sábado

Otras Voces (4): El lunes 3 de julio a las 12 tendrá lugar en la Casa de América en Madrid la presentación de la I Conferencia de Libertad del Foro de Ermua, conferencia que se inauguró hace unos diez días en Bilbao y que incluirá una serie de actividades que se prolongarán hasta febrero de 2007 (...)

En el acto de Bilbao el socialista Antonio Aguirre llamó a la rebelión a sus compañeros de partido, en especial a los vascos, y cerró su intervención con una frase sobre Patxi López que ha sido recogida por no pocos medios de comunicación y que respondía a algo que López había dicho previamente en el programa de televisión 59´. La frase desde luego no ha debido sentar bien al actual secretario del PSE, sobre todo porque es cierta, pero él se lo ha buscado diciendo lo que dijo sobre Fernando Buesa y su hermano Mikel.

Un amigo que estuvo presente en Bilbao me dijo que en realidad toda la intervención de este socialista sin pelos en la lengua merecía ser difundida y tras hablar personalmente con Antonio Aguirre os dejo un resumen de lo que dijo tal cual él me lo ha facilitado.


I CONFERENCIA DE LIBERTAD DEL FORO ERMUA - (Bilbao, 16 /06/ 2006)

(Resumen de la intervención de Antonio Mª Aguirre)


Queridos amigos:

A raíz de la admisión a trámite por el TSJPV de la querella presentada por el Foro Ermua contra Ibarretxe se han producido unos acontecimientos dignos de señalar.


1º -El GOBIERNO VASCO Y EL PNV

Una vez más Ibarretxe ha demostrado sus cualidades como gobernante, especialmente su COBARDÍA y su concepción TOTALITARIA de la política, de la que ya hizo gala cuando asesinaron a Fernando Buesa, al salir por la puerta de atrás en el funeral y autoconvocándose una manifestación fascista de desagravio por las calles de Vitoria el día siguiente. A esas cualidades podemos añadir otra; la de “presunto delincuente”.


Estos últimos días, él y su partido están descalificando a los tribunales de justicia en un intento de conseguir su sometimiento a la ideología nacionalista, quebrando los más elementales principios de un Estado de Derecho.


Si por ellos fueran, los jueces del País Vasco los nombrarían los burukides en los batzokis porque no soportan que en Euskadi existan ciudadanos que no se sometan a la mafia nazi instalada desde hace tanto tiempo de la mano del PNV y ETA.

Nos quieren callar a todos sin caer en la cuenta que si Franco y ETA no lo han conseguido ellos tampoco lo van a conseguir. Los esfuerzos de todos los dirigentes nacionalistas se deberían dirigir a preguntarse por qué a ellos ETA no los ha matado en todos estos años de persecución ideológica, y cuando encuentren una respuesta digna, algo que no van a poder hacer, tendrían que explicárselo a sus hijos y a todos los ciudadanos vascos.



2º - El “EQUÍVOCO” PROCESO DE PAZ

Sobre el llamado proceso de paz por los gobiernos español y vasco nuestra respuesta es muy clara y contundente: no queremos la “Pax romana”, la paz de los cementerios; exigimos la la paz basada en la libertad, la justicia y la dignidad. No queremos la paz de la claudicación; exigimos que la libertad de los vascos no nacionalistas no sea sacrificada en aras de una falsa paz silenciosa y humillante que pisotee la memoria de los que han dado o se han jugado su vida por la democracia en Euskadi y en España.


La paz no tiene precio político, porque entonces no sería paz, sería otra cosa, y aunque los gobiernos español y vasco digan lo contrario ya se está pagando un precio político a ETA-BATASUNA.

Se paga un precio cuando se reconoce a la organización terrorista BATASUNA como un interlocutor político, cuando se considera al criminal Otegui como un hombre de paz sin haber condenado la violencia de ETA, cuando se insta a jueces y fiscales a no perseguir y juzgar los delitos, cuando se vulnera la legalidad de forma consciente y reiterada por los poderes públicos, cuando se premia con rosas blancas a los apologetas del terrorismo como han hecho recientemente un grupo de actrices españolas que nunca condenaron a ETA, ni siquiera cuando todas ellas “glamurosas” (permitidme el anglicismo) festejando una edición del Festival de Cine de San Sebastían fueron incapaces de parar un solo minuto el día que ETA asesinó, a escasos kilómetros del Hotel María Cristina, a un ciudadano vasco.

Esta no es la paz que deseamos, porque esta paz con precio político es un ataque directo a la dignidad de cada uno de los vascos y a la dignidad del pueblo vasco en su conjunto.



3º -EL GOBIERNO ESPAÑOL, EL PSOE Y EL PSE

Por ello, hago un llamamiento especial a los socialistas vascos para que se rebelen éticamente contra la decisión de los actules dirigentes del PSE de dialogar con BATASUNA, una organización ilegal por ser terrorista.

Unos dirigentes que están claudicando de forma cobarde y traidora ante ETA-BATASUNA y el nacionalismo vasco, que no ha tenido empacho en aprovecharse política, social y económicamente de una forma cínica e hipócrita del terrible sufrimiento padecido por muchos de sus propios conciudadanos.

Una claudicación que vulnera tanto la legalidad como las propias resoluciones del último Congreso del PSE celebrado en octubre de 2005, donde se aprobó que uno de los pilares básicos de la lucha contra ETA y su entorno debería seguir siendo el “Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo”, firmado por el Gobierno de España, el PP y el PSOE, a instancias del propio PSOE.


Una claudicación dirigida y apoyada por Zapatero cuando dijo que la foto de Rosa Díez y María Pilar Elías era el pasado y la foto de Gemma Zabaleta con la terrorista Goirizelaia es el futuro. Denuncio esta situación y reitero mi llamamiento para rebelarse contra ella y recuparar así la dignidad y la ética que deben inspirar la acción política de todos los socialistas. Termino ya, queridos amigos, refiriéndome a la indecente pregunta que Patxi López hizo a nuestro presidente Mikel sobre si su hermano le llevaría a él y a Zapatero a los tribunales, con una reflexión compartida por muchos socialistas vascos: “SI ETA NO HUBIERA ASESINADO A FERNANDO BUESA, PATXI LÓPEZ NO SERÍA EL SECRETARIO GENERAL DEL PSE”


Muchas gracias a todos por vuestra asistencia.


Bilbao, 16 de junio de 2006



Fdo. Antonio Mª Aguirre

___________________________________________________________________


Cargos orgánicos en el PSE y públicos de Antonio Aguirre hasta diciembre de 2005


Orgánicos:


1978-1979: Secretario General de la Agrupación de Getxo (Vizcaya)

1979-1982: Secretario de Organización de la Comisión Ejecutiva de Euskadi del PSE.

2000-2005: Presidente de la Agrupación de Lejona (Vizcaya)

1979-2005: Miembro del Comité Nacional de Euskadi del PSE


Públicos:


1979-1983: Portavoz del PSE-PSOE, Teniente de Alcalde y Presidente de la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento de Lejona (Vizcaya)

1979-1980: Director General de comercio del Consejo General Vasco (actual Gobierno Vasco)

Leer más

jueves

Lecturas recomendadas: Unos cuantos tipos de Valladolid se han liado la manta a la cabeza y han tenido la osadía de sacar una revista de verdad, de las de papel, de las que cuesta mucho dinero y mucho esfuerzo sacar adelante. ¿Pero qué se han creído? Si quieren contarnos sus ocurrencias que monten un blog, como todo el mundo (...)

Por ahora la distribución es limitada y sólo se podrá encontrar en librerías de Castilla y León (luego dirán que no son nacionalistas) y en Marcial Pons en Madrid. Aparte de eso si alguien quiere pedir ejemplares o quiere solicitar que le llegue a su librería puede ponerse en contacto con la distribuidora Babel Libros (babel@trevenque.es 983 20 97 73)

Os dejo con dos artículos aparecidos en su número inaugural, realmente magnífico (y no lo digo porque incluya una entrevista conmigo, aunque también)



SER O NO SER
Luis Martín Arias


¿Nacionalismo? Una enmienda a la totalidad, una descalificación completa. Eso, y no otra cosa, es lo que se merece tamaña aberración. Obsesión enfermiza y loca que se basa en un absurdo mental, en un disparate lógico: el nacionalista fundamenta su ser en el no ser. Ahí es, literalmente, nada. Por ejemplo, soy vasco si, y sólo si, no soy español.

Evidentemente uno tiene que ser alguien, necesita sentirse de algún lugar. Loable sentido de pertenencia que conduce a un deseo de reconocimiento de los orígenes, de nuestros antepasados. Pero pare usted de contar. Es necesario crecer y separarse, dolorosamente, de la madre-patria, de la madre-tierra, a la que algún día volveremos, conducidos por la muerte inexorable. Mientras tanto no hay prisa, no debe haberla, tenemos que apostar por la vida. Abrirnos a los demás: ser vasco y, además, español, europeo, occidental y, finalmente, lo que en realidad somos: parte del género humano. Ir de menos a más, sumar y no restar, unir y no dividir.

Pues no: a los nacionalistas les encanta trazar fronteras, marcar la diferencia. Yo y tú, nosotros y ellos: siempre el burro por delante; ejemplo este, el del asno, muy pertinente para definir la irracional terquedad patriotera. Por cierto, ¿serán conscientes de la acertada elección que han hecho los catalanistas al reivindicar el ruc català como emblema ideológico?

Y es que, como está demostrado hasta la saciedad, aunque aporte usted datos históricos, hechos comprobados, evidencias científicas o argumentos basados en la razón y la lógica, verá que al rocín, cuando se envuelve en la bandera, le entran por una oreja y le salen por la otra. Fenómeno notable éste, en virtud del cual el nacionalismo es capaz de vivir y crecer alegremente, absolutamente inmune a la realidad y al sentido común. Delata así, al menos, su naturaleza, por completo ajena al pensamiento y la inteligencia.

Esto no quiere decir que sólo los analfabetos e ignorantes sean nacionalistas, pues negaríamos la, por otra parte, deprimente experiencia con la que llevamos muchos años conviviendo. Es más, el nacionalismo ha encontrado terreno especialmente bien abonado, para desarrollarse a sus anchas, en la Universidad y en los círculos intelectuales. Incluso hay científicos muy serios y rigurosos durante su jornada laboral, que luego cuelgan junto a la bata de laboratorio el neocórtex, abandonándose así a las bajas pasiones patrioteras: muchos doctores Jekyll se transforman de este modo en su particular mister Hyde, tras beber la pócima venenosa del “es que yo soy de aquí”.

En resumen: nacionalistas los hay de todos los gremios, aunque es bien cierto que existen profesiones más propensas a sufrir la enfermedad. Sin ir más lejos la de cura, que lo es, y mucho. Algún día la Iglesia tendrá que dar una explicación convincente de por qué ha permitido este notable epifenómeno. Mientras tanto, no podemos dejar de asombrarnos de que eso ocurra, precisamente, en el catolicismo, que es sinónimo de universalidad y que se basa, digo yo, en el cristianismo, cuyo postulado esencial es que todos los hombres somos iguales, por ser hijos de un mismo Padre. No sé en qué pensarán, si es que lo hacen, esos clérigos trabucaires y carlistones, pero les propongo un motivo de reflexión (no se me ha ocurrido a mí, claro): ama al próximo, al que tienes al lado, como a ti mismo; no lo desprecies creyéndote tú mejor que él por el estúpido hecho, totalmente aleatorio y circunstancial, de haber nacido acá o acullá.

Tras el breve apunte anticlerical, por desgracia necesario todavía (¿cuándo será posible la conllevancia entre el librepensamiento y nuestra tradición cristiana?), conviene señalar, a cada uno lo suyo, que mucho más perniciosa es en la actualidad la actitud, yo diría que traición, de la izquierda. Que políticos oportunistas hayan visto la ocasión de amarrarse al poder gracias a su alianza con los caciquismos localistas (¿verdad, señor Maragall?) lo puedo entender; ahora bien, que la feligresía progre haya tragado como ha tragado, tan sumisa y complacida, resulta un poco más extraño.

Desde luego, hay antecedentes notables, desde Stalin y su “Gran Guerra Patria” a Fidel Castro apalancado durante décadas, que parecen siglos, a lo de “patria o muerte” (¡qué lema tan siniestro, vive Dios!). Pero la progresía, dada a reivindicar últimamente lo de la memoria histórica, ¿no se acuerda ya de aquello de “la clase obrera no tiene patria” o de lo de “proletarios de todos los países, uníos”? Se ve que no cuadra con el rojo tipo Vogue. Con su pan, y su amnesia, se lo coman. Por mi parte, me sigo considerando internacionalista.

En fin: volviendo por donde andábamos, debemos concluir que el nacionalismo se da en todos los sectores y clases sociales. Entre los pobres y, sobre todo, entre los ricos: Guipúzcoa, la provincia más aberchale, es a la vez la máxima consumidora de jamón de jabugo. Ibérico pata negra, del más caro, vamos. Aunque tan notable extensión y vigencia del ombliguismo quizá se explique también por lo útil que resulta: sirve para evitar la competencia, eliminando a molestos opositores venidos de fuera; ventajismo que es bien recibido, sin duda, tanto en los ámbitos políticos como en los artísticos y laborales. De este modo nos encontramos con una droga política que reconforta a los necios, eleva la autoestima a los acomplejados, hace sentir el calor del rebaño en el establo (que da mucho gustirrinín, por lo visto), evita eso tan molesto que es pensar y razonar y, por si fuera poco, facilita la carrera y el futuro profesional de quien lo practica. ¿Se extrañan entonces de su éxito?

Yo no me extraño, desde luego. Sin embargo y pese a que resulte tan cansino como poco productivo, habrá que señalar una y otra vez que el nacionalismo es un tóxico que degrada al ser humano, que le priva de lo poco digno y bello que hemos sido capaces de atesorar a través del tiempo. Así, aunque seamos una minoría, digámoslo, al menos mientras el cuerpo aguante: dentro del rebaño se está calentito, pero huele mal, muy mal. Como a alpargata vieja y rancia. O algo así.




IDENTIDAD, DIFERENCIA, SEMEJANZA
Alfredo Marcos


Escribir hoy contra el nacionalismo es una obligación moral y política. La primera, la más urgente. Es también un sistema de autodefensa para cualquier intelectual que aprecie en algo su libertad. Si se tratase meramente de un debate de ideas, no merecería la pena perder ni un minuto en la refutación de una doctrina política tan inane, atávica, extravagante y sentimentaloide como es el nacionalismo. Pero hoy, en el momento mismo en el que el parlamento español traga con un estatuto de corte ultranacionalista y totalitario –valga la reiteración–, no estamos ante un mero debate de ideas. Leer el estatuto de los nacionalistas catalanes es llorar y temblar. Cada artículo es o bien un insulto al resto de los españoles o bien una agresión a las libertades de los catalanes. Algunos artículos son ambas cosas. Así pues, nuestra tarea hoy consiste en defendernos. Nuestro problema es cómo salvar la libertad frente a esta especie agresiva y poderosa de nacionalismo que nos amenaza. Los que salimos en su día de Cataluña buscando libertad estamos aterrados al ver que el nacionalismo no se conforma con haber convertido Cataluña en una sociedad enferma y cerrada, amedrentada y monolítica, sino que viene también a por el resto de los ciudadanos españoles, invade ya los espacios de libertad que quedaban en el resto de España, impone su derecho de pernada sobre todas las instituciones del Estado. Todas.

La larga mano del nacionalismo, la que le da hoy poder y alcance, no nos engañemos, se llama Zapatero. Escribir hoy, pues, contra el nacionalismo es también escribir contra una izquierda sonámbula que se ha echado en brazos de lo más carca que corre aún por el mercado de las ideologías. El PSOE compite en nacionalismo con elmismo Pujol. Y le gana. El PSC no se avergüenza de sus socios de Ezquerra, a pesar del aire agro-pop de barretina y trabuco que éstos se gastan. En el País Vasco, el PSE mendiga un puesto en la mesa del Lehendakari. Debajo de la mesa, para ser exactos. A la espera de que caigan algunas migajas de “legitimidad” nacionalista que lamer. Echan a Gotzone, relegan a Rosa, pasaportan a Paco, ningunean a Nicolás. Alfonso anda confundido entre la hojarasca, Felipe huido y Pepe apartado. Más a la izquierda, mejor ni mirar, porque ahí están trabajando en una pócima de mucha vanguardia: el castro-batasunismo. Y por lo que hace a la intelectualidad entera de la izquierda, lo de siempre, a lo que diga Bobelia. Que ahora toca nacionalismo, pues nacionalismo, don Jesús, lo que usted diga, don Jesús. Salvo Arcadi y sus Boadellas, lo demás es ya un solar gracias a don Jesús.

¿Pero qué hemos hecho para merecer esto? Hemos renunciado a nuestra obligación moral y política, hemos desistido de la tarea, tediosa pero imprescindible, de criticar al nacionalismo. Escribir contra el nacionalismo no tiene aliciente, es aburrido e incómodo. En lo que llevamos de democracia la crítica intelectual al nacionalismo ha sido vista además como algo inoportuno y políticamente incorrecto. Los nacionalistas, sabedores de la inferioridad intelectual de sus doctrinas, han vendido siempre votos propios a cambio de silencio ajeno, pacto por mordaza. Aznar concedió la cabeza de Vidal-Quadras ante las exigencias de Pujol. No es que Vidal-Quadras no estuviese dispuesto a pactar, es que no estaba dispuesto a callarse. Pero el nacionalismo no soporta un socio leal, que pacte sin ocultar las discrepancias. No lo soporta porque sabe que intelectualmente sus posiciones no tienen defensa posible. Eso les lleva necesariamente a descalificar, perseguir y, si se puede, acallar a todo aquel que les critique. En esta misma línea también Zapatero cedió la cabeza de Redondo Terreros a instancias de los nacionalistas vascos y, cómo no, de don Jesús. El nacionalismo no puede soportar la crítica porque no puede darle respuesta. De ahí su obligada simbiosis con la censura y a veces con el terror, de ahí su necesidad total de control de todo. Esto explica que el estatuto de los nacionalistas catalanes y de Zapatero sea tan largo, tan prolijo, tan minuciosamente asfixiante. Nada debe escapar al control, toda disidencia será multada, toda crítica castigada, todo discrepante relegado al limbo de los traidores. Así, entre el tedio y la represión, el nacionalismo se va siempre de rositas. El resultado de la falta de crítica al nacionalismo es éste: en Cataluña desde ahora sólo se podrá vivir a la catalana, y el canon para definir este estilo de vida lo tienen en exclusiva los nacionalistas. Más grave aún, media España ha asumido ya la partición en corralitos internamente homogéneos (obsesionados por su identidad colectiva), y mutuamente desconectados (obsesionados por diferenciarse del vecino).

Si alguna esperanza queda es la activación de una crítica libre y sin complejos. En el plano intelectual se trata de mostrar que las categorías obsesivas del nacionalismo, identidad y diferencia, son falaces y peligrosas. Frente a ello tenemos que reivindicar la construcción de la semejanza que exitosamente logramos en el periodo de la transición. Porque la diferencia entre comunidades es siempre menor que la soñada por la secta de los monótonos, menor que la proclamada por sus tan tribales tambores, menor que la esgrimida para alzarse cada día con el santo y la limosna. La diferencia entre comunidades, cuando se exhibe con obscenidad chulesca, cuando se agiganta a voluntad para arrojarla a la cara o para obtener ventaja, no presagia nada bueno. Además, no hay identidad colectiva perfecta. Dentro de cada pueblo, etnia, raza o región hay tanta variedad de personas como nos atrevamos a ver. La identidad interna nunca llega y eternamente se impone. El distinto es tratado como disidente, se presume traidor quien no habla las palabras del clan, se esconde a quien no venera las esencias, se espía y difama a quien no danza y escribe al son de la identidad. O se le da muerte.

Por encima de toda identidad supuestamente nacional es obligado respetar a las personas, con las legítimas variaciones individuales que hacen de ellas ciudadanos libres y semejantes, pero nunca idénticos. Por encima de toda diferencia entre comunidades hay que ponderar las afinidades, que nos hacen semejantes e iguales ante la ley. Los logros de la transición en pos de la convivencia entre semejantes se están diluyendo ante nuestros ojos. A partir de la aprobación del estatuto catalán de Zapatero cada español se verá condenado a vivir no entre sus semejantes, sino entre replicantes idénticos, y separado del resto de los españoles por leyes discriminatorias que generarán insalvables diferencias. ¿Nos resignaremos a esto?



Leer más

lunes

No a la Paz

Madrid 19 de junio de 2006

Saludos a todos


Como eslogan este No a la Paz que os propongo cumple con los estándares de infantil rotundidad y extrema simplificación exigibles en estos casos –exactamente igual que el famoso No a la Guerra- pero tiene algunas características que lo diferencian de ese y de otros eslóganes similares. Detrás de un No a la Paz uno no puede esconderse después de haber tranquilizado la conciencia, no sirve como gratuita contraseña para ingresar en el bando de los buenos, y crea una enorme incomodidad en quien lo escucha y no digamos ya en quien lo enuncia (...)


Y lo mejor de todo: No a la Paz es un eslogan casi mágico pues el que pronuncia esas palabras ve ipso facto cumplidos sus deseos de que no le dejen en paz y tiene que explicar inmediatamente qué es lo que quiere decir. Y a eso voy.

Yo creo que a quienes creen que siempre es posible la paz, a quienes la consideran como una especie de diosa a la que todo se debe sacrificar, lo que les ocurre es que no tienen el valor suficiente para aceptar que en la vida hay cosas por las que es preciso luchar. Porque paz puede significar ausencia de guerra, algo desde luego deseable, pero dado que aquí no ha habido ninguna guerra más bien parece que su significado es abandono de la lucha, de la lucha por la verdad y la justicia que es la única lucha que hemos mantenido (excepción hecha del triste episodio de los GAL montado por otro gobierno socialista).

Podría pensarse también que algunas de esas personas que idolatran la paz pecan de ignorancia y desconocen estas verdades de perogrullo, pero yo pienso que la gente es menos tonta de lo que parece y mucho más cobarde de lo que aparenta. ¿Acaso no era el valor más que la información lo que les faltaba a esas democracias de los años treinta que se empeñaban en el No a la Guerra con Hitler? ¿No es cobardía lo que empuja a muchos a pasar por alto injusticias y crímenes cuya existencia conocen perfectamente para preservar la paz política, social o familiar?

No sé, tal vez esa actitud de todo por la paz sea aceptable en las abuelitas que de cara a sus nietos cumplen con el amable papel que al final de sus vidas les toca representar, sabiendo eso sí que ya habrá quien se ocupe de la ingrata tarea de imponer la justicia, pero es una actitud inadmisible en un político, en un gobernante o en un juez (salvo que sea un juez de paz). A todos ellos cabe exigirles el coraje suficiente para asumir que nada garantiza que logremos la paz por mucho empeño que pongamos en conseguirla, porque la paz puede ser como mucho y con suerte la consecuencia del triunfo de la justicia, y aún así siempre será efímera porque vida y paz eterna son términos antónimos.

Pero no son sólo las ansias infinitas de paz las que han hecho que se abandone la lucha por la justicia, sino que en mi opinión cada vez está más claro que estamos bajo los efectos de eso que se llama el miedo a ganar. Tenemos, o teníamos, la victoria judicial al alcance de la mano, victoria que hubiera supuesto mandar a los asesinos y a todos sus cómplices a donde les corresponde, que en cualquier estado de derecho es la cárcel, y eso al parecer da miedo porque una cosa es encarcelar a los directivos de Afinsa, y otra a la cúpula de Batasuna.

Además eso también significaría que los tribunales dejaran definitivamente claro lo que históricamente se ha dicho desde las filas constitucionalistas: que ellos eran los criminales y nosotros los justos, y eso no acabamos de creérnoslo porque aceptar ese papel -el de los justos- supone una responsabilidad que al parecer mucha gente en este país no quiere asumir. Es mucho más cómodo aborregarse en el rebaño de los buenos que militar en las filas de los justos, entre otras cosas porque siendo bueno uno no puede equivocarse pero intentando ser justo sí. Lo mejor según nuestros actuales gobernantes es desdibujar cuanto más mejor la línea que ha separado a unos y a otros a ver si todos cabemos en el redil de la bondad, porque al fin y al cabo nadie es realmente malo, y si no hay verdaderos villanos, ¿qué necesidad hay de comportarse como un héroe?

Me temo sin embargo que la realidad es otra, la cruda realidad es que siempre ha habido y siempre habrá criminales, mala gente con la que es estúpido, suicida e inmoral intentar negociar. Desgraciadamente para mí últimamente he estado más cerca de este tipo de personas de lo que me hubiera gustado, aunque he tenido la suerte de que en todas las ocasiones he encontrado frente a los criminales a auténticos héroes -que también existen, os lo aseguro- que les han hecho frente a veces incluso con éxito.

Pero claro, por ahora decir que Pakito, Henri Parot o Txapote no son tan malos es un poco difícil aunque todo se andará, así que por el momento la estrategia consiste en mirar para otro lado que no sea el de los matarifes y en decir que Otegi es un hombre de paz o en regalarle una rosa a la Goirizelaia, como si ambos fueran otra cosa que dirigentes de guante blanco de un grupo terrorista (de guante blanco ahora, porque como sabéis Otegi fue miembro de un comando y participó en un secuestro). Y como ya se sabe que no hay peor ciego que el que no quiere ver, pues resulta que hay gente que está dispuesta a creerse estas patrañas y a olvidar las innumerables veces que cualquiera de ellos, al igual que un sinnúmero de miembros de la izquierda abertzale, han llevado en hombros el féretro de algún terrorista o han llamado a los asesinos compañeros en la lucha por la libertad y héroes del pueblo vasco.

Seguro que también hay quien piensa que esto fue así en el pasado, pero que ahora Otegi y los suyos han cambiado. Yo no sé que declaraciones o que actitudes recientes de los abertzales puede llevar a pensar esto, porque las que yo conozco no hacen sino reforzar la certeza de que todos juegan en el mismo equipo, como prueban las amenazas de Joseba Permach cuando dijo que si la cúpula de Batasuna era encarcelada la tregua terminaría.

Sé que a esas personas que creen que ETA y Batasuna no son lo mismo no hay prueba que les haga ver lo que no quieren ver, y que al resto le sobra cualquier testimonio en ese sentido que yo pueda aportar, pero voy a contaros un par de cosas que he presenciado y que ilustran la absoluta vigencia de esa conexión entre la izquierda abertzale y ETA.

Hará cosa de un mes, tras la comparecencia como testigos de Pakito, Txelis, Fiti y compañía en el 18/98 que fue lo último que os conté de ese juicio, le tocó el turno a Eugenio Etxebste Antxon, el histórico dirigente de ETA que fue protagonista de las conversaciones de Argel. A diferencia de los otros este individuo ya está en libertad y llegó y se fue de la sala como el resto de nosotros, caminando tranquilamente por la Casa de Campo, aunque él lo hizo entre bromas y risas junto a la Goirizelaia y al resto de abogados y encausados en el juicio.

Pero lo que quiero contar no es eso, que ya de por sí es significativo, sino algo que sucedió mientras Antxon declaraba. Desde un principio su tono fue muchísimo más chulesco que el de los compañeros de armas que le habían precedido porque él, como digo, ya es un ciudadano libre. Por supuesto no hubo nada parecido al arrepentimiento en sus palabras, ni la más mínima critica a ninguna de las barbaridades que él u otros terroristas hubieran cometido en su larga carrera, sino que Antxon, desde la cátedra de quien está doctorado honoris causa en la universidad del crimen, nos dio una lección de historia, de historia de ETA por supuesto, una lección tendente a demostrar que en realidad desde la escisión de los poli milis los únicos que pertenecen de verdad a ETA son los que llevan pistola, y si alguien no lleva pistola es imposible que sea de ETA.

En eso estaba, contándole a su abogado y a todos nosotros la historia de cómo se decidió que dejaran de pertenecer formalmente a ETA los que no pegaban tiros ni ponían bombas, cuando afirmó que aquella decisión pronto se demostró acertada desde un punto de vista táctico porque –y entonces se volvió a la presidenta del tribunal con media sonrisa para decirle- “a partir de ese momento, y perdone que se lo diga, empezaron nuestros mejores años”

El tono en el que lo dijo no dejaba lugar a dudas: estaba vanagloriándose frente a la sala de todos los crímenes que ETA había cometido desde finales de los 70 en adelante. Fue tan clara la provocación que un murmullo se extendió entre los acusados, sorprendidos tal vez de que su héroe se atreviera a tanto. A mí, que estaba prácticamente solo entre el público, lo que me recorrió el cuerpo fue un escalofrío y busqué entre los acusados a alguno a quien pudiera ver bien para saber qué cara estaba poniendo.

A quien vi fue a José Luis García Mijangos, antiguo responsable económico de KAS en Vizcaya, que sonreía feliz como si su equipo acabara de meter un gol en la final de la Copa de Europa. Tal era su expresión de satisfacción al haber oído a uno de sus amos presumir de sus crímenes en un tribunal de justicia, que al cabo de unos segundos se dio cuenta de que podían verle y quiso comprobar con disimulo si alguien le estaba mirando. Ya digo que la sala estaba casi vacía así que no tardó en darse cuente de que una de las pocas personas que había allí le estaba mirando precisamente a él, razón por la cual borró inmediatamente la sonrisa de su cara y siguió escuchando a Antxón como si la cosa no fuera con él.

No hace falta decir que este individuo, García Mijangos, cuando en su día declaró se tomó cualquier insinuación de que pudiera estar relacionado con ETA como una ofensa personal. Exactamente igual que el resto de los imputados que también acogieron con un murmullo de admiración las palabras del etarra.

La otra cosa, mejor dicho cosas porque son varias, que quiero contaros ocurrieron este martes y miércoles durante el juicio a Txapote y a su compañera Amaia por el asesinato del concejal del PP José Luis Caso. Supongo que la mayoría ya habréis leído algo sobre lo que sucedió en la sala pero si no lo habéis hecho podéis haceros una idea aquí. Yo estuve presente durante toda la vista junto con dos amigas del 18/98 y aparte de nosotros tres, de un montón de periodistas y de otro montón de policías, el resto del público lo componían unos seis u ocho familiares (creo) de los acusados. Por allí no apareció ningún familiar de la victima (cosa rara aunque entendible), nadie del PP (cosa inexplicable e injustificable) ni nadie de la AVT (sin comentarios).

Bueno, corrijo: el segundo día andaba por la Audiencia Nacional Marimar Blanco que no sé si es del PP pero seguro que sí es de la AVT, y bajó un momento para ver la cara del asesino de su hermano Miguel Ángel. Cuando me dijeron que iba a aparecer por allí yo me puse bastante nervioso, porque a mí la presencia de ese comandante de las SS abertzales y de su compañera me estaba revolviendo las tripas, y no quería ni imaginar lo que para ella iba a ser encontrarse cara a cara con alguien que sin duda la visita en sus peores pesadillas. Pero no, se ve que es gente muy curtida y lo soportó con mucha entereza. Eso de pensar que los protagonistas de estas tragedias son de la misma pasta que uno es un error de principiante que no sé cuándo voy a dejar de cometer.

El caso es que aparte de lo que quizás ya sepáis por la prensa, como que uno de los testigos también etarra repitió el numerito de saludar efusivamente a los acusados y luego afirmar bajo juramento que no les conocía de nada (se habían llamado con sus diminutivos delante de todo el mundo), o el hecho de que otra testigo, también en prisión por colaborar con ETA y concejal de Batasuna para más señas, dijera que compartió piso con los acusados pero que nunca vio el arsenal que estos tenían allí (dos revólveres, fusiles de asalto, herramientas de todo tipo, granadas y una buena provisión de explosivos en la despensa), aparte de todo eso yo quería contar una cosa del abogado de los acusados de quien apenas se ha hablado.

Este señor, cuyo nombre ignoro, no hizo una sola pregunta durante toda la vista (quizás eso explica que apenas se haya hablado de él), pero al final pidió la libre absolución de sus defendidos por falta de pruebas, pruebas que como digo no se molestó en cuestionar ante ninguno de los peritos ni de los testigos que allí comparecieron. No contento con eso en su turno de conclusiones empezó a hablar de la situación política y... Allí el juez le paró en seco y con toda la firmeza del mundo le dijo que no le consentía que en esa sala se hablara de política porque eso era un tribunal y allí sólo se hablaba de justicia. Tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no aplaudirle.

Pero lo que a mi me pareció más interesante referido a ese abogado es lo que había sucedido el día anterior después de que a media mañana se suspendiera la vista. Mis dos amigas y yo, como aún era temprano, nos fuimos a la Casa de Campo para ver cómo iban las cosas por allí. Apenas llevábamos unos minutos en la sala del 18/98 cuando la puerta volvió a abrirse y apareció el susodicho abogado y se sentó con todo la chulería del mundo entre el público como si estuviera en el salón de su casa. La verdad es que un poco de chulería se le quitó cuando se dio cuenta de que se había sentado justo al lado de esos tres chalados que acababan de verle en acción en la calle Génova, y eso creo que no se lo esperaba. Pero tampoco pareció importarle demasiado y a la salida compartió abrazos y risas con sus colegas abogados.

Lástima no haber tenido una cámara para inmortalizar el momento, ahora que Batasuna adopta un perfil bajo como se dice ahora con respecto a Txapote y su compi (Gara apenas dice nada de ellos salvo que son presos vascos), y más que lo va a adoptar esta semana cuando se les juzgue por el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. No creo que ni Otegi, ni Permach, ni Barrena ni ninguno de esos diga nada del asunto porque claro, llamar en estos momentos compañeros en la lucha por la libertad a esos asesinos de la peor especie y luego reunirse con Patxi López no queda bien. Pero ya les homenajearan cuando llegue el momento, e igual cuando lo hagan Batasuna ya estará en el gobierno vasco con lo cual será un homenaje oficial al que igual hasta se suma Gema Zabaleta o algún otro del PSE, o puede que hasta alguna actriz de renombre. Pero habrá paz que es lo importante.



Otra vez voy a intentar despedirme con algo divertido, porque lo creáis o no en el juicio contra Txapote y señora sucedió algo que nos hizo reír a la prensa, a los policías y a mi sector del público. Los otros no le encontraron la gracia al asunto aunque desde luego la tenía. El protagonista fue el presidente de la sala, el juez Alfonso Guevara, que en los juicios a los que yo he asistido ha estado siempre impecable tanto en su actitud (raro pero impecable) como en las sentencias, aunque me dicen que no siempre ha sido así. Este señor es todo un personaje, no sé si sacado de una novela de Dostoievski o de una película expresionista alemana, lo cual hace que tengan aún más gracia sus salidas humorísticas como esta:

El primer día del juicio estaba declarando como testigo Sebastián Lasa, el etarra que antes mencionaba, cuando el fiscal le preguntó por una declaración que había hecho al ser detenido en la que afirmaba conocer a Geresta, otro etarra. Como respuesta Sebas (así le llamaba Txapote) comenzó a largar una larga perorata en euskera en la que se intuían términos de fácil traducción como torturas, Guardia Civil, etc. La traductora, una señora de respetable edad, nos confirmó lo que ya imaginábamos: el tal Sebas decía que esa declaración era fruto de las torturas que había sufrido a manos de la Guardia Civil, etc.

El fiscal insiste y le dice que días después de esa declaración ante la Guardia Civil realizó otra en presencia de su abogado en la que ratificó que conocía al tal Geresta. Algo desconcertado Sebas dice que no recuerda nada y que esos días estaba muy confuso por las torturas que tal y tal. Armándose de paciencia el fiscal vuelve a la carga y le dice que vale, que puede olvidarse de las declaraciones previas pero que le conteste ahora si conocía a Geresta o no. Sebas, hombre de ideas fijas, vuelve con lo mismo y ya el fiscal desesperado le dice:

-Perdone ¿Usted ha denunciado esas torturas?

-Bai

-¿Y sabe en qué situación procesal está la denuncia?

-Bai

-¿Podría explicárnosla?

Sebas se lo piensa un poco y a falta de algo mejor vuelve a soltar otro rollo lleno de torturas y guardias civiles pero más largo y apresurado que los anteriores. La traductora apenas puede hacer su trabajo porque el otro no para de hablar a toda pastilla, hasta que el juez le interrumpe:

-Vamos, que ha sido archivada ¿no?


Un abrazo


Renault


PS: Para quien no los conozca en la foto de arriba aparecen entre otros el secretario general de Lab Rafael Díaz Usabiaga, el miembro de la mesa nacional de Batasuna Joseba Permach y el etarra Eugenio Etxebeste Antxon







Leer más
hit counter