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Otras Voces (3): Una persona especialmente autorizada para hablar del alto el fuego de ETA, Conchita Martín, viuda del Tte. Coronel Blanco, primer asesinado por ETA después de la tregua del 98, ha enviado esta carta a El País, carta que contra todo pronóstico no ha sido publicada: (...)


ROSAS ROJAS

Un ramillete de “actrices”, todas ellas componentes del mundo del espectáculo, tienen intención de movilizarnos a todos; Pararnos por la calle y ofrecernos gratuitamente una rosa blanca; Quieren llegar hasta la carrera de San Jerónimo y desplegar rosas con sonrisa y consigna.

Ellas, que conocen la comedia griega, han elegido a Laxistrata como heroína para su causa. Laxistrata, creación de Aristófanes, es una comedia donde las mujeres de Atenas deciden no mantener relaciones sexuales con sus maridos mientras estos continúen en guerra contra Esparta. Es decir, que pretenden conseguir la paz utilizando exclusivamente armas de mujer. ¿Dónde está el compromiso? Perdonen que no me deslice por esos derroteros; yo no soy liberal ni tan rabiosamente moderna. Éstas, magníficas en su hacer diario, se encuentran a años luz de comprender el verdadero coste de esa Paz. Quizá por ello no se han parado a pensar que la excesiva idealización desemboca siempre en el fracaso. Nunca han hablado con quien tiene fuerza moral para opinar en esta causa, ninguna ha expuesto su prestigio en beneficio de quien sufre directamente los efectos del terrorismo.

Este ramillete de “adictas” conseguirán llegar hasta el Parlamento y cruzaran su puerta junto al Jefe de la oposición y del gobierno, de los diputados de cualquier índole, porque a ellas no les van a mandar dos tanquetas de la policía nacional para que permanezcan al otro lado de la calle, como nos hace reiteradamente a las víctimas el Delegado del Gobierno (de infausto recuerdo). Con sus ropas de diseño adicto al régimen desplegarán el encanto aprendido en beneficio de quien se mueve nervioso en el podium de la nación.

¡Valientes mujeres de Atenas! ¿Con qué fuerza moral nos dan recomendaciones en Madrid? ¿Por qué no cargan sus bártulos y se plantan ante las hordas nacionalistas de Otegui y desparraman sus pétalos al paso marcial de la muerte, que conducirá a Josu Ternera hasta la mesa de negociación? ¿Dónde está el coraje? ¿Dónde el compromiso con quien solo lleva rosas a los cementerios? Hay mujeres igual de bellas cuyo coraje arrastra sillas de maridos tullidos, donde el hueco de camitas infantiles lo llenan con lágrimas veraces de amargura. Mujeres que saben la verdadera dimensión de una tragedia humana que no depende de subvenciones. Ésas, que jamás serán importantes, saben cual es la verdadera paz y cuánto habrán de pagar por ella. Algo más que un contrato.

M.C.M.López



Un amigo, que conoce personalmente a esta mujer, me ha hecho llegar esta carta inédita y me ha remitido también otra muy similar de un ciudadano desconocido. Ambas son sólo una muestra de la multitud de reacciones negativas que ha suscitado la iniciativa de ese grupo de actrices. A mí, que también trabajo en esto del cine, el asunto me tiene con el corazón partido, y no desde luego porque me sitúe en ninguna equidistancia entre unos y otros, sino porque reconozco -y no es la primera vez que lo digo públicamente- que en general la actitud de la gente del mundo del espectáculo en este tema ha sido vergonzosa, y eso no deja de dolerme.

Entiendo a quienes me dicen que no por trabajar en ese sector uno tiene que manifestarse públicamente sobre éste u otros asuntos, pero nadie puede negar que muchísima gente de la farándula ha utilizado su fama para apoyar determinadas causas -causas más o menos nobles, más o menos graves y más o menos lejanas-mientras miraba para otro lado cuando se trataba de combatir a ETA o de apoyar a las víctimas, y creo que eso justifica mi indignación y la de tantos otros.

De todas formas -y esto me consuela un poco- también ha habido algunos casos de gestos inequívocos de posicionamiento frente al terror, como el famoso de José Luis Borau con sus manos blancas en una ya vieja ceremonia de los Goya, los muy numerosos de Elías Querejeta, los esporádicos de algún otro personaje de renombre, o -por qué no decirlo- el de un par de amigos míos, actriz ella y guionista y director él, que vinieron al 18/98 el día de los 15 pingüinos. Estos dos son gente desconocida (por ahora) para el gran público, pero no por eso dejan de ser gente del mundo del cine, y con más talento además que muchos famosillos. De hecho casualmente esa amiga mía ahora mismo le está dando sopas con onda sobre las tablas a una de esas famosísimas rosas blancas... y hasta aquí puedo leer por el bien de mi amiga.

Aparte de esos escasísimos gestos, en el cine español contamos también con una figura insólita por su militante compromiso con la libertad y la justicia en el País Vasco: Iñaki Arteta. Sea casualidad o no, el próximo 13 de junio en la sala Calle 54 va a haber una proyección seguida de coloquio de Trece entre mil para un público compuesto mayoritariamente por gente del cine. Esta misma mañana me han llamado para contármelo y los nombres que me han dicho que han confirmado su asistencia -bastante conocidos muchos de ellos- me han sorprendido gratamente. Espero que éstos no sólo no se rajen sino que traigan a otros muchos más, y no porque crea que para la sociedad es importante lo que piense la gente del cine sobre ETA, sino porque creo que para la gente del cine es importante lo que la sociedad piense sobre ellos, y yo últimamente, para no caer de entrada mal a la gente, miento y digo que soy inspector de hacienda.
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