martes

A quien pueda interesar

Madrid 25 de septiembre de 2006

Saludos a todos.

Ya os dije en mi anterior carta que desde el pasado lunes 11 de septiembre este juicio se había puesto muy interesante. Durante meses hemos estado oyendo las declaraciones que los acusados hacían en respuesta a las preguntas de sus defensas, y salvo rarísimas excepciones también hemos oído su silencio ante las preguntas de la fiscalía. Después hemos escuchado a un buen número de testigos, la mayoría propuestos por la defensa y generalmente pertenecientes a eso que se llama izquierda abertzale, a quienes la acusación o bien poco tenía que preguntar, o bien ellos se negaban a responder, o cuando lo hacían lo que decían básicamente era que no sabían de qué les estaban hablando (...)

De hecho un hipotético espectador con poco conocimiento del tema (un observador extranjero, por ejemplo), que ni hubiera leído los escritos del fiscal y que tampoco hubiera prestado mucha atención cuando éste formulaba esas preguntas que nadie respondía, podría preguntarse: ¿Pero en qué se sostienen las acusaciones que pesan sobre estos individuos? Bueno, pues de eso es de lo que se está hablando desde hace quince días en la Audiencia Nacional, de la base en la que el ministerio fiscal fundamenta sus acusaciones.

Pero antes de resumiros lo ocurrido estos días quiero por si acaso volver a repetir algo que espero que siempre hayáis tenido presente: No soy abogado y mucho menos un especialista en derecho procesal, tampoco soy periodista y menos aún uno experto en tribunales o en terrorismo. Sólo soy un ciudadano de a pie que hace unos meses apareció en este juicio por casualidad y que hasta entonces sabía de estas cosas lo mismo que el resto, o sea, muy poco. Por ello estoy seguro de que a gentes con verdadero conocimiento en la materia estas crónicas les parecerán llenas de imprecisiones, ingenuidades, inexactitudes y hasta estupideces, porque no son ni pretenden ser el relato de un entendido, sino el testimonio de un observador no cualificado y tal vez en ocasiones como ésta eso sea especialmente evidente. O sea, que comparezco aquí como testigo, no como perito (esto lo digo para que se vea que algo he aprendido) y de lo que sí podéis estar seguros es que digo la verdad sobre cuanto veo y escucho.

Por otra parte sería estupendo que alguien verdaderamente preparado para ello hiciera un relato de este proceso, un relato serio y riguroso que podría complementar o incluso sustituir al mío, pero me temo que no hay nadie interesado en hacerlo. Durante los primeros meses de el juicio hubo en la sala un buen montón de periodistas, muchos de ellos especializados en tribunales, cuyo trabajo no debía parecer muy interesante a sus jefes porque la información que apareció en la prensa sobre lo que ocurría en la Casa de Campo siempre fue muy escasa. Sin embargo ahora que hemos llegado al núcleo duro de la vista oral los periodistas han desaparecido casi por completo. De los siete días que los peritos de la Guardia Civil han testificado yo he estado presente en tres (eso sí, full time) y en ese tiempo he pasado muchas horas completamente sólo en las sillas destinadas al público. La sala de prensa, desde la que normalmente los periodistas siguen la vista, no estaba mucho más animada y yo no vi a ninguno de los reporteros de El País, El Mundo, ABC, La Razón, TVE, RNE, la SER, la COPE, Telemadrid o CNN+ que antes eran asiduos. Puede que hubiera alguno, pero ya digo que yo no lo he visto y desde luego en el exterior no había ninguno de los equipos de reporteros gráficos que antes no faltaban.

La verdad es que es desolador. Se está hablando de lo realmente importante en este juicio, de lo que pueda haber de verdad o no en las acusaciones que pesan sobre 56 personas, y parece que a ningún medio de información le importa lo más mínimo. Si los procesados hicieran uno de sus habituales posados con pancarta seguro que no pocos medios escritos encontrarían un hueco para hablar de ello, si se congregaran una veintena de ultraderechistas a la entrada hasta tendríamos garantizadas unas cuantas imágenes en televisión, y si un grupo de actrices (pongo por caso) vinieran a darle una rosa a la Goirizelaia apostaría a que sería tema de comentario en numerosos artículos de opinión. Pero si un grupo de funcionarios públicos expone ante el tribunal y bajo juramento qué es lo que a lo largo de años de investigación han averiguado sobre este tema, eso no parece tener interés informativo. El espectáculo de los asesinos enjaulados o el del dolor de las víctimas siempre encuentra un público, pero la verdad, lo que se dice la verdad de los hechos que es lo que se trata de establecer en un juicio, eso no le importa a casi nadie. Tiene gracia la cosa en un país en el que unos y otros, según convenga, se apuntan al grito de ¡Queremos saber! ¿Queréis saber? Pues venid a clase el día en el que se explican las cosas.

De todas formas quiero ser lo más preciso posible en mi crónica y por ello he de decir que sí que he visto a algunos periodistas en la Audiencia estos días, incluso he leído algunas de sus crónicas. Me refiero a los representantes de Gara o Berria, que algo han contado sobre lo ocurrido y que han aportado la casi única versión de los hechos a la que la opinión pública va a poder acceder, versión imparcial y ecuánime donde las haya como podéis imaginar. Lo malo, ya lo dije en otra ocasión, no va a ser perder por K.O. o por puntos, lo malo va a ser perder por incomparecencia.

Pero vamos con el fondo del asunto. No voy a hablar de lo que no he visto, así que voy a pasar por alto lo que los peritos dijeron los tres primeros días de su declaración y me limitaré a referir lo que escuché los días 18,19 y 20 de este mes. Lo primero que tengo que contar para poneros en situación es que otra vez en la sala se había levantado ese muro que deja al tribunal, a los letrados y a los acusados de un lado y al público del otro, igual que sucedió cuando testificó el etarra arrepentido Soares Gamboa como ya os conté en su día. La función de ese muro se supone que es, como en aquella ocasión, la de preservar la identidad de esos agentes de la Guardia Civil –unos ocho aproximadamente- que comparecían a cara descubierta.... Sí, habéis entendido bien: a un lado de ese muro hay unos guardias civiles expuestos durante días a las miradas de una docena de abogados y una cincuentena de acusados, todos ellos pertenecientes al mundo abertzale por decirlo suavemente, y del otro lado estoy yo y a veces alguna de esas amas de casa que de vez en cuando vienen al juicio. A mi me parece estupendo que desde el público no se pueda ver a los peritos, incluso me halaga que se tomen tantas molestias sólo para evitar que yo y mis amigas les veamos las caras, pero no entiendo muy bien por qué en la calle Génova un testigo accidental de un asesinato declara detrás de una pantalla para que el acusado no pueda verle y aquí estos profesionales de la lucha antiterrorista, algunos de los cuales viven en el País Vasco, tienen que estar expuestos al escrutinio de toda esa gente con quien muy probablemente acabará cruzándose por la calle más pronto que tarde. Como veréis el estado vela celosamente por la seguridad de sus servidores. Fuera de la sala le oí decir a uno de esos agentes que viven en el País Vasco que lo que le preocupaba un poco era la posibilidad de encontrarse con uno de esos individuos estando, por ejemplo, en un restaurante en compañía de su familia. Le entiendo perfectamente, yo una vez me encontré con una exnovia en la cola del cine y pasé muy mal rato.

El formato de las intervenciones de estos peritos era el siguiente: El fiscal mencionaba alguno de los informes que ellos habían redactado -informes elaborados la mayoría de ellos si no todos sobre documentos incautados a ETA- y los agentes iban tomando la palabra sin un orden establecido para explicar qué era lo que decían esos documentos y a qué conclusiones se había llegado tras su estudio. Antes de hablar, cada uno de ellos se identificaba con su número de tarjeta profesional para que constara en acta quién decía qué. Esta manera de iniciar cada una de las intervenciones, al menos desde donde yo asistía a la vista, le daba al asunto un aire misterioso y un poco de película. Yo veía un muro y oía una voz que desde el otra lado decía: G-96330-W. Sí señoría, este informe hace referencia a tal documento incautado a tal terrorista en el que se dice tal cosa que habría que poner en relación con otro documento incautado posteriormente a otro terrorista en el que se dice tal otra, etc. Claro que desde el otro lado del muro la cosa supongo que sería ridícula, porque escuchar a un tipo al que llevas dos semanas viéndole la cara identificarse con un número pues no sé, es un poco como intentar jugar al escondite en una playa desierta. Por cierto que ese número, G-96330-W, era el del agente que en mi opinión protagonizaba las intervenciones mas claras, didácticas, serenas y contundentes, un tipo francamente brillante al que deberían dejarle un micrófono en la radio para que explicara todo este asunto.

Lo primero que me llamó la atención de todo aquello es algo que yo desconocía o al menos algo de lo que nunca había tenido una conciencia clara. ETA y demás organizaciones clandestinas afines elaboran y guardan un montón de documentos tales como actas de reuniones, circulares, informes, cartas, boletines, etc. Vamos, como cualquier otra organización ya sea una empresa, una asociación o una comunidad de vecinos. La cosa, aunque chocante, tiene su lógica. Obviamente un comando de ETA no necesita ni elaborar ni guardar mucha documentación sobre las acciones terroristas que realiza, ¿para qué? Lo que cuenta ahí es el rastro de sangre que dejan esas acciones y de publicitarlas ya se encargan los medios de comunicación. Pero ETA como organización política sí necesita poner por escrito las reflexiones tácticas y las orientaciones ideológicas que van marcando su rumbo, tiene que informar a sus miembros de lo que no sé quién les ha propuesto para que el responsable oportuno tome una decisión, dar cuenta del contenido de un determinado encuentro, transmitir instrucciones a unos y otros, etc. ETA es una organización de tamaño considerable, bastante dispersa y con una estructura organizativa compleja. Por ello lógicamente no puede funcionar con el boca a boca y necesita dejar constancia documental de muchas de sus actividades, sobre todo de las políticas como digo, quizás no tanto de las militares. Al menos esa es la conclusión que yo he sacado.

Y no sólo es ETA propiamente dicha quien elabora esa documentación, también lo hacen otras organizaciones complementarias como por ejemplo KAS, Koordinadora Abertzale Sozialista, que aparte de a ETA incluye a otros organizaciones de su entorno, tanto legales como clandestinas (HB, LAB, Jarrai, etc). Esa documentación, la de ETA y la de esas otras organizaciones, se guarda al menos durante un tiempo pues para eso se elabora, y lógicamente parte de ella ha sido incautada por la policía cuando se han producido detenciones y registros. Todos hemos oído hablar de los papeles de Sokoa, todos hemos visto esas imágenes de agentes llevándose ordenadores y papeles después de la caída de algún terrorista destacado o de algún piso franco, todos sabemos que la misma cúpula de ETA ha sido detenida varias veces y se le ha requisado documentación. Bueno, pues de esos documentos es de lo que hablaban los informes de la Guardia Civil.

Lo que se decía en esos documentos y lo que los peritos inferían de ellos es largo, muy largo, y yo ni puede tomar nota de todo, ni tengo tiempo ni espacio para detallarlo, ni vosotros probablemente ganas de leerlo. Pero voy a intentar resumirlo un poco y a daros algunos ejemplos. De todas formas esto es un juicio público y supongo que si alguien tiene mucho interés en conocerlo de manera pormenorizada y de primera mano habrá alguna manera de acceder a las actas.

Lo primero que pone de manifiesto esa documentación incautada a ETA es que esa tesis de la defensa, yo diría que su principal tesis, es mentira. Me refiero a esa idea de que ETA la forman sus comandos y nada más, que no tiene relación con ninguna otra organización, y que de ninguna manera da ordenes ni financia a nadie. Por ejemplo: me he hartado de oír a encausados y también a testigos, algunos de ellos miembros confesos de ETA, que una organización clandestina llamada KHK nunca existió o nunca han oído hablar de ella, lo cual viene a ser lo mismo. Bueno, pues hay documentos internos de ETA que dan cuenta de reuniones y pagos al tal KHK a quien se cita con ese mismo nombre. Digo que se le cita con ese nombre porque hay otros documentos en los que se hace referencia a ciertos organismos mediante claves normalmente numéricas, pero el KHK aparece tal cual en varias ocasiones. Según tengo entendido KHK era el nombre que recibía un organismo clandestino encargado de las relaciones internacionales del MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco),después el KHK pasó a llamarse KEA y finalmente Xaki, nombre con el que salió de la clandestinidad. Lógicamente la defensa intenta hacer creer que ese organismo ilegal, KHK, nunca existió porque la tesis de la acusación es que Xaki no es más que su versión legalizada ya que, entre otras cosas, un organismo sucedió en el tiempo a otro. Esta relación entre ambos podría ser objeto de otra discusión, pero que KHK existió lo prueba la propia documentación de ETA, y si la defensa se empeña en negar esa evidencia es por algo. Por cierto que en algún documento ETA menciona el presupuesto con el que en su día contaba KHK: 8.000 francos mensuales.

En la misma línea, el hecho de que ETA mantenía reuniones con otras muchas organizaciones está más que demostrado, porque existen las actas de esas reuniones. Es cierto que a esas organizaciones se las menciona muchas veces con nombres en clave, y se podría cuestionar si la identificación que la Guardia Civil hace de esas claves es correcta (algunas veces no hace falta ser un lince para saber a quién se refieren, porque se dice por ejemplo que una de esas organizaciones edita un periódico y otra es un sindicato) pero lo que está más allá de toda duda es que había organizaciones que se reunían con ETA y recibían órdenes de ella, cosa que la defensa siempre ha calificado de fantasía delirante del ministerio fiscal. Y cuando digo órdenes me refiero a que en algunas extraordinarias ocasiones ETA dice cosas como ésta: Lo que vamos a decir ahora es una opinión más, no un criterio, cosa que yo creo que sólo se puede interpretar como: todo lo demás no son opiniones, son criterios, o sea, órdenes. En cualquier caso la simple lectura de la documentación incautada a ETA, sin interpretar absolutamente nada, desmiente la teoría de que ETA actúa en solitario, que es lo que la defensa intenta decir. Porque ellos, las defensas, nunca han aceptado la idea de que puede haber gente que colabore con ETA, aunque no sean sus defendidos, porque si aceptaran eso, que es un secreto a voces por otra parte, se vendría abajo todo el castillo de impunidad legal de la izquierda abertzale y acabarían cayendo ellos mismos, sus propios abogados. No sé si me explico: si aceptaran que tal vez ETA actúa coordinadamente junto con grupos políticos, medios de comunicación, o abogados ¿habría alguna duda de cuáles serían esos grupos políticos, cuáles los medios de comunicación, y cuáles los abogados? Sería a todos los efectos una confesión de culpabilidad.

Mucha de la documentación que se ha mencionado estos días hacía referencia al frente mediático, básicamente Orain, la editora de Egin. En algunos de esos documentos se habla de la necesidad de hacer determinadas remodelaciones en la dirección de ese periódico, y curiosamente por la época en la que esto se estaba planteando dos de los encausados que trabajaban en Egin, Xabier Salutregi y Teresa Toda, tuvieron una reunión en Francia con Txelis, jefe del aparato político de ETA. Esa reunión que se prolongó durante dos días no ha sido negada ni mucho menos por los acusados, pero en su declaración afirmaron que tuvo lugar para hacerle una entrevista periodística al terrorista en cuestión, entrevista que nunca se publicó porque no debió de salirles bien. A pesar de ello Xabier Salutregi fue nombrado poco después director de Egin.

Pero de todas formas en relación a ese frente mediático se mencionó algo que si bien no es tan trascendente como esto que acabo de contar, a mi me pareció tremendamente definitorio del nivel moral de alguno de los procesados. En la documentación incautada aparece reiteradamente un tal Garikoitz, nombre clave tras el que se oculta alguien que parecía realizar las funciones de enlace de ETA con buena parte de todo ese entramado que se juzga aquí. El tal Garikoitz en una ocasión escribe a ETA una carta preguntando si sería una buena idea difundir un rumor difamatorio sobre un antiguo director de Egin, creo que se llamaba Oleaga, que al parecer se había alejado del recto camino. ETA le responde a su enlace que mejor que no lo haga, entre otras cosas porque ese rumor es falso. ¿Qué os parece el tal Garikoitz, un tipo entrañable verdad? Bueno, pues según los peritos Garikoitz está plenamente identificado como Xabier Alegría, uno de los imputados para los que mayor pena se solicita. Él mismo reconoció ser Garikoitz cuando fue detenido, momento que también aprovechó para delatar a muchos de sus compañeros, aunque luego dijo que primero lo había hecho bajo tortura ante la Guardia Civil y después lo había ratificado en estado de confusión ante el juez, pero esto ya lo he contado.

Hablando de identificaciones, hay algunas en las que los peritos hacen un ejercicio temerario de imaginación, como por ejemplo cuando en un documento ETA habla del grupo jurídico encargado de marcar los ritmos y plazos de las negociaciones que en no sé qué año iban a celebrarse y ellos, los peritos, aventuran que el jefe de ese grupo que aparece bajo las iniciales I.I. pudiera ser Iñigo Iruin. Hoy en día este destacadísimo abogado abertzale también aparece en todos los medios de comunicación como uno de los hombres fuertes en la actual negociación con ETA, pero seguro que es casualidad. Por cierto que el señor Iruin estaba en la sala cuando se leyó ese documento y me hubiera encantado ver qué cara ponía, pero el muro me lo impedía y me quedé con las ganas. Igualmente pensar que un tal K.L. al que se menciona como parte del talde de Bruselas y al que a veces se refieren como el euro (estamos hablando de documentos anteriores a la moneda única europea), pensar que ese K.L., digo, pudiera ser el eurodiputado Karmelo Landa son ganas de buscarle tres pies al gato.

También hay documentos que aunque por sí solos tienen interés, sólo cobran su verdadera dimensión cuando se ponen en relación con otros documentos y con algunos hechos con los que coinciden temporalmente. Una de las piezas más polémicas de este sumario es la de la fundación Josemi Zumalabe que está relacionada con el tema de la desobediencia civil. He leído por ahí e incluso he escuchado a amigos decir que en este asunto la fiscalía se ha pasado porque el asunto ese de la desobediencia civil no tiene nada que ver con ETA. Bueno, muy resumido esto es lo que la semana pasada se ha dicho al respecto: En el zutabe (boletín interno de ETA) nº 72 que se editó en el 95 se habla de la conveniencia de encauzar el movimiento de desobediencia civil que ya existía, de buscar nuevas formas complementarias de enfrentarse a los estados español y francés mediante campañas como la no utilización del DNI, la creación de registros de identidad sustitutorios, la no colaboración con las fuerzas invasoras y cosas similares. Es curioso porque por ejemplo durante los años ochenta ETA no veía con buenos ojos la insumisión ya que le interesaba que su gente hiciera la mili, tanto para que recibieran instrucción militar como para obtener información desde dentro de los cuarteles. Pero luego la cosa cambia, parece ser que por iniciativa de Jarrai, y comienzan a pensar que más vale aprovechar a su favor la creciente ola de insumisión y en general todo lo que tenga que ver con la llamada desobediencia civil.

En otro zutabe posterior, el nº 80 del año 97 se habla de la desobediencia civil como una forma complementaria de lucha, carácter complementario que explicaría que sean precisamente los periodos de cese de lucha armada, es decir, las treguas de ETA, los periodos en lo que la desobediencia civil cobre más auge. Lo mismo ocurriría con esa otra lucha complementaría que es la Kale Borroka, ya ya vemos todos los días que es lo que está ocurriendo ahora mismo con ella.

Por esa época, año 95 creo, nace la Fundación Josemi Zumalabe que se define a sí misma como fundación dedicada a prestar infraestructuras, formación, ayuda y todo tipo de apoyo a los movimientos populares del País Vasco. El domicilio social de dicha fundación estaba en el número 19 bajo de la calle Ametzagaña de San Sebastián, el mismo domicilio que el de un par de empresas que aparecen en el documento de ETA Reunión de responsables de proyectos Udaletxe que habla de la financiación de la banda. Por si alguien piensa que es pura coincidencia podemos añadir que el fallecido José Miguel Zumalabe que dio nombre a la fundación era el administrador solidario de esas empresas.

En documentación intervenida al etarra Kantauri se habla de que los de la Fundación Josemi Zumalabe tienen hecha la guía (se refiere a una guía de movimientos populares) y están teorizando su continuación, la estabilidad de la Fundación y los Encuentros de los Movimientos Populares del País Vasco. Pasan un borrador para que se trate en la siguiente reunión. Es muy interesante y tenemos que definir nuestra visión del asunto y también nuestro compromiso. También entre los documentos de dicho etarra se menciona una reunión de la banda terrorista con los miembros de colectivo Santi Brouard que les entregan un texto llamado Piztu Euskalherria (Incendiar o Encender Euskalherria) para su consideración. Este texto sobre desobediencia civil, cuya autoría ha reconocido uno de los acusados apodado Mikelon, fue cuando menos corregido por ETA y después presentado y distribuido en el primer encuentro del movimientos populares organizado por la Fundación Josemi Zumalabe en mayo de 1999.

Si a esto añadimos que por las mismas fechas Egin realiza una campaña informativa sobre desobediencia civil que le lleva a publicar en un mes 32 artículos sobre el tema, creo que nos hacemos una idea aproximada del asunto.

Se han mencionado también algunos documentos que aunque tal vez no supongan ninguna imputación penal para nadie son muy ilustrativos y no deberían ser pasados por alto. Uno de ellos es un texto escrito por una de las acusadas en el que dice entre otras cosas que las victimas del atentado de Hipercor fueron asesinadas por el estado español que de forma intencionada buscó su muerte negándose a evacuar el centro comercial. Es un argumento que había oído otras veces, pero verlo así, por escrito, ayuda a aclarar cuál es el grado de perversión del pensamiento abertzale. Otra es un zutabe en el que se quejan de que dentro del MLNV haya más organizaciones que militantes, lo cual es un síntoma de cuánto de iniciativa popular hay en esos movimientos, y desde luego deja bien claro que ETA considera de los suyos a un montón de organismos. Y por último se citó a una organización infantil de la izquierda abertzale que proponía un programa de formación para niños de 7 a 14 años, programa que empezaba por el hombre primitivo vasco y acababa con las vidas de los más destacados etarras. Y luego hay quien se queja de la Educación para la ciudadanía.

En fin, que todo esto es una simple muestra de lo que he escuchado estos tres días a los agentes del servicio de información de la Guardia Civil. Pido disculpas si al relatarlo he incurrido en alguna imprecisión, también si lo que he decidido contar no era lo más importante, y prometo corregir cualquier error que haya podido cometer. Esta mañana, mientras en mi casa escribía esto, en la Casa de Campo el fiscal terminaba de interrogar a los peritos. Después le tocó el turno al abogado de la AVT, asociación que está personada como acusación popular, y que consumió su turno en unos pocos minutos (algún día hablaré de la actitud de la AVT en este juicio porque, siento decirlo, la cosa tiene tela). Por la tarde estaba previsto que empezará el turno de las defensas y para allá que me fui, aunque luego la vista se suspendió.. Estaba deseando ver cómo I.I. y compañía intentan desmontar lo que los documentos incautados a ETA demuestran, aunque me hago una idea de por dónde van a ir los tiros ya que una de las acusadas ha denunciado que uno de los guardias civiles presentes la violó durante el interrogatorio al que fue sometida. Ya lo he dicho otras veces y lo repito: mi grado de tolerancia hacia las torturas es igual a cero y tengo muy claro –demasiado claro desgraciadamente- que los violadores merecen condenas ejemplares y desde luego todo mi desprecio. Lo que pasa es que mi grado de tolerancia hacia las falsas denuncias por torturas también es igual a cero y he visto tantas veces a esta gente mentir sobre ese y otros asuntos que no me creo una sola palabra de lo que dicen.

En fin, que ya os contaré lo que ocurra cuando llegue el momento, porque al final como he dicho la vista ha quedado suspendida hasta el próximo lunes. Al parecer ha muerto el padre de uno de los acusados, de Xabier Alegría precisamente, y el tribunal ha decidido aceptar la petición de las defensas de aplazar el juicio una semana. El fiscal ha dicho que no había precedentes de suspensión por una circunstancia similar, pero lo ha dicho al menos en mi opinión con la boca pequeña, como para cumplir el expediente, y a mi me ha parecido que en absoluto se oponía al aplazamiento. La justicia española es así de despiadada.

Sobre la muerte de ese señor tengo poco que decir, pero por si acaso alguién tiene alguna duda repetiré lo que ya he dicho en otras ocasiones: la muerte, la de cualquiera, me merece un respeto. Es una de las muchas cosas que no comparto con Xabier Alegría y sus compañeros.

Un abrazo


Renault

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