viernes

Copipastillas (16): Ayer día 23 acudí a una conferencia que Rosa Díez daba en el Colegio Mayor San Pablo. Por supuesto ella me merece todo el respeto y la admiración del mundo por su valentía, faltaría más. Pero también es cierto que yo, por razones diversas y todas ellas difusas, no esperaba gran cosa de ese acto. Qué equivocado estaba (...)

No quiero ponerme demasiado hiperbólico pero creo que en su género fue la conferencia más contundente, honesta, humana y emocionante que he oído nunca. Y lo más sorprendente de todo: a la vez fue una de las más positivas. Desde luego a esta mujer no le mueve ningún optimismo antropológico, pero sí la esperanza de que con mucho esfuerzo, coraje e ideas claras aún podemos salir del negro túnel en el que estamos.

A mi desde luego consiguió transmitirme esa esperanza, incluso durante las casi dos horas que estuvo hablando yo pensaba algo tan absurdo como esto: ¿Y si fuera posible una regeneración del PSOE? Porque con alguien como ella dentro del partido hasta eso sería posible. Sé que sería casi un milagro, pero es que como ella decía sin el Partido Socialista –sin los dos grandes partidos nacionales en realidad- jamás derrotaremos a ETA. Y al fin y al cabo eso y no otra cosa es un milagro: algo tan imposible como necesario.

No voy a cometer el error de intentar resumir lo que ella dijo porque no conseguiría sino ofrecer una imagen desvaída de lo que fue un acto verdaderamente vibrante. Por eso os traigo otro texto, ese que ella señalaba como el punto en el que PP Y PSOE deben reencontrarse: el Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo. Como aperitivo aquí tenéis uno de sus puntos:


3. Durante más de dos décadas de democracia, el pueblo vasco ha desarrollado su capacidad de autogobierno en el marco de la Constitución y del Estatuto de Guernica. Ese marco ha permitido la expresión política, cultural y social de la pluralidad que alberga la sociedad vasca. Cualquier discrepancia política existente entre vascos puede y debe plantearse en ese marco institucional. Cualquier proyecto político, incluso aquellos que pretenden revisar el propio marco institucional, debe respetar las reglas y los procedimientos en él establecidos. El diálogo propio de una sociedad democrática debe producirse entre los representantes legítimos de los ciudadanos, en el marco y con las reglas previstas en nuestra Constitución y Estatuto y, desde luego, sin la presión de la violencia. La paz, la convivencia libre y el respeto a los derechos humanos son valores no negociables.


No parece muy compatible con la mesa de partidos ¿verdad? Os recomiendo que lo leáis entero. Tal vez muy pronto vuelva a hablarse de él si los socialistas vuelven a la cordura y deciden regresar al pacto que ellos mismos –no se cansan de repetirlo- promovieron. Sería un milagro, pero si uno no cree en milagros ¿en qué demonios cree?



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martes

Copipastillas (15):

Hoy he recibido un email de un querido amigo que me decía que tenía esto muy abandonado, y ya sois ciento y la madre los que me lo habéis dicho. Qué demonios, tenéis toda la razón, y el que por una cosa u otra no pueda aún escribir una de mis crónicas del 18/98 no impide que vuelva a actualizar este blog con cosas que encuentro por la red. Así que vuelvo con las copipastillas (...)

Hoy os traigo un artículo de un señor llamado nada menos que Andoni Unzalu Garaigordobil, del que hasta ayer no tenía ni idea de quién era y hoy más o menos lo mismo. El artículo se llama El tercio de los auténticos, y aunque suena a nueva entrega del Capitán Alatriste no tiene nada que ver.

Si los nacionalismos aceptaran que representan sólo a los nacionalistas, sean el 10% ó el 80%, casi todos los problemas desaparecen. Pero en la afirmación de que los nacionalistas representan, y sólo ellos, al Pueblo Vasco está el germen del totalitarismo. Al expulsar a los demás de la posibilidad de representar al Pueblo Vasco hacen absolutamente imposible un acuerdo sobre un marco común compartido. Sólo pueden ofrecer, en el mejor de los casos, una tolerancia amable.

Creo que el artículo ofrece una lúcida visión de en qué quieren convertir los nacionalistas no solo nuestro país, sino toda Europa, y desde luego está en las antípodas de lo que otros queremos. Podéis leer el artículo completo aquí.

A partir de ahora prometo ser bueno y darle a esto la vidilla que merece.

(La ilustración es una viñeta paleonacionalista que representa a un par de vascos-vascos frente a un maqueto, y se la he robado a Monsieur de Sans-Foy, a quien ya he citado alguna vez)



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