lunes

G-96330-W Vs I.I.

Madrid 15 de octubre de 2006

Saludos a todos

Esta semana que hoy termina la he pasado casi entera en Lisboa y por ello no he podido acudir ni un día a la Audiencia Nacional, pero la semana anterior sí que fui, el lunes día 2 todo el día y el martes 3 sólo por la mañana, y pude presenciar unas cuantas horas del previsto interrogatorio de los abogados de la defensa a los peritos de la Guardia Civil (...)

La jornada empezó como era de esperar, o sea con protestas, reclamaciones, impugnaciones, recusaciones y con todo tipo de maniobras para que el testimonio de los peritos fuera invalidado de plano. La cosa fue variada y nos llevó toda la mañana del lunes. Primero creo que fue el propio Iñigo Iruin (I.I. para los mas allegados) el que haciendo de portavoz de sus compañeros nos expuso cuál iba a ser la manera de actuar de las defensas. Bueno, no de todas pues hay dos acusados cuyos abogados van un poco más por libre (uno es José Ramón Anchía, de cuyo caso ya os hablé). Aparte de contarnos qué orden iban a seguir en su interrogatorio y de protestar por un montón de cosas que no recuerdo, solicitó que los peritos a los que en cada momento se dirigieran los abogados abertzales fueran ocupando el lugar central de esa “u” que forman las sillas en las que están sentados frente al tribunal. En fin, una cuestión puramente escenográfica y como tal importantísima al menos a mi entender, que en cualquier caso opino de oídas porque como ya he dicho yo de todo eso no veo nada, pero me imagino muy bien cómo era la puesta en escena con la que soñaba Iruin.

Después de la consabida pausa para deliberar sobre éste y otros asuntos la presidenta de la sala, con muy buen criterio a mi juicio, rechazó ésa propuesta de I.I. de que los guardias civiles danzaran por la sala al son que él tocaba y también desestimó otras cuestiones generales que el mismo letrado había planteado y con ello pasamos a otra cosa y a otro abogado: Kepa Landa (no confundir con K.L. el euro Karmelo Landa). Éste insistió en que los agentes presentes de peritos no tenían nada y de hecho afirmó que si en algún momento se refería a ellos como tales peritos sería porque se había equivocado. También fue él el encargado de traer a colación el asunto de la acusada que afirma haber sido torturada y violada por alguno de los peritos durante el interrogatorio al que fue sometida en su día. Pero ahí la presidenta de la sala se mostró inflexible con que eso no correspondía a la prueba pericial en la que estábamos y fue declarando improcedentes todas las preguntas que el señor Landa hizo al respecto. Por cierto que yo ni aquí ni en la anterior carta menciono el nombre de esa acusada no porque no lo sepa o no me importe, sino porque es acertada costumbre no dar el nombre de quienes denuncian agresiones sexuales y aunque ellos (me refiero a Gara y satélites) lo difunden sin ningún problema, yo prefiero actuar con toda la prudencia del mundo y no ponerlo aquí.

Otro de los motivos de queja de Kepa Landa era que el informe sobre el proyecto Udaletxe, del que ya os hablé en la anterior carta, fuera objeto de comentarios por parte de los guardias civiles cuando al parecer ese informe lo realizó la Policía Nacional. La protesta no tuvo mucho éxito y por el contrario consiguió que en el rifirrafe uno de los peritos aportara un dato que no tiene relación directa con este juicio pero que no deja de ser interesante: una de las empresas de Udaletxe, que al parecer se dedica a montar escenarios y cosas así, fue la que organizó el sarao ese de unos días atrás cuyo apoteosis consistió en un par de encapuchados pegando tiros al aire.

Pero cuando la cosa realmente empezó a tomar altura fue cuando Kepa Landa empezó a hablar de epistemología. Él no utilizó esa palabra, pero de eso era de lo que hablaba: ¿Qué entendían los guardias civiles por “documento”? ¿Qué fiabilidad tenían las traducciones que habían manejado? Y sobre todo ¿Qué era eso del método inductivo y como podía considerarse científico semejante disparate?

Sobre el mismo asunto insistió la floreada (lo digo por las rosas blancas que recibe) Jone Goirizelaia y pregunto a los agentes si conocían los muy científicos métodos de la interacción racional, el de la asociación libre con guión establecido, el de la identificación prospectiva o el del pensamiento corrector, todos ellos desarrollados por famosísimos premios Nobel al parecer. Ni los guardias civiles ni desde luego yo teníamos ni idea de qué nos estaba hablando, y a mi la verdad todo eso me sonaba a libro de autoayuda o a filosofía nueva era, pero gracias a Dios tomó la palabra G-96330-W y defendiendo el método inductivo como método científico mencionó a un tal Francis Bacon, que ya me suena algo más, se descolgó con una cita del filósofo inglés (no sé si leída o de memoria) y también hizo referencia a la dialéctica hegeliana que posiblemente –añadió con mucha retranca- los letrados conocerían en su derivación marxista. En fin, que durante un buen rato aquello más que un juicio pareció un programa de Punset.

Pasado este sarampión cultureta Jone Goirizelaia continúo protestando por otras cosas más prosaicas, como por ejemplo por algún error que al parecer había en los números de identificación de uno de los guardias, y ahí se permitió hacer una gracieta que me hubiera gustado que la hubieran escuchado sus amigas actrices. Dijo, con toda la mala intención del mundo, que el guardia en cuestión tenía que desaparecer y, una vez que hubo conseguido el jolgorio que buscaba entre los acusados, se río como sorprendida de que la malinterpretaran y aclaró que no tenía que desaparecer materialmente sino sólo de la sala. La verdad es que esto de pertenecer a la mafia tiene sus ventajas pues te permite hacer amenazantes juegos de palabras que en boca de alguien normal no tendrían el menor efecto.

Ya por la tarde empezó el interrogatorio propiamente dicho con el mencionado Iñigo Iruin abriendo plaza y he de reconocer -porque aunque yo no sea un testigo imparcial ni objetivo sí pretendo ser honesto- que no lo hizo mal. Su intervención se centró en cuestionar el modo en que los peritos de la Guardia Civil habían llegado a la conclusión de que uno de sus defendidos, Joxe Mari Olarra, era la persona que se ocultaba tras el alias de Eneko, un personaje que aparece profusamente citado en los documentos de ETA y que es algo así como el Garikoitz de los temas internacionales.

Aparte de la información aportada por algunos detenidos la conclusión de que el tal Eneko y Joxe Mari Olarra eran la misma persona se basaba, según la Guardia Civil , en que de la documentación incautada se podía deducir que Eneko era miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, que tenía responsabilidad en las relaciones con los movimientos sociales y que al mismo tiempo era miembro de la ejecutiva de KAS, circunstancias las tres que coinciden en el caso del señor Olarra. Fue en esa primera premisa, la de que según la documentación de ETA Eneko era miembro de la Mesa Nacional de H. B., donde Iruin encontró un filón. En algunos documentos incautados el propio Eneko informa del desarrollo de reuniones de un organismo citado en clave y que la Guardia Civil identificaba como la Mesa Nacional de H.B., lo cual indicaría que había estado presente en dichas reuniones y que por tanto formaba parte de dicho organismo. Bien, pues por algún error que nadie supo explicar la identificación de la clave de ese organismo era incorrecta pues en realidad en esos documentos no se hablaba de la Mesa Nacional, sino de la Asamblea Nacional de H.B., y la diferencia es significativa porque la Mesa la forman 20 o 30 personas y la Asamblea varios cientos.

Mi ignorancia en materia procesal es enciclopédica, lo he dicho mil veces, pero yo creo que Iruin supo sacar partido de ese error, manejó bien la situación y durante un rato largo consiguió que uno de los pilares del razonamiento de los peritos pareciera poco consistente. En realidad no lo era tanto, porque está claro que Eneko era miembro de HB y era alguien con autoridad, como lo demuestran documentos como uno en el que ETA le envía un millón de pesetas y le dice que deja a su criterio el utilizarlos en la propia HB, KAS o el frente negociador, u otro en el que le utiliza como vehículo para echar una bronca a la propia Mesa Nacional de HB. Pero en situaciones como ésta, al igual que en tantas otras polémicas, lo importante no es tanto tener la razón sobre el fondo de la cuestión que se discute como poder pillar al otro en algún renuncio y quedar por encima de él, y ya digo que Iruin lo logró al menos durante un tiempo. Su interrogatorio lo dirigió principalmente a (o contra) uno de los peritos, D-10437-T, que hizo lo que pudo y que sólo por dar la cara y aguantar el tipo en unas circunstancias tan difíciles merecería una medalla que por supuesto nadie le va a dar.

Resulta curioso por otra parte el eco que la prensa abertzale se ha hecho de esto que os acabo de contar. Más o menos procuro estar al tanto de lo que escriben y esperaba que este asunto lo contaran con todo lujo de detalles y le dieran la máxima importancia, pero qué va, apenas unas líneas para despacharlo y va que chuta. Y en el fondo es lógico, si trataran esto como un gran triunfo quedaría de manifiesto que toda esa cadena de éxitos ininterrumpidos que aseguran haber cosechado en la sala no lo son tanto, así que lo mejor es mezclarlo discretamente con un montón de mentiras y medias verdades para que todo parezca lo mismo.

De todas formas donde las dan las toman y algo que me ha quedado clarísimo es que en un juicio es peligrosísimo salirse del guión e improvisar sobre la marcha. Estaba probablemente muy ufano el señor Iruin con lo que acababa de hacer cuando por hablar demasiado metió la pata en dos ocasiones, tal vez no en cosas muy importantes, pero como digo aquí a veces se trata de quedar por encima y de pillar al otro en renuncios. En ambos casos fue a manos de G-96330-W, a quien él y todos los demás abogados intentan evitar cuanto pueden. En una de las ocasiones otro guardia civil hablaba de un determinado organismo abertzale y decía que se había disuelto a principios de los noventa, no recordaba exactamente cuando. Entonces Iruin, que iba sobrado, sentenció que había sido exactamente en 1990, como dejando claro que los guardias no hacían más que decir vaguedades mientras que él aportaba datos exactos. Podía habérselo ahorrado, porque poco después G-96330-W le rectificó aportando un dato que probaba que ese organismo seguía vivo en 1992. Iruin no se lo discutió y supongo que a poco listo que sea pensaría que él mismo había puesto inútilmente en entredicho su apariencia de total dominio del tema.

Sin embargo volvió a cometer otra torpeza poco después. Andaban discutiendo si la clave A-E y la E-A aparecidas en diferentes documentos etarras correspondían ambas a la ejecutiva de KAS. Los guardias decían que sí, que el orden de los factores no alteraba el producto, y que de hecho no había ninguna clave de ningún organismo que se les pareciera y que por tanto eran lo mismo: KAS ejecutiva o ejecutiva de KAS. Entonces Iruin tuvo la genial idea de decir que a lo mejor no se referían a un organismo, sino que eran las iniciales de una persona. Se lo puso en bandeja a G-96330-W que le recordó que en la documentación etarra las iniciales de las personas siempre aparecían separadas por puntos, mientras que los guiones sólo los utilizaban para referirse a entidades. Parece mentira que I.I. no se diera cuenta de que con su innecesaria intervención no hacía sino reforzar las tesis de los peritos.

Al día siguiente por la mañana, martes día 3, Iruin acabó su turno pero yo llegué algo tarde y no le oí. A quien sí oí fue al siguiente abogado, Alvaro Reizabal, que lo primero que hizo fue obsequiarnos con otra bonita interrupción para que se comprobara no se qué cosa del número de identificación de uno de los peritos. Al volver a la sala no sé si fue él u otro abogado el que dijo que desde luego si el proceso se ralentizaba no era por su culpa... en fin, ya sabéis, la verdad de Euskalherria.

De todas formas esa interrupción fue lo mejor que hizo Reizabal por sus defendidos, porque el resto fue un desastre. Se suponía que en su turno con los peritos iba a cuestionar los informes que estos habían realizado sobre la entrevista de Teresa Toda y Xabier Salutregi con Txelis de la que os hablé en la anterior carta, pero casi al principio de su intervención se descolgó con la siguiente pregunta: "¿Son ustedes de los que creen que ETA está detrás del 11-M?" Yo no vi la cara de la presidenta, pero si oí su tono cuando le dijo que esa pregunta no procedía, y más o menos expresaba lo mismo que yo pensaba: Muy mal lo debe llevar usted para preguntar semejante estupidez. Después se lío durante un buen rato con quiénes, cómo y cuando elaboraron el informe, y la verdad es que cuando dejó el tema no creo que en la sala nadie hubiera entendido a dónde quería llegar con todas esas preguntas. Vamos, que parecía dar palos de ciego a ver qué pasaba.

Cuando por fin entró en materia y se habló de esa entrevista secreta en Francia lo que consiguió el abogado fue lo contrario de lo que había hecho su colega Iruin. Es decir, en vez de sembrar dudas sobre los informes de los peritos dio pie a que estos se explayaran y dejaran aún más claro qué clase de encuentro había sido ese. Desde un principio Reizabal sostenía que esa reunión se había celebrado con el único fin de realizar una entrevista periodística, pero los peritos insistieron una vez más y aportando nuevos datos en que por aquella época ETA tenía reglas muy rigurosas sobre cómo tenían que desarrollarse las pocas entrevistas que concedían sus miembros, y desde luego no encajaban con lo ocurrido en aquel hotel de Bidart, para empezar porque esas entrevistas tenían que ser mediante cuestionario escrito. La clandestinidad de todo lo que rodeó el encuentro, incluso una vez que hubo finalizado, también era un dato importante y es difícil de explicar por qué los acusados, si en realidad volvían de realizar una entrevista periodística, tardaron más de dos horas en recorrer treinta kilómetros y lo hicieron cambiando tres veces de taxi. De hecho, según contaron los agentes, fueron tales las medidas de precaución que tomaron los acusados que en un primer momento los que les vigilaban pensaron que se trataba de un comando que iba a recibir instrucciones de la dirección de la banda, y sólo fue la vigilancia posterior a la que fueron sometidos la que les hizo ver que en realidad se trataba de empleados de Egin.

Yo creo que un poco a la desesperada Reizabal acabó preguntando a uno de los agentes que habían participado en aquel operativo si él había oído lo que en aquella reunión se había tratado. Dado que el agente había reconocido que ni siquiera podían verles cuando estaban reunidos la propia presidenta le dijo al abogado que no preguntara tonterías. Éste, que se ve que quería llevar razón por encima de todo, dijo que a veces se podía no ver a alguien pero sí oírle, como ocurría con el público de la sala en ese momento. La presidenta lo dio por imposible y acabó aceptando la pregunta que lógicamente el guardia civil contestó con un no que dejo la mar de contento a Reizabal. Eso y conseguir que el mismo perito admitiera que la reunión no había durado tres días, sino más de dos, fueron sus mayores logros. Sinceramente creo que Teresa Toda y Xabier Salutregi hubieran preferido que su abogado ese día hubiera estado calladito.

Bueno, más o menos esto es lo que dieron de sí las horas que pasé en la Audiencia la primera semana de octubre, y si los días siguientes no volví fue porque no pude. En cualquier caso, y más allá de si las imputaciones sobre determinada persona están suficientemente probadas a efectos legales, cosa que desde luego no me corresponde decidir a mí, de lo que no me cabe ninguna duda es de que las vinculaciones orgánicas entre ETA, HB, KAS, Egin, etc. están más que demostradas documentalmente y los imputados que tal vez se libren de una sentencia condenatoria lo harán creo yo más por falta de pruebas que porque sean inocentes, aunque desde luego puede haber excepciones.

Hablando de este asunto una persona muy cercana me ha dicho hace unos días que sí, que la cosa está clara, pero que para condenar a alguien hacen falta pruebas suficientes. Por supuesto le he dado la razón, pero le he recordado el caso de un cargo público de no se qué partido que hace ya bastantes años fue procesado por corrupción y en el juicio se aportaron unas grabaciones que lo demostraban. El caso es que dichas grabaciones fueron desestimadas por haber sido conseguidas de forma ilegal y fue absuelto, pero lo gordo del caso es que el tío, en vez de agachar la cabeza y felicitarse por su inmerecida suerte, salió diciendo que la sentencia dejaba claro que él era un hombre honrado. Pues no, era un chorizo aunque no pudiera probarse legalmente. Y aquí, en líneas generales, creo que podrá decirse lo mismo sea cual sea la sentencia.

Por último quiero contaros una anécdota que a mí me resulto curiosa. Sucedió el lunes, justo antes de acabar la sesión. Estaba Iruin comentando un informe de la Guardia Civil en el que se le incluía a él mismo entre los miembros de la ejecutiva de KAS cuando G-96330-W pidió algo de tiempo para estudiar el informe porque, según dijo con cierta ironía, él no hacía a I.I. en ese grupo. Iruin contestó que sí, que a él también le había sorprendido verse allí. La cosa sonó como:

-Me extraña que nosotros hayamos dicho tal cosa porque sabemos que usted no forma parte de la ejecutiva de KAS.

-Me lo va a decir usted a mí, pero creí que estaban mejor informados.

En fin, que la cosa tuvo su gracia y todos, yo incluido, nos reímos. Y me quedé pensando en esa risa común y en esos dos hombres enfrentados que se permitían introducir un poco de humor en todo aquello. Y es que quienes creen que los terroristas y quienes les apoyan son marcianos o seres de otra especie se equivocan, porque son personas como nosotros, incluso algunos tienen sentido del humor. Y eso es lo terrible, que siendo personas como nosotros hacen lo que hacen. Por cierto que quien quiera ver un estupendo retrato de unos terroristas en plena acción que no se pierda United 93, y no, ni siquiera los yihadistas tienen cuernos y rabo, pero si pueden acabaran con todos nosotros.

Un abrazo

Renault



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