miércoles

Copipastillas (7): A la espera de poder publicar algo sobre temas de enorme trascendencia y actualidad, aquí os traigo un par de cosas para entreteneros.

La primera es un artículo aparecido en el blog de un amigo a quien en realidad nunca he visto. Hablando de prensa y manipulación, este nuevo amigo de Melilla hace el siguiente símil:

El consumidor español de medios de comunicación cree estar comprando periódicos, cuando lo que compra es una revista de su club de fútbol llena de caricaturas de los jugadores del equipo rival (...)


No se puede decir mejor ni con menos palabras lo que yo también pienso de nuestro cuarto poder. Os recomiendo que leáis el artículo completo y que os deis una vuelta por el blog del inclasificable Elías. Es sin duda la mejor bitácora que conozco dentro de ese género que podríamos llamar "personal" o también "cajón de sastre". Allí Elías expone sus opiniones sobre cuestiones de actualidad política con una independencia, una honestidad, una falta de complejos, y un sentido común que es casi imposible de encontrar en los "opinadores" profesionales (¿será precisamente porque son profesionales?)

Pero Elías es un joven de su tiempo y también habla sobre videojuegos, ipods (cosas ambas que a mí, menos joven, no me interesan en absoluto, y perdona amigo tanta sinceridad), informática, libros, cine, humor, curiosidades, experiencias personales, etc. Muy variado, muy bien seleccionado, y muy divertido en el más amplio sentido de la palabra.

Y por si acaso no tenéis bastante entretenimiento, y en el colmo de la vanidad, os copio un mensaje que yo mismo he colgado en el foro de debate del Foro de Ermua, un foro en el que, como en tantos otros desgraciadamente, las intervenciones de los foreros que merecen la pena hay que buscarlas arduamente entre un mar de estupideces, obviedades e insultos. Espero que mi último mensaje allí no responda a ninguna de esas categorías:


Fotografía en vías de extinción


Hace quince días que comencé en mi blog una serie de artículos en los que ponía en duda la autenticidad de esa fotografía del presuntamente torturado Unai Romano que os adjunto. Resulta que la foto aparecía en mi blog mediante un enlace a una página de denuncia de dichas torturas, y hará cinco días o así que ese enlace despareció, y con él la foto de mi blog, aunque por supuesto guardo varias copias del archivo, y la volví a colgar, esta vez subiéndola yo mismo desde mi ordenador. El caso es que en ese momento tuve una intuición que acabo de confirmar. He tratado de encontrar otra vez esa prueba indiscutible de las torturas que sufre el pueblo vasco en todos los buscadores de imágenes que conozco, he visitado, una a una, las cien primeras páginas de las 20.100 que aparecen en Google si tecleáis "Unai Romano", la inmensa mayoría de ellas páginas del mundo abertzale y radical... ¿lo adivináis? Me ha sido imposible encontrar esa fotografía nada más que en tamaños reducidos, donde es mucho más dificil apreciar el fraude que yo denuncio. En algunas de esas páginas incluso conservan el enlace a la foto a tamaño real, pero no funciona. Muy curioso, dado que cuando escribí mi primer artículo me fue facilísimo encontrar varias fotografías a gran tamaño, que comparé hasta quedarme con la mejor.

Así que ya sabéis, guardad copias de esta fotografía porque está a punto de desaparecer de la red (excepto de mi blog, y cualquier día lo hackean).

PS. Reto a los escépticos a que publiquen aquí el enlace a una página de denuncia de las torturas en la que aprezca la foto a tamaño completo.


Pues eso, el sudoku ha muerto, nadie busca ya a Wally, el juego de moda es ¿Dónde está Unai?



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Aviso: Que nadie piense que voy a guardar silencio sobre lo que ocurrió el lunes por la mañana en la Audiencia Nacional. Ya he hablado con quien tenía que hablar, y también he contado a un reducido grupo de amigos lo que tenía que contarles. Pero la prudencia me aconseja no escribir en este blog nada, por ahora, sobre ese incidente del que seguro habéis tenido noticia. No os preocupéis, más pronto que tarde hablaré aquí, largo y tendido (cómo no), sobre lo que allí sucedió, y dejaré muy clara mi opinión al respecto. Mientras tanto yo también os pido que confiéis en mí.

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