martes

Un paso más hacia el desastre (y II)

Esto es lo que escribí la noche misma de la manifestación en el blog de Santiago González en respuesta a uno de los foreros que me pidió una crónica:

Lo primero que quiero decir es que escribo esto sin tener noticia alguna de lo que la radio, la prensa o la televisión hayan dicho porque quiero que mi relato esté incontaminado por lo otros hayan contado, es más, escribo este mensaje en un documento de Word que luego copipegaré para ni siquiera leer de pasada lo que se haya comentado en este blog. Supongo que en los medios de comunicación habrán aparecido cosas que nada tienen que ver con lo que yo voy a contar, pero esto es lo que yo he visto y eso no lo va cambiar nada (...)

Las dos personas que han acudido conmigo y yo, junto con dos amigas que nos hemos encontrado, hemos estado cerca de una hora en el carril central del paseo de Recoletos , frente a la Biblioteca Nacional, sin que en ese tiempo hayamos recorrido más de cien metros. Alrededor nuestro había montones de ciudadanos anónimos y solo un rostro conocido: José Bono. En todo el tiempo que hemos estado ahí ni se ha coreado ninguna consigna ni nadie ha gritado nada, excepción hecha de un estrafalario individuo con todo el aspecto de no andar muy bien de la cabeza que gritaba cosas, unas más disparatadas que otras, que nadie secundaba. La más loca de todas ha sido “ETA y PP la misma mierda es” pero no solo nadie se ha sumado a ese grito, sino que un señor que pasaba a mi lado ha dicho muy enfadado “¡Deja al PP en paz!”. En general he de decir que no solo no se gritaba, sino que la gente hablaba poco y de cosas que nada tenían que ver con la manifestación. La sensación era que así como en otras manifestaciones -probablemente en la mayoría- mucha gente piensa que el que tiene al lado coincide con él hasta en su color favorito, en esta nadie estaba muy seguro qué era lo que había traído al manifestante que había junto a él.

Al poco de empezar la marcha se han situado al lado nuestro media docena de miembros de la Falange Auténtica que llevaban una pequeña pancarta y algunos carteles también muy discretos. Para quien no sepa nada de ese grupo le recomiendo que viste su página web porque se va a llevar una sorpresa. Yo no sé mucho de ellos, salvo que reivindican a Hedilla y que Fernando Márquez “El Zurdo” (miembro de Kaka de Luxe y líder de La Mode) militaba en sus filas, y también que en esa página web de la que os hablo he leído artículos que cualquier demócrata firmaría, entre los cuales recuerdo especialmente uno sobre el tema de los cayucos que es de lo más humano que he leído sobre el asunto. Qué relación tienen con la ideología que todos creemos conocer es una incógnita para mí, pero el caso es que no es la primera vez que me los encuentro a mi lado porque ya sucedió lo mismo el año pasado en una concentración del Foro de Ermua en Bilbao. Estaban con gesto intranquilo, sobre todo uno de ellos que apenas se atrevía a mostrar el cartel que llevaba y en el que se veía una diminuta bandera de la Falange. Él notaba que yo les miraba y para evitar malentendidos me acerqué a ellos, les dije que tenía una cierta idea de quiénes eran y les felicité por el valor que demostraban al acudir a la manifestación con la que está cayendo. También oí a mi alrededor que algunas personas comentaban extrañadas que hubiera un grupo falangista, pero que yo sepa nadie les dijo nada.

Cuando nos entraron ganas de ver más mundo salimos del “mainstream” y por el bulevar caminamos hacia Cibeles. Que había mucha gente no hace falta decirlo, pero lo repetiré: había mucha gente. A ratos oíamos que desde el carril central se gritaba algo y nos acercábamos a ver qué era. Una de las veces coreaban “Contra ETA movilización”, otra “¿Dónde están los obispos?”, a lo que

mi mujer por lo bajini contestó “¿Se referirán a los vascos?” Vi algunas banderas españolas (pocas) también banderas republicanas (pocas) y ecuatorianas y de otros países latinoamericanos (muchas). Sin duda el cartel más exhibido era el “oficial” de la manifestación, aunque también había muchas gentes con la palabra “paz” escrita en rojo, alguna paloma de Picasso y bastantes pidiendo unidad. No obstante en Cibeles vi algo menos previsible como una pancarta de mediano tamaño pidiendo un referéndum para que los terroristas cumplieran cadena perpetua.

Seguir hacia la Plaza de la Independencia era casi imposible y además ninguno teníamos muchas ganas así que nos alejamos hacía Sol. Cuando subíamos por Alcalá nos cruzamos con Santiago Carrillo, a quien algunas personas saludaban y aplaudían. Otros pasábamos a su lado sin hacer ni una cosa ni otra. También me encontré con dos parejas de amigos –primero una y luego otra- que habían estado en la manifestación. Curiosamente los dos componentes masculinos de esas parejas me habían prestado apoyo técnico en mi blog, uno con el video de la Carlos III y el otro -que es profesional del retoque fotográfico- con el caso Unai Romano.

Esto es lo que he visto, y aquí va mi opinión: creo que la inmensa mayoría de los manifestantes habían acudido con la mejor de las intenciones, sin ningunas ganas de bronca, y más bien parecían hartos del clima que se vive en este país gracias a sus gobernantes, dirigentes políticos, e intelectuales y artistas orgánicos, sin olvidarnos de los muy sensatos y serenos medios de comunicación que tenemos. Por supuesto habrá excepciones que serán las que ocupen los lugares destacados en prensa radio y televisión. De lo que he visto y contado es difícil deducir que es lo que pensaba la mayoría de los manifestantes sobre lo que pasa en este país desde hace año y pico con el tema del terrorismo, ni si en realidad tenían una opinión definida y firme al respecto, pero tengo claro que ni de lejos todos los que hoy nos hemos manifestado apoyamos el proceso de negociación, ni ahora ni antes. Cuando se diga que sí lo hacíamos, cosa que ocurrirá muy pronto si no ha ocurrido ya, podré decir alto y claro: yo estuve allí y eso no es cierto.

Perdón por la extensión, pero para resúmenes simplificadores ya tenéis los de los titulares periodísticos.

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