Otras voces (1): Ayer recibí un correo de una muy querida amiga en el que me agradecía que hubiera colgado en el blog imagenes de los buenos (se refería a las fotos de los últimos asesinados por ETA), y hacía una más que interesante reflexión sobre el incuestionable protagonismo de los malos en los medios de comunicación (...)
No me ha hecho falta pensar mucho para darme cuenta de que mi amiga tiene toda la razón, y siguiendo su sabio consejo he decidido dar más protagonismo a los buenos en mi blog, empezando por ella misma, aunque no sea con su imagen, sino con su voz:
Imágenes de los buenos
23 de marzo de 2006
Querido Paco,
Como siempre que leo tu blog, me siento orgullosa de tenerte como amigo. Lo que más me ha emocionado es que inicies tu último escrito con las imágenes de dos de los héroes anónimos (aunque gracias a ti un poco menos) de esta historia de terror, para dar a la balanza de la justicia su peso justo, su peso justo en imágenes. Esas imágenes pesan infinitamente más que las de esos otros que ocultan sus caras duras. Ayer acabé hastiada de ver la imagen de los psicópatas encapuchados y me fui a la cama con el inquietante sentimiento de vivir unos momentos de sumisión nacional ante las palabras flacas (en su sentido simbólico), pero imperativas, de esos que dicen que van a parar de matar con condiciones. Es repugnante, y desde hace mucho tiempo creo que una de las cosas más aniquiladoras para esos sería no darles tanta cobertura en los medios cuando nos dan noticias. Por eso les llamo esos, no quiero ni nombrarlos. La importancia que se dio ayer al nombre de su panda y a sus gestos me pareció un bailarles el agua, pues seguro que les encanta que todo un país, o mejor (ayer) que todo un planeta, hable de ellos bien, mal o regular. Los pobres desgraciados dependen de tener a los demás en vilo para dar razón a sus vidas, encontrando en la aniquilación de las vidas ajenas su nirvana. Para mí tú eres una de las pocas voces autorizadas que hay para hablar de estos tipos, porque estás viéndoles y oyéndoles respirar de cerca, donde deben estar, ante la justicia. Yo no les veo ni les oigo tan de cerca, pero mi corazón me dice, desde el sentimiento y desde las entrañas a las que pertenece este corazón, que unos encapuchados asesinos y soberbios no pueden saber lo que es la palabra verdadera, el compromiso, ni la compasión, ni la libertad, ni la tranquilidad. Seguro que están tan mal por sus pesadillas, por no poder dormir bien, ni soñar, ni poder ser felices sin el dolor ajeno y sin la exigencia continua.
Por eso ayer no sentí ni un ápice de alegría al conocer la noticia, y de esperanza, pues bueno, todo ser humano está atravesado por la esperanza para seguir en la tarea que es vivir, con lo cual, no es este un sentimiento que nace al oír a esos decir. Así que sí, esperanza, pero no por lo que esos digan, sino porque es una compañera de viaje. Más que esperanza nos haría falta hablar y oír hablar de dignidad y respeto por la ley de todos los hombres, los vivos y los sacrificados, ley ante la cual los asesinos no tienen ninguna autoridad ni palabra válida y no merecen tanto protagonismo en los hogares de la gente de bien, como ayer tuvieron en televisión. En la puesta en escena del comunicado había como siempre en sus puestas en escena algo siniestro pregnante donde era fácil quedarse pegado, pringósamente pegado, pero no sólo en la puesta en escena visual, sino también en el toniquete autoritario que pervertía el sentido de las palabras que pronunciaba esa tipa. He echado un vistazo al blog de Elías y hace algún comentario al respecto del tono, que califica de macarrilla matón, de manera algo dulcificada, aunque lo matiza subrayando algunas de las frasecitas que tanto se debieron currar los asesinos para salir en todas las televisiones del planeta, en las que por cierto, todavía en algunos casos se resisten a llamarles terroristas asesinos, denominándoles grupo separatista, y eso sí que es dulcificar y aligerar su calaña.
En fin, que dios nos pille confesaos, y que el optimismo que nos acompaña a muchos, de la mano de la esperanza, también compañero de viaje como ella, nos alimente las fuerzas para seguir dando cobertura a los buenos, dando el protagonismo a los héroes y no a los villanos, catetos, de miras cortas, rostros tapados y tonos soberbios que sólo saben sobornar y amedrentar, incluso cuando parece que están soltando el gatillo, su compañero de viaje.
Un beso Paco
L.
No he querido alterar ni en una coma lo que dice esta amiga, así que perdonad la inmodestia de publicar en mi propio blog los elogios que me dirige y entendedlos en el contexto de una larga y entrañable amistad. Lo mismo digo de esta otra carta de otra gran amiga:
Gracias
23 de marzo de 2006
¡Hola, Paco!:
Acabo de darme una vuelta por el blog.
Me alegro de que expreses con tanta lucidez lo que me ronda por la cabeza -y por el corazón, para qué negarlo- desde que me enteré del notición. Me sentía bastante culpable y confusa por no estar contenta... por no compartir la esperanza que envuelve el ambiente... Pensaba, como siempre, que es porque no me entero...
Ojalá nos equivoquemos, sí... Nunca un error de apreciación me daría tanta felicidad. Tiempo al tiempo.
Un abrazo,
R.
Por cierto, que si aparte de reproducir las palabras de L. y R. hubiera colgado alguna foto suya, estoy seguro de que empezaría de inmediato a recibir mensajes de mis lectores varones pidiéndome el número de teléfono de las dos, y no lo digo por devolverles sus amabilidades conmigo, sino porque en ambos casos se cumple eso de que la cara es el espejo del alma.
Para los que se queden con ganas de leer más os incluyo el enlace a este texto del blog de mi amigo Elías que L. cita en su carta. Su artículo está muy bien, y los comentarios que le siguen lo complementan estupendamente, formando juntos una nueva página ejemplar de ese magnífico blog.
Y ya por último, y cambiando radicalmente de tercio, otras palabras, esta vez de un individuo que representa todo lo contario de lo que admiro en mis amigos. Estoy hablando del sacerdote irlandés Alec Reid, ese mamporrero con alzacuellos del mundo aberzale, que en una entrevista concedida el mismo jueves dice lo siguiente:
...De entrada, Reid se declara "sorprendido". A pesar de haber sabido que ETA iba a anunciar su tregua en cualquier momento, pensaba que eso no iba a ocurrir ayer, porque creía "que las distintas partes estaban todavía intentando llegar a un acuerdo sobre la mesa negociadora, por ejemplo, en lo que concierne a los presos. El hecho de que se haya anunciado la tregua hoy quiere decir que han alcanzado ese acuerdo y, por lo tanto, estoy todavía más encantado"....
O sea, lo que tantos sospechamos desde que se supo la noticia. A pesar de que me repugna este personaje, no puedo dejar de incluir un enlace a la entrevista completa, para que leáis por vosotros mismos cómo este adalid del diálogo es capaz de acusar al PP de fascista por no respetar los derechos de los demás, al tiempo que no escatima elogios (de un adulador realmente sonrojante) hacia ETA, Batasuna y el mundo nacionalista en general, que como es bien sabido son famosos, sobre todo ETA, por su escrupuloso respeto a los derechos ajenos. ¡Cómo está el clero!
No me ha hecho falta pensar mucho para darme cuenta de que mi amiga tiene toda la razón, y siguiendo su sabio consejo he decidido dar más protagonismo a los buenos en mi blog, empezando por ella misma, aunque no sea con su imagen, sino con su voz:
Imágenes de los buenos
23 de marzo de 2006
Querido Paco,
Como siempre que leo tu blog, me siento orgullosa de tenerte como amigo. Lo que más me ha emocionado es que inicies tu último escrito con las imágenes de dos de los héroes anónimos (aunque gracias a ti un poco menos) de esta historia de terror, para dar a la balanza de la justicia su peso justo, su peso justo en imágenes. Esas imágenes pesan infinitamente más que las de esos otros que ocultan sus caras duras. Ayer acabé hastiada de ver la imagen de los psicópatas encapuchados y me fui a la cama con el inquietante sentimiento de vivir unos momentos de sumisión nacional ante las palabras flacas (en su sentido simbólico), pero imperativas, de esos que dicen que van a parar de matar con condiciones. Es repugnante, y desde hace mucho tiempo creo que una de las cosas más aniquiladoras para esos sería no darles tanta cobertura en los medios cuando nos dan noticias. Por eso les llamo esos, no quiero ni nombrarlos. La importancia que se dio ayer al nombre de su panda y a sus gestos me pareció un bailarles el agua, pues seguro que les encanta que todo un país, o mejor (ayer) que todo un planeta, hable de ellos bien, mal o regular. Los pobres desgraciados dependen de tener a los demás en vilo para dar razón a sus vidas, encontrando en la aniquilación de las vidas ajenas su nirvana. Para mí tú eres una de las pocas voces autorizadas que hay para hablar de estos tipos, porque estás viéndoles y oyéndoles respirar de cerca, donde deben estar, ante la justicia. Yo no les veo ni les oigo tan de cerca, pero mi corazón me dice, desde el sentimiento y desde las entrañas a las que pertenece este corazón, que unos encapuchados asesinos y soberbios no pueden saber lo que es la palabra verdadera, el compromiso, ni la compasión, ni la libertad, ni la tranquilidad. Seguro que están tan mal por sus pesadillas, por no poder dormir bien, ni soñar, ni poder ser felices sin el dolor ajeno y sin la exigencia continua.
Por eso ayer no sentí ni un ápice de alegría al conocer la noticia, y de esperanza, pues bueno, todo ser humano está atravesado por la esperanza para seguir en la tarea que es vivir, con lo cual, no es este un sentimiento que nace al oír a esos decir. Así que sí, esperanza, pero no por lo que esos digan, sino porque es una compañera de viaje. Más que esperanza nos haría falta hablar y oír hablar de dignidad y respeto por la ley de todos los hombres, los vivos y los sacrificados, ley ante la cual los asesinos no tienen ninguna autoridad ni palabra válida y no merecen tanto protagonismo en los hogares de la gente de bien, como ayer tuvieron en televisión. En la puesta en escena del comunicado había como siempre en sus puestas en escena algo siniestro pregnante donde era fácil quedarse pegado, pringósamente pegado, pero no sólo en la puesta en escena visual, sino también en el toniquete autoritario que pervertía el sentido de las palabras que pronunciaba esa tipa. He echado un vistazo al blog de Elías y hace algún comentario al respecto del tono, que califica de macarrilla matón, de manera algo dulcificada, aunque lo matiza subrayando algunas de las frasecitas que tanto se debieron currar los asesinos para salir en todas las televisiones del planeta, en las que por cierto, todavía en algunos casos se resisten a llamarles terroristas asesinos, denominándoles grupo separatista, y eso sí que es dulcificar y aligerar su calaña.
En fin, que dios nos pille confesaos, y que el optimismo que nos acompaña a muchos, de la mano de la esperanza, también compañero de viaje como ella, nos alimente las fuerzas para seguir dando cobertura a los buenos, dando el protagonismo a los héroes y no a los villanos, catetos, de miras cortas, rostros tapados y tonos soberbios que sólo saben sobornar y amedrentar, incluso cuando parece que están soltando el gatillo, su compañero de viaje.
Un beso Paco
L.
No he querido alterar ni en una coma lo que dice esta amiga, así que perdonad la inmodestia de publicar en mi propio blog los elogios que me dirige y entendedlos en el contexto de una larga y entrañable amistad. Lo mismo digo de esta otra carta de otra gran amiga:
Gracias
23 de marzo de 2006
¡Hola, Paco!:
Acabo de darme una vuelta por el blog.
Me alegro de que expreses con tanta lucidez lo que me ronda por la cabeza -y por el corazón, para qué negarlo- desde que me enteré del notición. Me sentía bastante culpable y confusa por no estar contenta... por no compartir la esperanza que envuelve el ambiente... Pensaba, como siempre, que es porque no me entero...
Ojalá nos equivoquemos, sí... Nunca un error de apreciación me daría tanta felicidad. Tiempo al tiempo.
Un abrazo,
R.
Por cierto, que si aparte de reproducir las palabras de L. y R. hubiera colgado alguna foto suya, estoy seguro de que empezaría de inmediato a recibir mensajes de mis lectores varones pidiéndome el número de teléfono de las dos, y no lo digo por devolverles sus amabilidades conmigo, sino porque en ambos casos se cumple eso de que la cara es el espejo del alma.
Para los que se queden con ganas de leer más os incluyo el enlace a este texto del blog de mi amigo Elías que L. cita en su carta. Su artículo está muy bien, y los comentarios que le siguen lo complementan estupendamente, formando juntos una nueva página ejemplar de ese magnífico blog.
Y ya por último, y cambiando radicalmente de tercio, otras palabras, esta vez de un individuo que representa todo lo contario de lo que admiro en mis amigos. Estoy hablando del sacerdote irlandés Alec Reid, ese mamporrero con alzacuellos del mundo aberzale, que en una entrevista concedida el mismo jueves dice lo siguiente:
...De entrada, Reid se declara "sorprendido". A pesar de haber sabido que ETA iba a anunciar su tregua en cualquier momento, pensaba que eso no iba a ocurrir ayer, porque creía "que las distintas partes estaban todavía intentando llegar a un acuerdo sobre la mesa negociadora, por ejemplo, en lo que concierne a los presos. El hecho de que se haya anunciado la tregua hoy quiere decir que han alcanzado ese acuerdo y, por lo tanto, estoy todavía más encantado"....
O sea, lo que tantos sospechamos desde que se supo la noticia. A pesar de que me repugna este personaje, no puedo dejar de incluir un enlace a la entrevista completa, para que leáis por vosotros mismos cómo este adalid del diálogo es capaz de acusar al PP de fascista por no respetar los derechos de los demás, al tiempo que no escatima elogios (de un adulador realmente sonrojante) hacia ETA, Batasuna y el mundo nacionalista en general, que como es bien sabido son famosos, sobre todo ETA, por su escrupuloso respeto a los derechos ajenos. ¡Cómo está el clero!
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