento cumbre de la saga, como sin yo saberlo atestiguaba mi malestar a la salida del cine (por cierto, en compañía de uno de los que, tantos años después, me leéis) . A partir de allí la serie degeneró hasta límites insospechados, al menos insospechados para mí, que ni me he molestado en ver las dos últimas entregas, y no porque cuando cometí el error de ver el Episodio I sintiera nada parecido al malestar, sino porque, muy al contrario, simplemente me aburrió y me empalagó, cosas ambas que no perdono a George Lucas ni a nadie.

Esperemos que por el contrario cuando acabe este segundo acto del 18/98, que en sí está siendo apasionante, dé paso a un grandioso tercer acto en el que, os aviso, ya no serán los imputados los protagonistas, sino los peritos, los testigos, las pruebas que aporte la acusación, y el propio fiscal, que hasta ahora apenas ha podido hablar. La cosa promete.

Abrazos para todos.


Renault



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