miércoles

15 pingüinos

Madrid 14 de diciembre de 2005

Saludos a todos

El lunes prometí contar a quienes no estuvisteis en persona en la Casa de Campo lo que allí ocurrió, y a ello me dispongo, aunque esta vez tengo que tener cuidado con lo que digo, pues al ser unos cuantos de vosotros testigos y protagonistas de los hechos, sé que cualquier imprecisión mía será no sólo severamente censurada, sino que os hará dudar de la veracidad de lo que hasta ahora os he ido contando, y que juro que es cierto de punta a cabo (...)

A eso de las 4:15, como estaba previsto, llegué a los exteriores de la audiencia y para mi sorpresa me encontré no sólo con algunos de vosotros, sino con una troupe de ultraderechistas, tal vez cerca de treinta, a los que os aseguro que yo no había invitado. Y esa no fue la única desafortunada coincidencia del día, pues según nos informó la policía también había acudido a la sala, y de hecho ya estaba dentro, otro grupo, esta vez de pacíficos estudiantes de derecho, que nos habían dejado sin posibilidad de estar presentes en la vista pues con ellos el aforo se había completado.

Así que allí nos encontrábamos los quince amigos, fuera de la sala y sin muchas posibilidades de entrar, y en la grata compañía de los salvadores de la patria española que, protegidos y/o contenidos por unas vallas y una docena de policías, se dedicaban a insultar a grito pelado a los salvadores de la patria vasca que iban entrando en la sala. Nosotros, sin duda gente con ambiciones más modestas, parecíamos más preocupados en salvarnos a nosotros mismos si la cosa se ponía realmente fea y, agrupados como hacen los pingüinos en el polo, nos movíamos de un lado a otro alejándonos cuanto podíamos de las "zonas calientes". Entrecomillo zonas calientes no sólo por ser metáfora, sino porque para colmo de males hacía un frío de mil demonios, y mientras los ultras se calentaban dando voces, los policías empujándoles, y los batasunos entrando en la sala, nosotros, que no hacíamos nada de eso, nos íbamos quedando helados.

Debíamos componer un cuadro realmente patético: dos médicos, un marino, una enfermera, dos profesoras, una abogada, una actriz, dos historiadores, un periodista, un barman, tres guionistas, y dos personas cuyo oficio desconozco, intentando no temblar ni de frío ni de miedo en mitad de un fregado entre profesionales de la algarada callejera. Ya digo, como un grupo de pingüinos en la nieve, con las orcas esperándoles al pie del acantilado y los osos polares alrededor suyo enseñándoles los dientes.


Cuando por fin los encausados hubieron entrado en la sala aquello se calmó un poco. De vez en cuando los ultras creían ver a uno de los otros asomándose a la ventana, y otra vez empezaba la retahíla de insultos, que por cierto era de una pobreza léxica tal que por sí sola justificaría una reforma educativa. Digo esto porque muchos de aquellos zulús no debían tener más de veinte años, como mucho, si bien es verdad que entre ellos también había algunas señoras de edad provecta que no callaban en su letanía de improperios, daba igual si la escuchaban los destinatarios de su bilis o no, un poco como esos locos que van por la calle dando voces no se sabe a quien. Hubo también algún intento de los ultras de romper el cordón policial, que fue convenientemente frustrado por la fuerzas de orden, aunque según me contaba ayer un policía, el osado defensor de las esencias patrias que parecía liderar la embestida, le decía al agente que tenía frente a él mientras amagaba con saltar la valla : ¡Tú haz que me agarras, tú haz que me agarras!

Así transcurrieron las dos horas siguientes y al final la vista, que no se había reanudado por incomparecencia de los traductores, fue definitivamente suspendida. No voy a hablar del tema de los traductores, pues éste y otros asuntos han sido magníficamente tratados por otro de los allí presentes, concretamente el barman, en un texto que os adjunto y que está colgado en el blog de Arcadi Espada. Acabo de recibirlo por correo electrónico y se lo agradezco infinito, sobre todo porque compruebo que mi visión de los hechos coincide plenamente con la suya, y eso me reafirma en mi idea de que no estoy loco, por mucho que algunos, incluso alguno de vosotros, digan que lo parezco. Ya le dije a nuestro amigo que dada su profesión le venía que ni pintado el seudónimo de Sacha, el barman de Casablanca, pero creo que después de leer su carta todos coincidiréis conmigo en que está mucho más próximo a alguno de esos taberneros filósofos que aparecen en las películas de John Ford.

Total, que aparentemente la convocatoria acabó resultando un rotundo fracaso... Bueno, digo que aparentemente, porque en realidad fue todo un éxito, al menos en mi opinión. Los medios de comunicación desde luego no se hicieron ningún eco de nuestra presencia, pero todos sabemos, y sobre todo los más críticos con "el sistema" deberíais coincidir conmigo en esto, que lo que cuenta la prensa es sólo un pálido reflejo, a menudo deformado por los intereses más diversos, de la compleja realidad de las cosas. Por ello voy a ser yo quien enuncie los pequeños grandes logros que alcanzamos los quince allí reunidos.

- Si no hubiéramos estado allí, la cruda realidad hubiera sido que a la entrada de la Audiencia Nacional solo había un grupo de fascistas que, lejos de apoyar el proceso, lo que pedían era que se enviara sin más a los encausados al paredón o a la cámara de gas. Pero, digan lo que digan los periódicos, el hecho es que allí también había quince personas que con su silenciosa presencia mostraban su apoyo y su fe en a la justicia. Presencia silenciosa digo, pero tremendamente elocuente y pertinaz. Al cabo de esas dos horas todos los fascistas sin excepción se habían largado, mientras que nosotros permanecíamos a pie firme en nuestro puesto. Y con eso demostramos, tal vez a nosotros mismos nada más, aunque sin duda esa es la demostración más importante de todas, que éramos más fuertes que ellos aunque menos numerosos (por ahora)

Al parecer, mientras todo esto sucedía en el exterior, dentro de la sala de prensa el corresponsal de El País comentaba con otros compañeros suyos que la presencia del grupo ultra debía estar relacionada con esa primera carta mía que ha tenido tanta repercusión. Ayer martes me acerqué a ese periodista y tuve una charla con él en la que le expliqué lo poco que había de cierto en esa suposición. Me gané su confianza, estuvo muy amable conmigo, y no me cabe la menor duda de que ahora está mejor informado. Espero que transmita esa información a sus colegas acreditados en la sala y les saqué del error al que les llevó con su apresurado comentario.


- Como narra nuestro barman algunos de los nuestros evitó con su intervención una más que probable agresión de los fascistas a los familiares de los encausados. Si no hubiéramos estado allí quién sabe si en la portada de muchos periódicos nacionales, y sin duda en la de casi todos los de allí, hubiera aparecido la noticia de que un ciudadano vasco había sido agredido por un fascista español. Ayer uno de esos familiares o amigos de los encausados, un hombre mayor con aspecto muy rústico y que en la sesión de la tarde acostumbra a llevar sobre la oreja derecha el mondadientes que ha utilizado durante la comida, me reconoció y se acercó a mi... ( por mi proverbial humildad intentaba evitarlo, pero no tengo más remedio que reconocer que yo fui uno de esos valientes que, con fuerte levante y gran riesgo para sus vidas, evitó la agresión) El tipo, con media sonrisa, me preguntó si yo pertenecía a una asociaciación de abogados de Madrid que... No le dejé continuar, le dije que yo no pertenecía a ninguna asociación. Se quedó desconcertado, se le borro la media sonrisa, y se largó. Desde entonces no ha vuelto a ser capaz de mirarme a la cara. Solo por eso lo del lunes mereció la pena para mí.

- Ya lo ha contado también nuestro barman, pero voy a añadir algo referido a ese café (un vino en mi caso) que nos tomamos para salir de la hipotermia. Allí no solo estuvimos nosotros quince, sino también Ilsa, un abogado en practicas que asiste como observador al juicio, una estudiante de derecho que aunque nunca he mencionado está por allí casi todos los días, y el hijo de un fiscal asesinado por ETA que jamás ha pedido venganza sino simplemente justicia (y que para más inri recibe de vez en cuando palos de la AVT y de la COPE). Creo que solo por el hecho de que esas personas nos vieran allí, por la sensación de que todos juntos en aquel bar entrábamos en calor, podemos calificar lo ocurrido como rotundo éxito (y si esto no es estar con las víctimas cuando lo necesitan, que venga Dios y lo vea)

- Hubo también algo muy pequeño, tanto que pasó inadvertido para la mayoría, pero que para mi fue la imagen del día. Nos habíamos quedado solos frente a la audiencia. Era ya noche cerrada y a unos metros de nosotros había algo que muchos no habíamos visto. De la rama de un árbol próximo colgaba una cuerdecilla que los ultras habían puesto allí y en la que habían hecho un nudo simulando una horca. Era una imagen ridícula a la vez que siniestra, como tantas veces sucede. Entonces uno de los nuestros, una mujer concretamente, se acercó allí discretamente, como es habitual en ella, y se puso a deshacer el nudo. Fue un gesto sencillo, desprovisto de la grandeza épica del que antes habíamos protagonizado los chicos frente a los ultras, y aunque a mí me recordaba un poco a esas escenas en las que un artificiero desactiva una bomba, no había en él ninguna tensión, sino que parecía más bien algo hogareño. Fue un gesto puramente simbólico, sin finalidad práctica alguna, y por ello tremendamente valioso, tan íntimo además que casi nadie lo vio, fue algo que aquella mujer hizo no para la galería ni para la posteridad, sino simplemente porque le repugnaba estar junto a eso. Cuando terminó, del árbol sólo colgaba una inofensiva cuerdecilla, que tal vez siga allí, sin que nadie pueda pensar al verla que en algún momento fue una bomba. Y yo, no tengo más remedio que decirlo, me sentí muy orgulloso de dormir todas las noches junto a esa mujer.


Prometí también el lunes aprovechar esta crónica para responder a la última carta de mi amigo José. Creo que lo que he relatado arriba podría en cierto modo ser considerado como una respuesta, aunque ciertamente indirecta y poco argumentativa. Voy por tanto a entrar directamente en la polémica, aunque no quiero extenderme más aún de lo habitual en mí, e intentaré por una vez ser muy sintético.

He recibido varías cartas vuestras sobre esta polémica, y agradezco y valoro muchísimo todas y cada una de ellas, pero por razones de espacio me limitaré a dar voz a uno solo de vosotros, que escribía:


Amigo Paco:

Si es posible sumarse a este interesantísimo debate, me gustaría apuntar únicamente un argumento. A diferencia de lo que opina tu interlocutor, yo no creo que necesariamente asistir a un juicio como público sea presionar a los jueces. O por decirlo mejor, habría que analizar qué tipo de presión realiza cada cual, porque lo que yo no puedo tolerar es que se coloque en la misma balanza la de unos y la de otros. Ahí van mis razones. Me parece no sólo razonable, sino simplemente evidente, entender que la presencia de los "borrokas" supone una presión, incluso una coacción, porque el juez sabe que detrás de esos paisanos puede estar la pistola de ETA: una amenaza tangible, real y concreta. Y nada gratuita; no sería la primera vez que la banda armada atenta contra jueces. Ellos (el sector nacionalista que respalda y justifica las acciones terroristas) tienen mucho interés en recordárselo al magistrado. Y por eso van. Y cuantos más mejor.

En cambio, ¿qué tipo de presión realiza el ciudadano común? ¿Hay alguna posibilidad de que el juez vea en tu rostro y en el de quienes te acompañan el dedo acusador de un superior que pudiera cesarle, por ejemplo, o causarle algún mal personal? Puede pensarse que en vosotros ve la posibilidad de una reprobación pública, en el caso de que no condene a los acusados. Pero eso es mucho decir. Seguramente tú aceptarás con deportividad lo que decida, incluso si no te gusta. Ni tú ni los demás pertenecéis a un grupo organizado que pueda tomar represalias.Ni siquiera pertenecéis a una asociación de mujeres que inmediatamente puede emitir un comunicado reprobatorio de la sentencia. Sois ciudadanos individuales. Esa es vuestra fuerza y vuestro límite.En fin, me parece que no hay parangón posible entre los dos tipos de "coacciones".

Pero es que, además, no entiendo por qué habríamos de tener pudor en asistir a las salas de justicia. Ya se encargan los tribunales de determinar qué causas son públicas y cuáles no, para proteger derechos de causa mayor. Y las que son públicas, lo son porque se entiende que la Justicia no es algo propio de unos funcionarios, sino que está ligado con la sociedad, que tiene derecho a conocer, y saber, de primera mano, qué es lo que ocurre. Esos funcionarios no son más que los depositarios de una misión social que en un Estado Democrático es esencial y concierne a todos. Eso es lo que estáis haciendo vosotros: ejemplificar el interés de la sociedad por este asunto. Y en la medida en la que es así, y no os dedicáis a lanzarle indirectas al juez por los pasillos del tipo (¡Cuidado con absolverlos, qué conozco el colegio de tu niña!) el magistrado no puede más que sentirse respaldado por vosotros y coaccionado por ellos. Así lo veo yo.

Un saludo

Vidal

Nada que añadir por mi parte sobre este tema, aunque sí lo haré sobre otros.

- Dije, y lo repito, que de manera genérica batasuna y alrededores son un montón de psicópatas encantados de haber colaborado en los más horribles crímenes. La colaboración moral no necesito demostrarla, puedes hacerlo tú consultando en las hemerotecas los actos de homenaje a los etarras muertos en las más diversas circunstancias, los honores que les otorgan sin parar, las campañas de acoso hacia las víctimas, etc, etc. La colaboración material ha sido demostrada en otros juicios, y espero que también en este.Y en cuanto a lo de psicópatas ¿cómo calificarías tú a quienes después de un asesinato llaman por teléfono a la viuda del muerto y le piden que les devuelva la bala con que lo mataron? Si en algún comunicado de batasuna encuentras un mínimo de humanidad hacia las victimas de ETA, por favor no dejes de dárnoslo a conocer.

- Manda huevos, y perdonad la expresión, que menciones en un mismo mensaje el caso Atutxa y el caso Pinochet, sin darte cuenta de que ambos son las dos caras de la misma moneda: una intervención política que puso freno a una decisión judicial, con la diferencia de que lo que hizo Atutxa fue, como poco, muchísimo más discutible jurídicamente que lo que hizo el parlamento británico.


- Dices: ya que hablamos del PNV te diré que lo considero un partido plenamente democrático, no sólo entrecomilladamente democrático. Es democrático porque en su programa acepta los principios democráticos, porque ha sido víctima de persecución por la defensa de valores democráticos y porque en su funcionamiento interno se respetan los principios democráticos. No hay más que eso. Desde luego no es mi partido y te diré que en general detesto a los partidos nacionalistas de toda laya, también a los nacionalistas españoles. Igual tampoco eres consciente de que lo que dices del PNV es perfectamente aplicable al PP, con el agravante de que no ha sido, sino que es ahora mismo perseguido por su defensa de valores democráticos en el País Vasco, aunque desde luego allí cuenta con el apoyo valiente y decidido del PNV, que hace a diario desde hace años lo que nosotros hicimos el lunes por los batasunos. Añadiré también que estoy bastante harto de oír decir que se detesta a los partidos nacionalistas, para a continuación arremeter contra partidos supuestamente nacionalistas (que yo sepa ni PP ni PSOE se definen como tales) y no decir una sola palabra contra aquellos otros que proclaman a los cuatro vientos que el nacionalismo es su misma razón de existir.

- También decías que lo del estado agónico era un delirio mío. Ojalá tengas razón. Pero más allá de argumentar mi opinión en lo que en los últimos meses está sucediendo con el Estatut y similares cuestiones, me remitiré a algo que ya ha mencionado nuestro barman en su escrito. Desde un medio de comunicación público se están dando instrucciones a los periodistas, reiteradas y expresas, de que dejen de hablar de lo que sucede en el País Vasco, aunque sí se les "sugiere" que hablen del caso Atutxa o de Patxi López, para echarles un capote por supuesto. Así de claro, y con estas palabras, me lo contó uno de esos periodistas este fin de semana. A mí, el que un medio público niegue la voz a quienes sufren el acoso terrorista me parece un síntoma de que el estado, en efecto, parece querer abandonar a los ciudadanos a su suerte.

- Supongo, tal vez me equivoque, que te consideras de izquierdas. ¿Cómo es posible que desde la izquierda se critiquen las certezas morales, el deseo (que no añoranza) de un estado fuerte, o la implicación de los ciudadanos en la administración de la justicia? Hace años esas eran cosas que la izquierda defendía y por las que algunos incluso luchaban. Se ve que ahora para muchos ser de izquierdas es no tener ninguna certeza moral, desear un estado cuanto más débil mejor (los estados fuertes se los dejamos a los nacionalistas), y delegar absolutamente en manos de los funcionarios la justicia y otros poderes del estado. Entonces ¿en qué cree esa izquierda? Ah, se me olvidaba que esa izquierda no tiene certeza moral de nada, y por lo tanto difícilmente puede creer en nada. Luego, eso sí, nos sorprenderemos de que la ultraderecha, los nacionalistas, o los integristas religiosos de cualquier especie, sean cada día más fuertes... igual es porque ellos sí creen en algo y nosotros no.

Bueno, hasta aquí la polémica por mi parte, pero no la carta. Acabo de decidir que no voy a pedir más excusas por escribir tanto, porque es evidente que el que quiera leerme lo hará porque le interesa, y el que no tirará mis mensajes a la basura, así que se acabaron las disculpas y los complejos y os cuento un par de cosas de lo sucedido ayer martes en la sala.

Probablemente lo más importante de todo sea como está avanzando el juicio, aunque en realidad es a lo que menos tiempo dedico en mis cartas. El caso es que la tónica parece no variar mucho. La presidenta de la sala sigue ordenando que se lean todos los documentos que la defensa reclama, como el que se leyó ayer , un documento interno de Egin en el que se decía que el tiempo de las iniciativas espontáneas e independientes en el MNLV había terminado, y que ahora todos tendrían que obedecer disciplinadamente las ordenes de la dirección del MLNV. Yo no veo más que dos maneras de entender esto: o toda la trama civil del MLNV estaba a las ordenes de ETA, o ETA estaba a las ordenes de alguien de la trama civil del MNLV, cosa poco probable pero muchísimo más grave. Lógicamente el cabreo de la defensa cuando la presidenta ordenó leer este documento fue monumental. Se ve que ellos tienen puestas todas sus esperanzas en que no se lean los documentos incautados por la policía, aunque también parecen seguir la estrategia de culpar de todo a uno de los suyos, que debería estar en la sala como encausado, pero que con probabilidad no va a ser juzgado nunca pues está incapacitado por una gravísima enfermedad.

Por la tarde me fui pronto para empezar esta carta, y por atenderos a vosotros me perdí algo también interesante. Al parecer el director y la directora adjunta de Egin admitieron haber celebrado en 1992 una reunión con el etarra Txelis. Según dijeron, en esa reunión realizaron al terrorista una entrevista meramente periodística... entrevista que jamás fue publicada. Seguro que hay algún mal pensado que duda de tan coherente y lógica explicación. De todas formas dejaron en muy mal lugar al tal Txelis por decir en esa entrevista cosas que ni el propio Egin consideraba dignas de ser publicadas.

Pero a primera hora, antes de entrar a la sala, cuando estábamos en el vestíbulo, sucedió algo que al menos para mí fue lo más emocionante del día. Estábamos los cuatro de siempre rodeados de los cuatrocientos de siempre (en realidad son solo unos ochenta, pero bueno) Sin embargo me pareció ver gente nueva entre sus filas: acompañados permanentemente por una traductora allí había tres individuos, con todo el aspecto de acabar de llegar de algún lugar de centroeuropa. Se les veía gente seria y formal, que escuchaban casi sin decir nada lo que les contaban los imputados en el caso y sus abogados. Uno de los nuestros me confirmo lo que ya sospechaba: esos tres señores eran observadores alemanes que la defensa había traído con la intenión de que vigilaran por la limpieza del proceso, o mejor dicho, de que certificaran el atropello al que estaba siendo sometido el pueblo vasco. Uno de nosotros me dijo que el día anterior, el de la suspensión, ya habían estado allí, y que algunos de los nuestros había conseguido hablar con ellos. Pero lógicamente yo pensé que no debía privarles de una conversación conmigo, que para un extranjero que pasa por Madrid es algo casi tan importante como visitar el Museo del Prado o intoxicarse con una sangría en la Plaza Mayor. Así que cuando observé que uno de aquellos teutones se alejaba del grupo y subía las escaleras en dirección al servicio, le seguí.

Tenía que aprovechar ese momento en el que iba a estar solo, incluso sin la inseparable traductora de la que se había desprendido por razones de fuerza mayor. Entre en el servicio y afortunadamente allí no había nadie más que el, ocupado en sus asuntos en uno de los dos urinarios. Supongo que por no imaginar otras cosas, pensé en aquello como en un encuentro entre dos espías de película, y me situé en el otro urinario. Allí yo no hacía sino fingir que estaba haciendo algo que en realidad no estaba haciendo, porque estaba tan nervioso que no podía hacer nada de lo que se suponía que debería hacer allí, e incluso era incapaz de... me estoy liando y va a ser peor, así que os ahorraré estos detalles. Sin perder tiempo empecé a hablarle en ese inglés mío al que tanto tiempo dedico últimamente, y le dije que quería hablar con él si no tenía inconveniente, que yo era un ciudadano de a pie sin implicación directa en el caso y que...

Un batasuno con la camiseta reglamentaria entró en el servicio y me vio hablando con él. Con la esperanza de que hubiera puesto todos sus capacidades en aprender euskera y no inglés, hice caso omiso de su presencia y continué diciendole al alemán que quería hablar con él, pero a solas, y que cualquier momento sería bueno para mí. Me dijo que por supuesto lo haría, y que ellos estaban allí para hablar con todo el mundo. Me fui y durante todo el día estuve atento a cualquier indicio de que quisiera tener esa conversación conmigo, pero no pasó nada. Espero poder tenerla algún otro día, si es que van a quedarse suficiente tiempo como para observar algo en serio.

Me han dicho mis amigos que esos alemanes son gente que viene con la mejor intención, aunque absolutamente ignorantes de lo que sucede en el País Vasco, es decir, que sólo conocen la versión de batasuna de todo esto. Yo, en principio, no me fío nada, ni de ellos ni de otros abogados españoles que, toga incluida, asistían ayer al juicio entre el público. Ojalá me equivoque y sea gente dispuesta a trabajar buscando la verdad, y que no se conformen con la peculiar versión de la verdad que les van a proporcionar para que le echen una firmita. Ojalá sean solo infundadas sospechas mías, pero hay cosas demasiado elocuentes. No me parece lógico que un observador se pase el día con una de las partes, se sienten en la sala a su lado, coma con ellos, etc. Los abogados españoles también se sentaron con sus togas en su bancada, cosa muy extraña dado que en la suya apenas había sitio mientras que la nuestra estaba prácticamente vacía. Aparte de eso me extrañaría tanto ver gente capaz de afirmar pública y oficialmente que el proceso es limpio, si es que así lo cree, que no tengo más remedio que desconfiar.


Pero no quiero acabar mi mensaje con pesimismo. El lunes los quince que acudisteis demostrasteis que aún hay mucha gente dispuesta a comprometerse con lo que cree justo. Cada día recibo nuevas muestras de felicitación y apoyo de amigos y de gentes a quienes no conozco, y estoy convencido de que esto no ha hecho más que empezar. Tengo la certeza moral de que la razón nos acompaña y una enorme fe en nuestras convicciones, y por eso sé que no fracasaremos.

Gracias y hasta pronto

Renault



LA VERSIÓN DEL BARMAN


Ayer un grupo de ciudadanos absolutamente independientes éramos convocados por nuestro amigo X. para acudir al macrojuicio contra la red financiera y política de ETA, simplemente para dejar constancia de que creemos que este juicio es fundamental en la historia de nuestra democracia, para no dejar solos frente a los encausados y quienes les acompañan en numeroso grupo a las víctimas que se personan como acusación, para demostrar nuestro apoyo a un sistema judicial en el que confiamos.

Ay! Pero la democracia en este país comienzo a pensar que tiene mala suerte. Según nos dirigíamos al lugar del juicio, las dependencias de la Audiencia Nacional en la Casa de Campo nos informan por el móvil que la Falange ha elegido el mismo día para acudir por allí. Y allí nos vemos nosotros. Un grupo de personas serias y silenciosas, apartadas de la niños de la falange que a las órdenes de un tipo con abrigo azul comenzaban a insultar a los encausados y a sus abogados según iban llegando, a gritar el horrible grito de ¡Pena de muerte! O el de ¡Viva España! (Una España en la que obvio es decirlo que no creo pues la mía es otra) con una suerte de excitación que yo nunca he conocido. Mientras nosotros trátabamos de seguir manteniendo una prudente distancia frente a su inútil violencia, mientras las cámaras de Gara nos enfocaban por igual a nosotros y a ellos. Nuestros intentos de contactar con alguien de la prensa habían sido inútiles (algún periodista de algún medio público le habían dado orden expresa de no volver a hablar del “tema vasco”) y a los demás parecía fascinarles mucho mas los insultos y la movilidad sin tino de los fascistas que la calma y el sosiego de quince personas que nadie acertaba a saber muy bien que hacían allí.

Por fin entran todos los encausados y la cosa se calma e intentamos formar una cola para cuando se habrá la sala al público. Nosotros y unos pocos familiares de los acusados, que sabe Dios por qué cada vez se arrimaban más a nosotros. Quizás fuese por que las miradas de los fascistas se dirigían hacia ellos con odio mientras que a nosotros solo nos obsevaban con evidente incomprensión. Al final uno se dirige a nosotros.

- ¿Qué te han dicho?

- Qué si éramos familiares de los encausados

- Y que les has dicho

- Que no

Todo termina con una pequeña pelea, en la que alguno de los nuestros con verdadero talante negociador se dirige a los fascistas intentando convencerles que no hacen ningún favor (sino todo lo contrario) a las víctimas que están todo el rato presentes en sus gritos pero la verdad es que el tener talante negociador no significa en absoluto que te vayan escuchar (que si escucharon) mucho menos a comprender (que no comprendieron).

Al final tanto radicales de un lado como de otro se van yendo, mientras quedamos allí los otros. Quince personas que van entrando en estado de congelación porque la tarde es fría, muy fría. Y los policías tienen relevos y nosotros no. Los agentes, claramente apiadados de nuestro estado, nos informan de que no se sabe si se va a suspender la sesión porque no hay traductores. Llegamos a la conclusión estúpida y verdadera de que este país es diferente, quizás el único país del mundo en donde pueda suceder que unos jueces, fiscales, abogados y acusados que hablan el mismo idioma necesiten traductores y encima el Estado se les facilite. El único, desde luego, en donde después de haber atendido esa misma mañana sus reivindicaciones laborales esos mismos traductores no se presentan luego a cumplir con su labor tan a todas luces gratuita.

Tras dos horas de congelación, los quince ciudadanos libres y demócratas y desconocidos entre ellos, algunos venidos desde fuera de Madrid reciben la noticia de la suspensión del juicio hasta el día siguiente y se van a tomar un café con leche bien caliente y durante su consumo, sin necesidad de traductores todos ellos se reconocen como buenas personas, ingenuas y quiero creer que algo quijotescas en lo que de loco y de noble tiene el término.

Al final mañana nuestro amigo X. volverá a estar prácticamente solo en la sala, mañana vendrán seguramente autocares del País Vasco que traerán docenas de personas que apoyan a los encausados y que odian a jueces y fiscales y probablemente a mi amigo X, la sesión se celebrará sin que esta sociedad parezca querer saber nada del juicio políticamente mas importante de nuestra corta historia democrática y en quince hogares de la geografía de España el consumo de Ibuprofeno subirá en dosis apreciables.

Pero creo que nunca me lamentaré de haber hecho el ridículo de esta forma

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lunes

Polémica con un amigo

Madrid 12 de diciembre de 2005

Saludos a todos

Hoy unos quince de nosotros hemos acudido a la sala donde se celebra el juicio.... Y hasta aquí puedo leer, o mejor dicho, hasta aquí puedo escribir porque estoy agotado. En lugar de la crónica de lo sucedido, que intentaré enviárosla mañana, os envio tres mensajes que nos hemos cruzado uno de vosotros y yo (...)

Sé que esa persona, de nombre José, os ha enviado a algunos de vosotros, no sé si por error o voluntariamente, la carta que me escribió. Por ello, y porque en sí me parece una polémica interesante, os remito todo lo que uno y otro hemos escrito hasta el momento. Mañana aprovecharé mi crónica de lo ocurrido hoy para conestarle a su última carta, y digo que la aprovecharé porque lo que hemos presenciado, y en parte protagonizado, los quince amigos que allí estábamos, me viene al pelo para contestar a ese otro amigo que disiente tan redicalmente de mis opiniones y actos. Aquí van las tres cartas.



Sent: Saturday, December 10, 2005 4:01 PM
Subject: Re: S.O.S.


Estimado Paco,

Antes de nada te quiero felicitar por haber sido consecuente con el impulso moral irreprimible que parece te anima a estar presente en donde consideras que debes estar y, además, contarlo.

Efectivamente me considero tu amigo y persona valiente e íntegra; por ello no secundaré tu iniciativa de acudir a una sala de justicia para “apoyar la acción de la justicia” porque creo que así lo único que se hace es el juego a los que tu y yo queremos vencer, a los enemigos de la democracia.

En una sala de justicia, en un estado democrático, se juzgan hechos y las certezas morales están fuera de lugar así como los intentos de presionar a los jueces: se han producido demasiados desmanes y demasiados abusos so capa de las certezas morales, y esas certezas son las que te mueven a presionar a la justicia. Yo, hasta ahora, pensaba que eran ellos los que tenían esas certezas morales y ahora me encuentro con que también esas certezas anidan en nuestros corazoncitos, convirtiéndones al menor descuido en fundamentalistas democráticos, tan peligrosos como los otros.

Parece mentira que a estas alturas tengamos que recordar cosas elementales: los hechos que se juzgan en una sala de justicia lo son individualmente porque los delitos son individuales, no colectivos. Creo Paco que te confundes y que lo que querrías es una “causa general”, una causa general en la que también cabría, por qué no, el PNV que piadosamante calificas como “nacionalismo democrático” porque, de acuerdo con lo que planteas ¿qué diferencia esencial separa los barrokos a los del PNV? Yo me respondo y digo que ninguna diferencia ya que afortundamamente no se juzga ni a barrokos ni a ninguna opción ni calificativo, se juzgan a ciudadanos por hechos, y cuando sean juzgados y condenadados se les podrá calificar; no antes.

En realidad tu argumento es: 1. Ya que todos tenemos la certeza de que son culpables, 2. Ya que el estado es inoperante y prácticamente está demolido y sus defensores acorralados, 3. Ya que, por ello, es previsible que esos defensores sean permeables a la presión, acudamos todos a mostrarles nuestro apoyo y contrarestar esa presión.

Es una barbaridad por varias razones, sobre todo porque traslada la confrontación cívica y política al terreno de las salas de justicia que es precisamente lo que ellos quieren, lo que vienen haciendo sin ningún resultado, y en lo que se basan (su discurso de siempre es que la justicia es un instrumento del gobierno y que no tiene autonomía), Pero también es una barbaridad porque se parte de una presunción de culpabilidad “moral” con independencia de lo que el tribunal pueda probar o no. Tu santa indignación, que compartaría si se tratase de algo que impulsa una acción política o cívica pero que me produce gran inquietud cuando respalda una iniciativa para presionar a unos jueces, te lleva a calificar de asesinos, cobardes, sicópatas encantados de haber colaborado con los más horrendos crímenes, gentes que les encantaría asesinar a la presidenta del tribunal, etc, es decir, ya los has juzgado. Y la cosa no sería grave si se trata de una condena política y moral, pero lo que quieres es que esa condena política y moral se convierta en una sentencia judicial.

Cada vez que oigo argumentos a favor de fortalecer un Estado agónico, acusaciones de debilidad de las instituciones, etc, me echo a temblar porque lo que siempre se pretende, se sea consciente o no, es limitar las garantías democráticas y el alcance de las libertades cívicas. Yo creo que la fortaleza del estado es la que está acabando con Eta y que los jueces no precisan ningún apoyo en las salas de justicia: no lo han necesitado nunca en más de 30 años juzgando y condenando a Eta y nunca les tembló la mano en momentos muchísimo más difíciles que los actuales.
¿A qué viene ahora estos argumentos de que el estado está agónico? ¿Qué delirio es éste?

Si de lo que se trata es de apoyar a las víctimas ahí estoy contigo, pero me parece muy sospechoso que se trate ahora de esto cuando llevamos muchos años teniendo oportunidades de solidarizarnos con ellas. Solidarizarse con las víctimas es estar con ellas cuando se las amenaza, concentrarse con ellas cuando incendian sus casas, o salir con ellos a la calle compartiendo el riesgo con elllas. No se apoya a las víctimas yendo a una sala de justicia, entre otras cosas porque en una sala de justicia se debate quien es el que infringió el daño, no la condición de víctima, que nadie cuestiona.

Si a Sadam Hussein le absuelven porque su juicio se desarrolla sin garantías y en un estado de presión generalizado hacia los jueces yo aplaudiré esa decisión jurídica (no sé si es “la verdad jurídica” a la que te refieres) aunque tenga el convencimiento moral de que es un genocida de la peor especie.

Por todo ello no iré a presionar a los jueces.

Un abrazo.

Jose

P.S.
Me gustaría que me siguieses enviando tus “crónicas”; una cosa no quita la otra



Sent: Sunday, December 11, 2005 10:23 PM
Subject: S.O.S.


Hola José

Te agradezco profundamente que te hayas tomado la molestia de escribirme exponiendo tus opiniones sobre lo que estoy haciendo, y te agradezco más aún que seas tan sincero conmigo, aunque en realidad ya te estaría agradecido simplemente por el hecho de haber leído mis mensajes, cosa que debe llevarte un tiempo del que estoy seguro no andas sobrado. Por todo ello veo que no me equivoqué al considerarte persona íntegra, valiente, y amiga mía. Es más, creo que esto lejos de distanciarnos nos hace ser un poco más amigos, porque a esas dos cosas que veo reafirmadas en ti, integridad y valentía, les doy muchísimo más valor que a las diferencias de pensamiento que podamos tener.

Por otra parte, el que un amigo discrepe tan profundamente conmigo me es tremendamente útil, pues me obliga a cuestionarme lo que estoy haciendo, empujándome a analizar mis propios argumentos y a buscar las contradicciones que pueda haber en ellos. Desde que recibí tu correo ayer lo estoy haciendo, y aquí van las conclusiones.

Me dices que ...en una sala de justicia, en un estado democrático, se juzgan hechos y las certezas morales están fuera de lugar. Estoy de acuerdo contigo, pero lo que no entiendo muy bien es porque me atribuyes algo que no solo no he dicho, sino que tampoco pienso. ¿En qué lugar he dicho yo que lo que las certezas morales, en éste o en cualquier otro juicio, deban sustituir a los hechos? Creo haber dicho algo bien diferente. He escrito, por ejemplo: ... ahora ha llegado el momento de la verdad, de la verdad jurídica, esa verdad que en un estado de derecho no debería contradecir la verdad moral, sino refrendarla. Advierte que no identifico ambas verdades, la moral y la jurídica, sino que las diferencio, y tampoco digo que en un estado de derecho la verdad jurídica debería plegarse a la verdad moral, ni adaptarse a ella, sino refrendarla. Tal vez no he utilizado el termino más preciso de los posibles, pero lo que pretendo decir con refrendar es confirmar con pruebas lo que por simples indicios todos, o muchos, pensamos. Es decir, que me parece sano que en una democracia lo frecuente sea que la justicia se muestre capaz de probar legalmente aquello de lo que la sociedad moralmente tiene certeza. Obviamente esto no siempre será posible, pero me parecería muy preocupante que ambas verdades rara vez coincidieran, pues eso indicaría o bien que los tribunales son inoperantes, o bien que la sociedad está muy perdida. No voy a negar que esas certezas morales que a veces se instalan en la sociedad tienen su peligro. Hace no mucho tuvimos un caso, muy diferente es cierto, que lo demuestra. Me estoy refiriendo al juicio contra Dolores Vázquez por la muerte de Rocío Wanninkof.

Pero voy a ponerte otro ejemplo que es más próximo al que nos ocupa: el caso GAL. No sé tú, pero yo desde luego sospechaba, desde mucho antes de que hubiera ninguna acusación formal, que detrás de este grupo criminal estaba "el estado", así, con unas comillas que pretenden sugerir una idea difusa que incluiría funcionarios públicos, cargos políticos, tal vez al gobierno o parte de él, etc. Yo pienso que estuvo muy bien que la justicia actuara y pusiera nombres y apellidos a los sospechosos de esos crímenes, los sometiera a un juicio penal con todas las garantías, demostrara la culpabilidad de algunos de los acusados, y los condenara, aunque es cierto que probablemente no procesó a todos los responsables, y yo personalmente no dejo de lamentarme por ello. Aún con toda la manipulación que hubo en ese caso por parte de la prensa y de la entonces oposición política, creo que fue muy positivo que esa certeza moral que parecía acompañar a la inmensa mayoría de los ciudadanos no se quedara dentro del ámbito de las opiniones privadas, sino que saltara a la arena pública y creara un clima que, probablemente, ayudó a que finalmente el caso llegara a los tribunales, aunque no de una manera plenamente satisfactoria para muchos de nosotros.

Me parece que el caso GAL guarda más de una similitud, al menos para mí, con el que ahora nos ocupa. En aquel momento lo que pedía una buena parte de la ciudadanía era que se investigara y se persiguiera a los autores de determinados delitos. Muchos de los que así pensábamos no señalábamos con el dedo a nadie en concreto, pero teníamos una cierta idea de dónde se les debía buscar. Ahora ocurre lo mismo. Te habrás dado cuenta de que ahora tampoco he hecho imputación alguna contra nadie en concreto, sino que he dicho que los culpables del clima terror y coacción que se vive desde hace años en el País Vasco, no son sólo quienes disparan a la nuca y ponen bombas, sino también quienes de forma absolutamente coordinada con ellos les alientan, les justifican, les informan, les financian, les dan cobertura política y mediática, etc. Quien ha puesto nombre y apellidos a esas personas, y quien les ha imputado cargos tipificados en nuestro código penal, no he sido yo, sino los instructores del caso.

Yo tengo la certeza moral de que, en efecto, ETA es algo más que sus comandos, pero no sólo creo que ésta convicción personal es insuficiente de todo punto para procesar y condenar a alguien, sino que por puro sentido común pienso que entre los encausados en este proceso, ni están todos lo que son, ni son todos los que están, por decirlo coloquialmente. A pesar de ello creo que la justicia ha hecho muy bien en investigar el asunto, que ha sido eficaz al encontrar indicios suficientes para procesar a unos cuantos presuntos responsables de esos delitos, y espero que consiga en el juicio probar la mayor parte de sus acusaciones, porque para mí eso significaría que ha cumplido con su deber de perseguir un delito que, como digo, estoy convencido de que se ha cometido y se sigue cometiendo. No he dicho nunca, ni diré, que los responsables de tales o cuales delitos sean tales o cuales personas, porque carezco de información suficiente para afirmar tal cosa, ni siquiera como mera opinión personal, como tampoco nunca dije que el Señor X fuera tal o cual persona, pero como demócrata apoyaré cualquier proceso que pretenda despejar esa incógnita aún no resuelta.

Por si este ejemplo no fuera suficiente te pondré otro: El caso Pinochet. Yo tengo la certeza moral de que el general Pinochet tiene responsabilidad en muchos de los crímenes cometidos durante su dictadura, y por ello apoyé moralmente su extradición y procesamiento, y si mi apoyo en ese caso no fue material fue porque, quizás equivocadamente, me pareció que entonces ya había suficiente gente mostrando su apoyo a la acción de la justicia. Digo que tal vez me equivoqué, y no dejo de pensar que si en aquella ocasión los ciudadanos de a pie hubiéramos sido más decididos, Pinochet tal vez no se hubiera librado tan fácilmente. Sin embargo, lo reconozco, no tengo ninguna prueba de la implicación de Pinochet en esos crímenes. ¿Las tienes tú? ¿La presencia en embajadas, consulados y parlamentos de manifestantes apoyando el procesamiento en aquellos días provocó que te echaras a temblar porque lo que siempre se pretende, se sea consciente o no, es limitar las garantías democráticas y el alcance de las libertades cívicas?.

Me dices también que los hechos que se juzgan en una sala de justicia lo son individualmente porque los delitos son individuales, no colectivos. Perdona que te lo diga, pero creo que estás poco informado. Hasta donde yo sé en esta causa se juzga a 56 personas físicas, acusadas individual y diferenciadamente de diversos delitos presuntamente cometidos por cada uno de ellos, solos o en compañía de otros. No me extenderé mucho sobre este particular, porque creo que si de verdad te interesa contrastar esa opinión tuya, lo único que tienes que hacer es consultar cualquiera de los muchas fuentes que hay con información oficial sobre el caso, y si en ellas encuentras que en efecto se están haciendo imputaciones colectivas de delitos colectivos, me lo dices y lo discutimos.

Lo que añades a continuación, eso de que lo que yo quisiera es una "causa general”, una causa general en la que también cabría, por qué no, el PNV... me parece una acusación gratuita hacia mis convicciones democráticas, por decirlo educadamente. ¿Dónde he sugerido yo que eso es lo que deseo? ¿Quién ha pedido que se procese al PNV? Es más ¿Dónde has escuchado que habría que procesar a toda Batasuna, a todos los empleados de Gara, o los de cualquiera de las empresas bajo sospecha de colaborar con ETA? Hasta donde yo sé, y corrígeme si me equivoco, los procesos, o los intentos de procesamiento, contra miembros de Batasuna han sido siempre eso, procesos contra personas concretas por delitos concretos, tales como apología del terrorismo, colaboración con banda armada, injurias, etc. Que yo sepa Batasuna fue ilegalizada, pero nadie ha respondido ante un tribunal por su mera pertenencia a ese grupo político.

Unos cuantos de los miembros de ese grupo, no uno ni dos, además han sido miembros confesos de ETA. A veces algunos miembros de Batasuna han simultaneando su militancia activa en la banda con el desempeño de cargos públicos y otros han dejado la política para pasar a formar parte de comandos terroristas. También los hay que "abandonaron" su militancia en ETA para "pasarse a la política", como por ejemplo el mismísimo Arnaldo Otegui, quien como sabrás fue condenado por pertenecer a la banda y participar en varios delitos, entre otros el secuestro del empresario Luis Abaitua en 1979. Mis entrecomillados en esta ocasión, que tal vez te parezcan injuriosos, se deben a que después de cumplir la mitad de su pena de seis años y salir a la calle, el señor Otegui, que yo sepa, no solo no ha hecho la más mínima autocrítica por haber pertenecido a ETA, sino que no desperdicia oportunidad para mostrar su apoyo a la banda terrorista, en algunas ocasiones con gritos de "Gora Euskadi Ta Atkatasuna", en otras promoviendo homenajes a etarras convictos y confesos, o llamando luchadores por la libertad a quienes murieron victimas de la bomba con la que una vez más iban a asesinar a algún enemigo del pueblo vasco.

Creo que con este curriculum, que si no lo conoces podrás comprobar en cualquier hemeroteca, o simplemente echando un vistazo a los archivos del propio Gara, el señor Otegui se merece que yo entrecomille las palabras "abandonar" ETA y "pasarse a la política". No obstante he leído hace poco en un foro que alguien decía que Otegui, después de cumplir condena, se había rehabilitado, y tal vez tú pienses lo mismo, pero a mi eso me parece un chiste. A pesar de todo ello, si los tribunales no encuentran pruebas suficientes para procesar y condenar a Otegui o a otros como él, yo, como demócrata, aceptaré todas y cada una de esas sentencias, aunque más que a la inocencia de los acusados crea que se deban a la falta de pruebas.

También pareces criticar el que entrecomille "nacionalismo democrático" al referirme al PNV (y también a EA, no lo olvidemos). Hombre, a mi un partido con un fundador como Sabino Arana que decía cosas como Antiliberal y antiespañol es lo que todo bizkaino debe ser, y En pueblos tan degenerados como el maketo y maketizado, resulta el sufragio universal un verdadero crimen, un suicidio, pues que quieres que te diga, no me parece muy democrático. Te recuerdo que el actual PNV no hace la más mínima crítica a su fundador (si tú piensas que sí la hace, por favor documenta esa opinión porque me interesa), y desde luego sí le homenajea a menudo (si te interesa saber cuán a menudo puedo darte algunas referencias sólo del último año). No deberíamos olvidar que el lema del PNV fue, y no sé si sigue siéndolo, Jaungoikoa Eta Lagi Zarra, que traducido quiere decir algo así como Dios y Leyes Viejas, un lema muy apropiado para cualquier partido democrático y progresista.

Pero si todo eso te parece cosa del lejano pasado podemos hablar del pasado cercano, de las palabras del que fue su máximo líder durante años, Xabier Arzalluz, de sus referencias en el año 2000 al Rh distintivo de la raza vasca , o para no limitarnos a opiniones por muy destacadas que estas sean, podemos pasar a considerar los hechos, como el pacto de Estella, del año 98, donde el PNV firmó con Batasuna y con la propia ETA (aunque esto no se si lo han reconocido públicamente) un acuerdo de acción común sin pedir siquiera que la banda terrorista se disolviera, o que Batasuna condenara la violencia etarra.

También, dado que destacadísimos dirigentes de este partido afirman de vez en cuando que la democracia española es deficitaria, creo tener perfecto derecho a expresar mi idea de que la democracia deficitaria es la que ellos proponen, diciendo que su partido es "democrático"...

Bueno, se me quedan muchísimas cosas en el tintero, y te aseguro que no me extiendo más por no aburrirte. De entre esas cosas que no voy a argumentar extensamente, apuntaré unicamente que por ejemplo no veo que nadie diga que las asociaciones de mujeres que acuden a los juicios por violencia de género estén presionando a los jueces, o que quienes sí parecen pretender alterar el curso de la justicia son quienes califican el proceso de político (todo el nacionalismo lo hace como sabes), y también quienes prejuzgan, al menos tanto como yo, cuando respondiendo a la pregunta sobre si los encausados en este proceso son parte de ETA afirman: Yo personalmente no lo creo así, pero pasamos una legislatura con Aznar en la que prácticamente toda Euskadi estaba bajo sospecha. (Entrevista a Patxi López en Gara, 2005 - 11- 13)

A pesar de todo quiero dejarte bien claro que en absoluto estas discrepancias me hacen sentirme incómodo con tu amistad. Presumo de ser una persona muy abierta y de contar entre mis amigos con gente que piensa y vive de manera muy distinta a la mía. Además, contigo tengo un peculiar sentimiento de gratitud por algo que igual te parece una tontería....(Aquí se incluía el relato de algo que ocurrío hace tiempo, que no tiene nada que ver con todo esto, y que prefiero no hacer público)... En realidad lo que hiciste por mí no es muy diferente de lo que yo intento hacer con las víctimas del terrorismo que acuden al juicio.

En fin, que creo yo que la causa de nuestras diferencias en este caso, o al menos parte de la causa, es que a veces nos olvidamos de ese dicho tan acertado, La verdad es la verdad, la diga Agamenón o la diga su porquero, y que yo aplico al tiempo presente con la formula La verdad es la verdad, la diga Rajoy o la diga Zapatero. (y pongo a Zapatero en lugar del porquero porque rima, no me seas puntilloso también con eso)

Mi padre solía decir que cuando todo el mundo piensa igual, es que nadie piensa. Por ello creo que deberíamos felicitarnos por no pensar igual.

Un fuerte y sincero abrazo de

Paco



Sent: Monday, December 12, 2005 8:43 PM
Subject: Re: S.O.S.


Paco, tu prosa desbordante me obliga a sintetizar mucho en aras de la claridad porque sino me pierdo. Como por otro lado no quiero insertar comentarios en tu propio texto, porque el galimatías estaría garantizado, sigo el debate de esta guisa esperando que no la consideres esquemática:

1. Estamos debatiendo una iniciativa de un ciudadano que propone a otros ciudadanos su seguimiento.

2. Esta iniciativa consiste en ir a a una sala de justicia donde se juzgan unos hechos. Esta iniciativa tiene obvios referentes políticos, morales, etc, y así se argumenta y se respalda por parte del convocante.

3. EL núcleo de esa argumentación es el siguiente:

En fin, que no voy a perder más tiempo argumentando algo de lo que, moralmente, todos tenemos certeza. El caso es que ahora ha llegado el momento de la verdad, de la verdad jurídica, esa verdad que en un estado de derecho no debería contradecir la verdad moral, sino refrendarla. Es mucho lo que nos estamos jugando. ¿Cómo va a sustentarse la poca credibilidad que ya tiene la justicia si una vez más la vemos incapaz de demostrar lo que a todas luces es cierto? ¿Quién se atreverá a confiar en los tribunales si de nuevo estos fallan en su deber de hacer justicia castigando a los criminales? ¿Con que autoridad lucharemos por una justicia universal, de la que ningún asesino, ningún genocida escape, si somos incapaces de perseguir a nuestros propios criminales? Una sociedad con una justicia impotente, una sociedad sin fe en las instituciones democráticas de las que, después de mucha lucha, se ha dotado, es una sociedad con un pie en el fascismo, en cualquiera de sus variantes. Por eso creo que estamos ante un proceso crucial, una oportunidad, y me temo que una de las últimas, para recuperar en toda su dimensión palabras como ley, justicia, libertad, e igualdad. Todo eso, y sinceramente creo que no exagero, se está decidiendo ahora mismo en unas dependencias de la Casa de Campo.

Es decir, por mucho que le des vueltas, tu convocatoria está basada en esta descripción, con la que disiento profundamente por las razones que expuse en mi anterior mensaje que creo no has contestado, y consiste en personarse para contrarrestar la presión que los partidarios de los encausados ejercen con su presencia, porque se abriga el temor de que la justicia una vez mas sea incapaz de demostrar lo que a todas luces es cierto.

4. Ya sé que no imputas directamente a nadie, pero, una vez más, estamos analizando una iniciativa que se presenta con un argumentario, y ese argumentario, entre otras cosas, dice refiriéndose a los encausados:

.... un montón de psicópatas encantados de haber colaborado en los más horribles crímenes, y envalentonados al comprobar que enfrente solo tienen a las debilitadas instituciones de un estado agónico, a las que apoyan únicamente un par de infelices, una potencial víctima del próximo atentado, y un nostálgico del antiguo régimen

Si eso no es una imputación contra nadie en concreto pues, francamente .....

5. Caso Pinochet. La presencia en embajadas, en manifestaciones, etc, son actos que se derivan de un estado democrático sano con una ciudadanía sana. Por un lado esos actos se realizan en la plaza pública y no en una tribunal, y por otro lado, esos actos pretenden influir sobre todo al poder ejecutivo porque era el poder ejecutivo y no el judicial el que tenía en su mano la petición de extradición, por si no lo recuerdas. Ese era el debate en aquel momento y allí estuvimos muchos. Yo me echo a temblar cuando se argumenta una acción política en base a la supuesta debilidad del estado, sobre todo cuando de ello se derivan añoranzas de estados fuertes. Una manifestación en la plaza pública pidiendo al ejecutivo que tramite la extradición de un dictador es síntoma de una sociedad civil desarrollada, no de un estado agónico.

6. Lo individual versus lo colectivo. Creo que hay un malentendido. Precisamente porque no se juzgan colectivamente los delitos yo criticaba tu argumentación porque creía ver en ella un error al hacer imputaciones colectivas.

7. El PNV. Las cosas que uno dice o escribe son sujetas a interpretación, lógicamente, y si lo fundamental de tu argumentación está basada en las convicciones morales yo, por vía del absurdo, te señalaba que siguiendo ese argumento podríamos acabar pidiendo el procesamiento del PNV. Ese era el sentido de mi comentario. Ya sé que no pides eso, !faltaría más!, ni siquiera lo sugieres, pero no deberías escandalizarte demasiado de mi cuasi-broma; como sabes hay varias fuerzas políticas y mediáticas que llegan a la misma conclusión que yo sin bromear en absoluto. Para ellos una decisión de ese tipo (u otras, como la condena de Atutxa, por ejemplo) significaría que el estado recobraría fortaleza.

Y ya que hablamos del PNV te diré que lo considero un partido plenamente democrático, no sólo entrecomilladamente democrático. Es democrático porque en su programa acepta los principios democráticos, porque ha sido víctima de persecución por la defensa de valores democráticos y porque en su funcionamiento interno se respetan los principios democráticos. No hay más que eso. Desde luego no es mi partido y te diré que en general detesto a los partidos nacionalistas de toda laya, también a los nacionalistas españoles.

Paco, aclaremos las cosas: yo no critico el hecho de que tu vayas a ir a una sala de justicia ni tampoco el que propongas a los demás esa iniciativa. Es tu derecho a hacerlo como es el mío debatir contigo el contenido concreto y las implicaciones que tiene tu iniciativa. Además sé que lo que te anima a ello es algo noble y altruista. Yo no estoy de acuerdo con esa iniciativa y trato de argumentar por qué intentando despejar los buenos sentimientos, la indignación, etc, de las implicaciones y significados de fondo. Nada más. Tampoco estoy de acuerdo con que las feministas se presenten en los tribunales, por ejemplo y sí lo estoy con sus manifestaciones y concentraciones cada vez que hay un caso de malos tratos; son cosas distintas.

Me alegro de que no te incomode mi amistad y desde luego que puedes hacer público este debate según tu mejor criterio.

Un fuerte abrazo.

Jose


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