jueves

Más de lo mismo

Madrid 1 de diciembre de 2005

Instrucciones

1.- Si no has recibido recientemente un correo mío con el asunto S.O.S., abre el archivo adjunto con el mismo nombre y luego pasa al punto 2 (...)

2.- Si te molesta, te incomoda, te aburre, o simplemente no te interesa leer más correos míos sobre este asunto, házmelo saber y te borraré inmediatamente de la lista de destinatarios, que no de la lista de amigos. Lo digo sinceramente, no me molesta en absoluto que os "deis de baja" de este grupo al que no habéis solicitado pertenecer, y no tengo intención de dar la lata a nadie con cosas que no le importan. Ya he recibido un correo de una persona pidiéndome que no le envíe más mensajes de este tipo, y sigo teniéndola exactamente en la misma consideración que antes. Así que no lo dudéis, enviarme un mensaje y no hace falta que sigáis leyendo.

3.- He recibido varios mensajes de amigos haciéndome saber que han puesto en circulación el correo anterior, e incluso he recibido mensajes al respecto de personas que no conozco de nada. He de admitir que me ha encantado, y os animo a que lo distribuyáis tanto como podáis, que para eso lo escribí. Sin embargo me enterado de que eso que decía en él de que el fiscal tenía una hija enferma de seis años es mentira, la niña sólo tiene seis meses. Como soy el maldito obsesivo que todos conocéis he corregido este error (y no pocas faltas de ortografía) y os adjunto el texto retocado en un documento de Word. Había pensado llamarlo S.O.S. (La versión del director) o S.O.S. Redux, pero al final se va a quedar como está. En cualquier caso os sigo animando a que reenviéis esta versión corregida a quien consideréis oportuno. Dejo a vuestro libre albedrío el que citéis la procedencia o no, adjuntéis mi dirección o no, etc.

4.- Uno de vosotros me ha preguntado si hay manera de hacer llegar al fiscal y/o a la presidenta de la sala un mensaje de aliento y agradecimiento. La hay, aunque por razones evidentes es una forma indirecta. Podéis enviar estos mensajes a sugerencias@macrojuicio.com y de hecho os animo a hacerlo. Aunque os parezca increíble estas dos admirables personas apenas reciben muestras de apoyo. Concretamente me han contado que tras el juicio de Jarrai unos particulares invitaron a comer al fiscal y esa fue la primera vez, y una de las últimas, en las que alguien mostró su gratitud con él. Las personas que gestionarán el tráfico de esos correos me han pedido que indiquéis claramente en ellos si autorizáis o no que se haga público, si queréis que figure vuestro nombre completo, solo el de pila, un seudónimo o nada.

5.- Preparaos porque pienso seguir enviando mensajes de estos siempre que pueda y tenga algo que contar. Debe ser la crisis de los 40, y tal vez por eso, como no encuentro a una veinteañera con quien fugarme, de repente me han entrado unas ganas terribles de hacer algo bien en mi vida. Ya se que vosotros, como amigos, pensáis que hay cosas que no hago mal, que debería estar orgulloso de haber empezado a estas alturas de mi vida una carrera como pianista que sin duda me llevará lejos, o que el haber ocupado este año un lugar destacado en la lista que la revista Women´s Pleasure publica con los mejores amantes del planeta (muy por encima de El Fary, el otro español seleccionado) debería bastar para satisfacer mi vanidad. Pero no, yo quiero hacer algo realmente importante, algo por lo que me recuerden las futuras generaciones, algo que me haga merecedor de una estatua ecuestre en algún parque público.

Yo, como Martin Luther King (ya digo que mi vanidad no tiene límites) también tengo un sueño. Sueño con que unos cuantos ciudadanos de a pie, cada uno de su padre y de su madre (bueno, hay algunos hermanos, pero no nos pongamos quisquillosos), con total independencia de partidos políticos y organizaciones similares, nos movilicemos y nos hagamos presentes, aunque sea de forma modesta, en un asunto de tanta trascendencia política y moral como éste. Si conseguimos que nuestra voz llegue a los medios, que quienes están en primera línea de la lucha por la dignidad y la justicia no se sientan solos, si conseguimos que durante el proceso un día, un solo día, nos reunamos tantas personas en la sala de la audiencia como para que los euskohooligans tengan que quedarse fuera, y los encausados sientan por un momento que están atrapados entre los jueces que tienen frente a ellos y los ciudadanos que a su espalda les cierran el camino de huida, si logramos eso... bueno, tal vez no pase nada, pero nos quedaremos muy a gusto.

Haced un favor a mi hipertrofiado ego y quitarme en esta tarea tanto protagonismo como podáis. Esta movilización no puede funcionar de forma jerárquica, sino en red, como Al-Quaeda (del enemigo, el consejo) Tomad vuestras propias iniciativas o hacedme todas las sugerencias que queráis. A efectos prácticos os informo de que la próxima semana no habrá juicio, y que éste se reanudará el lunes 12 por la tarde, a las 4:30 creo. Para más información os remito a la página oficial de apoyo al macrojuicio, página con evidentes deficiencias, pero indudablemente meritoria dados los ínfimos medios con que está elaborada. Seguro que no les vendría nada mal la ayuda de algún experto, y hay muchos entre vosotros. Si os animáis hacédmelo saber, o si lo preferís contactar con ellos directamente.

6.- No quiero dramatizar, pero tampoco banalizar los riesgos que supone significarse en algo así. Sin ir más lejos está mañana estaba a la puerta de la audiencia esperando para entrar, y mientras hablaba con el señor del sombrero que ya mencioné en el anterior correo, he visto claramente cómo el fotógrafo de Gara, el único presente he de decir con tristeza, nos tomaba unas instantáneas. Como a la salida no se acercó a ofrecernos las fotos a modo de entrañable recuerdo, deduzco que a estas horas mi retrato estará en alguna mesa de la redacción de dicho periódico, o en algún sitio peor, en lugar de en la pared del dormitorio de alguna adolescente que es donde le corresponde. Algunos de vosotros vivís en el País Vasco, otros sois personas con cierta proyección pública, probablemente inmerecida, y solo a vosotros, como al resto, os corresponde evaluar los posibles riesgos y actuar en consecuencia.


Ahora paso a reseñaros lo mas destacado del día.

La vista ha continuado con la misma tónica: los acusados se niegan a responder al ministerio fiscal, aunque sí lo hacen a las preguntas de la defensa (los que aún no han pasado de primero de euskera incluso lo hacen en español). Es curioso como algunas de las pruebas obtenidas son tan incuestionables en lo material, que la defensa y los acusados tienen que desvirtuarlas con procedimientos realmente chuscos. Por ejemplo: a un encausado le habían requisado en su casa documentos, unos manuscritos y otros mecanografiados, en los que se explicitaba la estrategia conjunta que debían seguir ETA y las organizaciones sujetas a investigación (la famosa "Alternativa KAS"), documentos que se han leído y que no dejan lugar a ninguna clase de duda sobre quién maneja los hilos de todas esas organizaciones. El abogado de la defensa pregunta entonces al acusado si reconoce la letra del manuscrito como suya, cosa que el otro niega, y luego le pregunta que cómo llegaron esos documentos a su casa. El acusado, con dos cojones, se encoge de hombros y dice que no se lo explica, que tal vez eran papeles de su hijo que estudia periodismo y debía estar haciendo algún trabajo... No quiero ni imaginarme qué excusa le pondrá este individuo a su mujer si algún día ella le descubre manchas de carmín en el cuello de la camisa, cosa harto improbable.

En otro momento, siendo interrogado el responsable de finanzas de una de esas empresas, el abogado dice que en las cuentas de dicha sociedad hay varias salidas de dinero sin justificación contable, y le pregunta que cómo explica eso. El acusado, que debía haber oído a su compañero antes y no quería dejarle en mal lugar, va y suelta que es que tenía un amigo que de vez en cuando le pedía dinero. Yo, al oír aquello, mire al abogado para ver la cara de terror que sin duda iba a poner al oír esa respuesta. Pero que va, debía ser la respuesta pactada, porque no puso cara de nada especial y siguió con sus preguntas, ninguna de las cuales fue quién era ese amigo, o si alguna vez el gorrón había devuelto a la empresa el dinero que el administrador le prestó sin ser suyo. Increíble. Como algunos de vosotros sabéis soy tesorero de una pequeña asociación y espero de sus miembros igual comprensión conmigo si alguna vez falta dinero, que yo también tengo amigos pedigüeños.

Durante la sesión he salido un momento de la sala, y estando sólo en el vestíbulo donde echamos los pitillos, ha entrado desde la calle un aprendiz de gudari a quien tal vez se le habían pegado las sábanas. No debía de ser muy listo, porque nada más verme se ha acercado a mi y con media sonrisa me ha saludado. Yo, como siempre, me he portado como un caballero y le he dado los buenos días, mientras pensaba que cómo podía confundir a alguien de mi porte con uno de los suyos. El muchacho entonces me pregunta que si yo también he venido como público, y cuando le digo que sí, me dice que si conozco a Julen. Entonces soy yo el que sonriendo de medio lado le digo que lo siento, pero que es que yo he venido por parte del novio. Al pobre se le ha quedado tal cara de no entender de qué demonios le estaba hablando, que me ha dado pena y he rebajado un poco la sutileza de mi respuesta. A ver -he continuado- que yo vengo a apoyar al equipo local, no al visitante. Una luz se ha encendido en su cabeza y ha empezado a recular mirándome con cierto terror, como si estuviera viendo a un fantasma, o más probablemente a un loco, al tiempo que decía Vale... no pasa nada... ¿no? Y yo le he tranquilizado respondiendo No, no pasa nada, pero no conozco a Julen.

De todas formas lo mejor de la jornada, con mucho, ha sido lo sucedido a la hora de comer. Hoy no había sesión por la tarde, por lo que me ido junto a tres de las chicas de nuestro grupo a Madrid. Una vez allí, dos de ellas se han ido a casa y la otra, la que decía que viene de Bilbao, me ha propuesto que comiéramos juntos (vale... he sido yo el que lo ha propuesto). Primero nos hemos acercado a su hotel (juro que no hemos pasado de la recepción), hotel no casualmente situado junto a un edificio publico plagado de policías. Luego nos hemos ido a una casa de comidas. Allí, al llegar a la mesa que nos han asignado, ha ocurrido lo que me imaginaba: me ha quitado el sitio que me pillaba más a mano diciendo que lo sentía, pero que ella tenía que sentarse allí porque no puede hacerlo de espaldas a la puerta... Acojonante.

Durante la comida hemos hablado largo y tendido, sobre todo ella, de la situación en el País Vasco y en España, sobre sus propias experiencias personales y las de su marido, un escritor muy significado en la defensa de la libertad, etc. Yo estaba absolutamente fascinado con aquel personaje, pensando que realmente no merecía, y lo digo en serio, compartir mesa y mantel con alguien como ella. Por momentos me imaginaba como aquel periodista pardillo de Sin perdón, un pobre mortal hablando con alguien de estatura mítica, alguien de la misma pasta de la que están hechos los héroes griegos, y a quien, sin embargo, la historia no recordará. En otros momentos la imaginaba con una boina en la cabeza y una baguette bajo el brazo, cual aguerrida combatiente de "la résistance". Pero cuando hablaba con admiración de su marido, el auténtico héroe para ella, era cuando la imagen era más nítida. Estábamos en Casablanca, ella era Ilsa Lazlo hablando de su marido Víctor, y yo era... bueno, yo con parecerme un poco a Renault voy que chuto.

En fin, que decía unas cosas verdaderamente emocionantes y lúcidas. Para muestra un botón: Fíjate -me decía- en que la mayoría de los jóvenes borrokas no son hijos de gente que durante la dictadura se significara políticamente de manera pública, ni mucho menos que fueran perseguidos o encarcelados.¿Qué clase de padres son esos que de jóvenes fueron incapaces de dar mínimamente la cara, pero que sin embargo luego se dedican a inculcar el odio en sus hijos hasta que consiguen que estos arruinen sus propias vidas? Escalofriante y revelador. Propongo a los expertos en psicoanálisis, que también son unos cuantos entre vosotros, que le den una vuelta al asunto.

En fin, termino por hoy. No os asustéis, ni debo ni puedo mantener este ritmo de escritos. No se qué me ha pasado, tal vez sea hormonal, pero llevo dos días con una enorme verborrea, también llamada ataque verbal por alguno. Eso sí, a Dios pongo por testigo de que no estoy tomando nada más que mis habituales copitas de vino con las comidas. Por cierto que por el momento este asunto, al menos a mi, ya me ha servido para algo: para darme cuenta de la enorme cantidad de amigos que tengo. Espero que esto no me haga perder ninguno.

Salud camaradas.


Paco
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