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Copipastillas (6): Mañana a las 6 de la mañana salgo en autobús hacia Bilbao para manifestarme con el Foro de Ermua... Ya me parece ver una media sonrisa en algunos de los que siguen este blog al pensar: ya lo sabía yo, este Renault simpatiza con el Foro de Ermua, y por tanto con el PP, la AVT, la Cope, los obispos, etc. No voy a contestar a esa suposición, lo va hacer Félix de Azúa por mí (...)

No siempre coincido en lo que escribe este señor, ni siquiera considero acertado todo lo que dice en el artículo que aquí os traigo, pero me parece que ilustra de manera muy gráfica cómo nos sentimos muchos de los que nos llamamos independientes.

...Nadie es libre, nadie es soberano, por eso no te escuchan, sólo quieren saber si estás circuncidado. Les importa una higa lo que pienses (¡a quién se le ocurre pensar!), sólo quieren averiguar si comes cerdo o cordero.
A lo mejor dices que no te parece sensato negociar con los terroristas y ves cómo se demuda el rostro de tu interlocutor y le oyes balbucear: “Pero, pero… ¡eso es lo que predica el PP!”. Quiere decir: “¡Eso es lo que opina el archimandrita de la iglesia ortodoxa rusa, enemigo mortal de nosotros los coptos!”...

Podéis leer completo el artículo ¡Por el amor de Dios! en su blog. Y si quereis saber de verdad lo hay detrás de la manifestación del Foro de Ermua, leed lo que dice su portavoz Iñaki Ezquerra.

...Nuestro objetivo no es defender una patria esencialista como la de Arana para los vascos, sino una realidad tangible para el individuo, para todos los españoles como ciudadanos y sujetos de derecho que somos; la realidad garantizada por la Constitución del 78, que nos ha dado un progreso y una libertad sin precedentes. Nuestro objetivo no es hacer catastrofismo aunque tampoco -obviamente- optimismo oscurantista...

Encontraréis completo el artículo ¿Por qué "por la unidad de España"? en la página de la Fundación Para la Libertad. Y si os animais, aún podeis coger un autobús mañana.

Por otra parte os preguntaréis por qué encabezo otra vez esta copipastilla con una imagen de Unai Romano. No hace falta que lo diga, es porque soy el maldito obsesivo que muchos conocéis. He vuelto a descubrir cosas interesantes y os quiero mantener informados de mis progresos. Vamos con ello:

Haced click en la foto de arriba y observad que a Unai, al de verdad, no al del cartel, se le ven perfectamente dos lunares. Uno bajo la boca, y otro en su mejilla derecha, más o menos a la altura de la boca. Mirad de nuevo las fotos de Unai antes y después de ser supuestamente torturado. En la foto de antes se ven perfectamente ambos lunares, pero en la foto de después ¿dónde está el lunar de la mejilla? ¿Es ese pequeñísimo punto más oscuro que con mucha dificultad se puede ver más arriba de donde debería estar? ¿Es creíble que se vea claramente en el plano medio que encabeza esta entrada, y sin embargo sea imposible de distinguir en un primer plano?

Hay otros dos pequeños lunares en la mejilla derecha, más o menos a la altura de la nariz, que tampoco aparecen. Incluso parce haber uno en la frente asomando bajo un mechón de pelo, más o menos en línea con el nacimiento de su ceja derecha ¿lo veis? Pues en la otra foto no aparece, y debería estar más que visible, ya que la imagen muestra una porción mucho mayor de frente.

Es realmente curioso que ni un solo rasgo distintivo de Unai se pueda indentificar en esa parte de la fotografía que yo sostengo que no corresponde a su rostro. Todavía alguien dirá que es porque allí es donde le pagaron, y por eso es imposible reconocer nada en esa zona. Cada uno es libre de creer lo que quiera, pero recuerdo que según el propio Unai nunca le pegaron en la cara, sino en la parte de atrás de la cabeza y en la frente, nunca en la cara ni en los ojos, que en todo momento llevaba cubiertos por un antifaz.

Por cierto, aquí os traigo otra fotografía aportada por Unai para probar esos golpes en la cabeza. Miradla bien. Supongo que os dais cuenta de lo que quiero señalar. La misma camisa que en la foto de antes de ser detenido, el mismo corte y longuitud de pelo (fijaos en los pelillos que asoman en las orejas), el mismo fondo blanco, la misma luz. ¡Qué casualidad! Y no soy yo quien afirma que esa foto de frente es de antes de ser detenido, son ellos y podéis confirmarlo aquí. Es un revelador documento al que he llegado a través de un enlace en Gara, y como podéis comprobar se dice que la foto frontal es de antes de ser detenido, y la de la nuca es de seis meses después. Eso sí, tienen el detalle de recortar esta última foto para que no se vea que lleva la misma camisa. Interesante, ¿no? Además en ese informe hay montones de contradicciones en lo que se refiera a horas y hechos entre lo que dice quien haya escrito el artículo y el propio relato de Unai, que también se incluye. Si tenéis tiempo y ganas comprobadlo vosotros mismos.

En este mismo documento de denuncia se dice algo también muy esclarecedor. Al parecer fue un médico de la cárcel de Soto del Real el que hizo a Unai dos fotografías después de examinarle. Bueno, eso es lo que dice el autor del artículo, porque Unai dice que no sabe quién le hizo las fotos porque no podía ver, pero todo parece apuntar en su relato a que fue un guardia civil o un funcinario de prisiones, ya que al tiempo le tomaron las huellas, y desde luego en ese momento, según el mismo afirma, no le realizaron ningún examen médico. Todo muy riguroso y coherente, al estilo batasuno.

Pero lo importante para mí es esto. Se supone que una de esas dos fotos es la que yo sostengo que es un fraude, pero ¿y la otra? ¿dónde está? Síempre me había parecido raro que, si se quería dejar constancia del estado en que se encontraba una persona tras sufrir malos tratos, se le hubiera hecho una única fotografía. Qué menos que una de frente y otra de perfil, digo yo. Pero si los mismos que exhiben por activa y por pasiva una de esas imagenes afirman que se le tomaron dos fotografías ¿por qué será que esconden esa otra que dicen que existe y que sería una prueba contundente de que hubo tortura? A lo mejor es porque a pesar de lo que dicen no existe, y no existe porque es prácticamente imposible, o muy difícil al menos, manipular dos fotografías diferentes sin que se note demasiado. Estaréis de acuerdo conmigo en que en cualquier caso aquí hay gato encerrado, un gato del tamaño de un tigre de Bengala en mi opinión.

Desde ayer estoy intentando que alguien con capacidad para ello inicie una investigación seria sobre este asunto, una investigación con expertos en fotografía y anatomia, que aclare definitivamente si esa foto es o no un fraude. He tocado todos los hilos que conozco para despertar el interés de los medios de comunicación, y espero que aunque solo sea por la posibilidad de apuntarse un tanto se lo tomen en serio.

Sé que ésta es una apuesta arriesgada, puedo estar equivocado (alguna rara vez ha ocurrido) y pasado mañana puede aparecer esa otra foto y demostrar que no hay ningún truco. Asumo el riesgo. Si eso sucede rectificaré públicamente y pediré disculpas, lo cual no evitará que pierda la credibilidad que hasta ahora pueda haber conseguido.

Pero es que tengo la famosa certeza moral de que nos están engañando, y el miedo a hacer el ridículo no me va a parar. Estoy convencido también de que al mundo abertzale le importa muy poco si se tortura o no en nuestro país, lo que les interesa únicamente es desprestigiar nuestro estado de derecho. Y a mí sí me interesa si se tortura o no en España, y lo que hacen los abertzales presentando denuncias falsas es sembrar la duda sobre los posibles casos de torturas que, efectivamente, sean ciertos. Pero eso les da igual, como les da igual a las mujeres que presentan denuncias
falsas por violación el inmenso daño que hacen a esas otras mujeres que sí han sido violadas. Para ellas, y para los nacionalistas, lo importante es la venganza, el daño que puedan hacer a sus enemigos, nunca la verdad y la justicia.

Insisto en que si finalmente la foto resultara ser falsa, eso no demostraría que Unai Romano no sufriera malos tratos, y si resultara ser auténtica tampoco bastaría para probar que sí los sufrió. Pero es que aparte del tema de si hubo o no torturas, y al menos para los tribunales ha quedado claro que no, aparte de eso, digo, esa foto es la bandera que el mundo abertzale enarbola para denunciar al estado opresor y policial que es, según ellos, España. Y esa misma bandera la sostienen también grupos independientes de defensa de los derechos humanos de cuya honestidad e imparcialidad, o al menos de su seriedad, estoy empezando a dudar seriamente. ¿Cómo es posible que, al menos oficialmente, nadie haya encontrado sospechosas estas fotografías? Y desde luego en ese nadie incluyo a la prensa, a la policía, y a la justicia. O lo que es peor, ¿es que sí han visto lo que yo veo y han callado? ¿Será que estoy en lo cierto cuando pienso que soy más listo que ellos? No lo creo.

Esa fotografía, como digo, es una bandera en el mundo abertzale (o aberzale, según nueva grafía que os propongo) Y yo me siento como Vassili Zaitsev en Enemigo a las puertas. Estoy solo con mi fusil y disparo contra esa bandera porque para mí es un símbolo de la mentira y la calumnia. Sé que el tiro me puede salir por la culata, que hasta ahora sólo he conseguido agujerear
un poco esa bandera, y que los enemigos andan cerca, pero espero que tarde o temprano un disparo certero rompa el mástil que la sostiene y caiga para siempre.

Y si esto sucede, si por fin una investigación seria demuestra que esa bandera es un fraude... ay amigos, preaparaos porque me pienso colgar la medalla de esa victoria y no va a haber quien me aguante. Me pienso sentar, sin pedir permiso a nadie, en el olimpo de los héroes de la denuncia pública y la libertad de prensa, junto a Zola, Woodward y Bernstein. Voy a ser la envidia de Pedro J. ¡Qué ilusión!




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