martes

Copipastillas (18): Aunque no lo creáis llevo mucho tiempo mordiéndome la lengua para no decir lo que el cuerpo me pide que diga sobre el actual gobierno, el partido que lo sostiene, el grupo Prisa y en general sobre todo el establishment socialista. Pero hay días como el de hoy en el que eso se me hace muy, pero que muy difícil (...)

Creo que la gota que ha colmado el vaso ha sido ese cruce de declaraciones entre Otegi y Zapatero que anuncian el ayuntamiento contra natura –políticamente hablando- al que sin duda vamos a asistir próximamente. Hoy teníamos en todos los periódicos a Otegi por un lado diciendo que quiere seducir, y por el otro a Zapatero poniéndole ojitos pero intentando guardar las apariencias y proclamando que antes de pasar a mayores el batasuno tendrá al menos que invitarle a cenar. Por su parte El País y aledaños, lejos de escandalizarse ante semejante coyunda, se han dedicado a acompañar el romance con música de violines. Como muy acertadamente decía hoy Desencantado en el blog de Santiago González el problema no es lo que dice Otegi en La Vanguardia. El problema es lo que hace en La Retaguardia.

Pero como digo ésa sólo ha sido la última gota, la penúltima la puso Rodríguez Ibarra ayer en un mitin en el que tras decir que De Juana era un canalla, un cabrón, y que su vida era repugnante y asquerosa, le pidió al ministro de Interior que lo sacara de donde está y lo mandara a otro sitio (a su casa se entiende) para que no se muera, para que viva toda su vida sabiendo que es un criminal. El de Ibarra es un estilo diferente al de Zapatero, menos “damisela virtuosa” y más “yo soy un macho y digo tacos, a mí estas cosas no me van y tal”, pero ambos están accediendo a lo mismo. Por otra parte resulta patético ver a este señor mintiendo -quizás mintiéndose a sí mismo- con algo tan absurdo como que si soltamos a De Juana este va a vivir toda su vida sabiendo que es un criminal. De Juana hoy por hoy no cree que él sea un criminal, sino una víctima y un héroe, y como tal van a recibirle sus amigos cuando salga. ¿Cómo va a pensar ahora que es un criminal si nosotros mismos dejamos de tratarle como tal? ¿Cuándo vamos a darnos cuenta de que para ellos (en realidad para cualquiera) todas nuestras palabras carecen del menor valor, de la menor credibilidad, si no las acompañamos de actos, y que al acto supremo en un estado de derecho se le llama justicia?

Vamos con la antepenúltima gota. Podría ser ésta: el viernes, en el parlamento de Vitoria, el portavoz del Partido Socialista defendió que se mantuvieran las ayudas a los familiares de los presos de ETA y dijo que los asesinos también sufren. O quizás esta otra (lo cuenta otra vez con sus propias palabras JBE): La semana pasada se aprobó en el Parlamento Europeo un documento que trataba de la manera de afrontar el terrorismo. En él se mencionaba que las víctimas tenían que ser escuchadas y ser parte en cualquier proceso de derrota del terrorismo. El Grupo Socialista presentó una enmienda para sacar del texto esa alusión y ese papel de las víctimas. Se votó la enmienda y el Grupo Socialista perdió. Afortunadamente y contra el criterio socialista, las víctimas son ya en Europa un eje sobre el que pivota la lucha contra el terrorismo.

Y uno a estas alturas empieza a preguntarse ¿Cuánta gente coherente con sus principios hay en el PSOE, si es que la justicia y la libertad siguen estando entre esos principios? Cuento mentalmente y me salen seis, ocho nombres, no más. Uno de ellos es el concejal Nico Gutiérrez, de quien hoy se ha publicado esta nada ambigua carta. Otro es Rosa Díez, que también hoy en su blog explicaba lo mismo que yo -pero mucho mejor y de manera más documentada- en un artículo que acababa así:


Hemos traspasado la raya roja. Y me pregunto, con todo dolor y llena de incertidumbre, si quienes hasta ahora nos hemos limitado a denunciarlo -algunos pocos en público, muchos en privado- no podemos hace algo más que lo que hacemos para evitar esta degeneración, esta regresión moral y ética que se está produciendo. Me pregunto si no ha llegado ya la hora de que demos un paso adelante.


Yo por mi parte aún espero un milagro de la primavera, es decir, que algún otro socialista de un paso al frente y protagonice una sonada salida del armario. Lo necesitamos todos, y mas que nadie el propio PSOE, que dentro de algún tiempo se agarrará desesperadamente a esos seis u ocho nombres de los que antes hablaba para defender su honor.
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