domingo

Renault ha vuelto

Madrid 8 de enero de 2006

Saludos a todos y feliz año

Dicen que el nacionalismo se cura viajando, pero me temo que tan optimista sentencia es solo una verdad a medias. Esa idea, tan extendida últimamente, de que todos los males que afectan al hombre derivan de su propia ignorancia es algo que la realidad desmiente, un día tras otro, desde hace ya unos cuantos milenios. Pensar que la ciencia, la educación y la cultura en general nos inmunizan contra la maldad, o simplemente contra la estupidez, es propio de gentes "antropológicamente optimistas", y yo solo soy "sensatamente optimista" gracias a Dios (...)

Recuerdo que mi padre decía que los jerarcas nazis eran unos señores que por la mañana asesinaban unos cuantos miles de judíos y por la tarde escuchaban emocionados los Conciertos de Brandemburgo, así que se puede ser un criminal y un entusiasta de Bach al mismo tiempo, o viajar por los siete mares con la boina nacionalista calada hasta las orejas sin que nada altere nuestra íntima convicción de que como el propio terruño no hay nada. Así que vamos a dejarlo en que si el nacionalismo puede ser producto de la ignorancia en quien no ha viajado, en quien sí lo ha hecho sólo puede ser fruto de la estupidez, y la estupidez no se cura viajando.

Todo esto viene a cuento de que acabo de volver de un pequeño viaje por los Estados Unidos, con breve estancia en Nueva York incluida, y allí, en ese planeta en miniatura que es esa indescriptible ciudad, yo, que de nacionalista tengo bien poco, he sentido un poco de lastima de mí mismo por vivir en una ciudad y en un país tan provinciano como el nuestro. Y digo provinciano no porque Madrid y España en general sean poco cosmopolitas, que desgraciadamente lo son, sino porque visto desde la capital del mundo ese cáncer identitario que nos corroe parece más bien una enfermedad imaginaria que, contra toda lógica, se ha convertido en peligrosísima epidemia gracias a un grupo de paletos que no tienen mejor cosa que hacer que mirarse el ombligo.

Y si después de pasear unas horas por Nueva York aún quedaba en mi algo de ese mezquino nacionalista que siempre puede esconderse en nuestro interior, en el avión de vuelta el pobre sufrió tan brutal embestida que no creo que pueda levantar cabeza en años. Me explico: vuelo nocturno Nueva York - Madrid, mayoría de viajeros españoles, aunque también muchos extranjeros tanto norteamericanos como europeos, la primera película gentileza de Iberia es un pestiño americano llamado Proof, y la segunda, por aquello de hacer patria, una española: Ninette...

No quiero ni recordar la vergüenza que sentí mientras miraba de reojo a los extranjeros que contemplaban aquel despropósito de nuestro cine nacional. Afortunadamente mi miedo a los aviones parece haber remitido, porque si no estoy seguro de que hubiera empezado a fantasear con la posibilidad de que algún viajero, en un acto insensato para huir de semejante ladrillo, iba a abrir la puerta del avión para saltar al vacío, provocando con su locura la descompresión del aparato y un trágico final para todos nosotros. ¿Es que las compañías aéreas no tienen técnicos en seguridad que adviertan que estas cosas pueden pasar? ¿En qué manos estamos cuando subimos a un avión? No quiero ser cruel con nadie en particular, pero es que si la película americana era mala, la española era verdaderamente nefanda, con el agravante de que, según opina nuestra academia, es una de las tres mejores del año, pues fue preseleccionada para ir a los oscars. ¿A qué demonios vienen esas campañas publicitarias para que veamos cine español simplemente porque es español? ¿Quiénes nos hemos creído que somos para mirar al cine norteamericano por encima del hombro? ¿Cómo se atreven mis queridos compañeros de profesión, al menos una buena parte de ellos, a acusar al PP de partido nacionalista español, cuando ellos le dicen al público que tiene que ver películas españolas simplemente porque son españolas? Como digo, ese ridículo demonio nacionalista habita en los lugares más insospechados.

Y por cierto, hablando de mis colegas y para terminar de hacer amigos entre ellos, hace casi un mes que Albert Boadella y otros miembros de "Ciutadans de Catalunya" fueron objeto de la penúltima hazaña de los camisas pardas del nacionalismo catalán (si no sabéis de qué hablo leer esto) y que yo sepa ni uno solo de los colegas de este actor, autor y director teatral (y de cine) se ha solidarizado públicamente con él. Ya lo dijo Orson Welles cuando la caza de brujas, pero yo lo diré más claramente: la cobardía de la (o de buena parte de la) gente del espectáculo no tiene límites. Si alguno de vosotros tiene noticia de que alguien de ese mundo haya salido en defensa de Boadella que me lo haga saber y retiraré o matizaré con gusto esta acusación. A mí consta que hay excepciones, y tengo algunos amigos en ese ambiente que no son precisamente cobardes, pero ya sabéis que no me refiero a ellos, sino a esos otros que se apuntan a la foto tras la pancarta si salen favorecidos, pero que parece darles igual el que a un compañero le acosen, le insulten y le amenacen un día sí y otro también (la comparación con el "caso Medem" es sangrante). Me duele decir esto porque me guste o no son también mis compañeros de profesión, pero precisamente por eso no puedo callarme.

Pero bueno, en definitiva todo esto no tiene relación directa con el macroproceso que es la razón de existir de estas cartas. Antes de irme de vacaciones prometí intentar escribiros con las últimas novedades, y por supuesto cumplí mi promesa; es decir, que lo intenté... aunque no lo conseguí. Ahora mismo me encuentro algo falto de rodaje, así que voy a dejar para más adelante algunas cosas interesantes que quiero compartir con vosotros, y me limitaré por el momento a reseñar dos cuestiones importantes:

- Mañana lunes, a las 10 de la mañana, se reinician las sesiones, con el testimonio de Xabier Alegría, considerado por la acusación el enlace de ETA con la red de organizaciones satélites implicadas en el proceso, y para el que se pide la mayor pena del caso, 51 años. Parece ser que su declaración va a ser larga, un par de días o quizás más, y se supone que será una de las claves de toda la causa. Por ello se espera que los abertzales desplieguen todas sus fuerzas para acompañarle y darle ánimos al buen hombre, no vaya a ser que se desmaye ante las preguntas de su propio abogado defensor, que son las únicas que va a contestar. Por ello, si alguno de vosotros estaba en la idea de acudir al juicio alguna mañana de estas, le sugiero que si puede lo haga el lunes.

Por otra parte (....) he sabido que también los bravos defensores de las esencias hispanas, o sea, los abertzales de la ultraderecha que el otro día nos amenizaron con su presencia, volverán a aparecer por allí mañana. No sé si porque trabajan (cosa que dudo aunque se llaman a sí mismos trabajadores nacional sindicalistas), porque no les gusta madrugar (algo muy probable), o porque son tan tontos y vagos que no se han molestado en informarse bien (esta última hipótesis es la más plausible) están convocados para las 3:30 de la tarde, como la otra vez, aunque como digo el juicio se reanuda a las 10 de la mañana. Mejor para todos, habrá menos medios de comunicación y el que quiera acudir por la mañana no tendrá que toparse con ellos. En su convocatoria animan de manera bastante clara a montar follón, así que si alguien piensa acudir por la tarde está avisado. Yo personalmente iré por la mañana y me quedaré por la tarde porque no me da la gana de que me echen esos cretinos, porque quiero estar junto a mis nuevos amigos en los momentos delicados, y porque así podré ver lo que pasa y contároslo, que últimamente no vivo más que para vosotros.

- Como probablemente sabéis poco antes de la navidad se celebró en la Audiencia Nacional de la calle Génova el juicio contra uno de los asesinos de Fernando Buesa y su escolta Jorge Díez (me evito lo de "presunto asesino" porque ya ha sido condenado) . El caso es que la estudiante de derecho que mencioné en una de mis últimas cartas y que acude casi todos los días a la Casa de Campo (pronto os hablaré más de ella), estuvo presente también en este juicio y me contó algo que yo ya sospechaba. Al parecer a este juicio acudió bastante gente para apoyar a la justicia y a la familia, incluso hubo una representación del PSE-PSOE, dado que Buesa fue vicelehendakari y portavoz del grupo socialista en el parlamento autonómico, representación formada por Rosa Díez, Nicolás Redondo Terreros y Ramón Jauregui... (sin comentarios).

Pero a lo que iba, había bastante gente de un lado y del otro sólo había una decena de abertzales, y según me contó mi amiga ocurrió lo que ya pronosticaba: los diez amigos del asesino se mantuvieron todo el tiempo cabizbajos y juntitos como conejos asustados, y no se atrevieron ni a mirarles a la cara. Se dice mucho últimamente que cómo pudo España estar sometida durante casi cuarenta años por un tipo tan mediocre como Franco, pero a mi me parece igualmente increíble que nuestra democracia lleve cerca de treinta años en jaque por una pandilla de cobardes como son ETA y sus acólitos.

Por último hace algunos días me llegó un mensaje de uno de vosotros invitándome a solidarizarme activamente con Angulas Aguinaga, empresa que había sido víctima poco días antes de una bomba de ETA. Aplaudo la iniciativa y la secundo, y además os animo a que también os solidaricéis con otras empresas que igualmente han sufrido ataques similares en los últimos meses por no pagar el chantaje etarra. Concretamente me referiré a dos, ambas bodegas de Rioja (je, je... os lo pongo fácil ¿eh?) Una es Bodegas El Coto, con vinos como El Coto, Coto de Imaz o Casa Mayor (marca blanca de El Corte Inglés). La otra es Bodegas Rioja Alta, con una carta que incluye Viña Ardanza, Viña Arana, Viña Alberdi, Gran Reserva 904, Gran Reserva 890, orujo Viña Armenteira, o albariño Lagar de Cervera entre otros. Concretamente nosotros llevamos una botella de Viña Ardanza (no recuerdo la cosecha) a nuestros amigos americanos y os aseguro que era una auténtica maravilla. Por 15 euros más o menos os podéis dar un homenaje, quedar como reyes con algún amigo, y apoyar a gente que tiene el valor de no ceder ante el chantaje terrorista. ¿Qué más se puede pedir por 15 euros?

Pronto volveré con las crónicas del juicio. Hasta entonces un abrazo de

Renault
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