domingo

Cautivos y desarmados

Madrid 30 de diciembre de 2006

Saludos a todos

Según escribo esto tengo la radio encendida para ver si dicen algo de esas dos personas desaparecidas en el atentado de esta mañana. Desde luego la diferencia entre que estén muertas bajo los cascotes o vivas allí o en cualquier otro sitio es enorme, sobre todo para ellos y sus familiares, pero la valoración de lo sucedido hoy no debería variar en ningún caso pues el hecho de que al final haya habido o no víctimas mortales solo habrá dependido de la casualidad (...)

A primera hora, cuando se decía que sólo había habido heridos leves, estuve escuchando una tertulia en la radio, Radio Nacional concretamente porque en esta casa siempre oímos y vemos las noticias de la radio y la televisión pública, gobierne quien gobierne, lo cual por otra parte nos hace merecedores de una medalla al mérito civil por lo menos. El caso es que lo que decían tanto la conductora del programa como los contertulios a propósito del atentado me ha parecido tan previsible como sintomático de la situación en la que está buena parte del país después de estos meses de “ansias infinitas de paz”. Todos los participantes, absolutamente todos aunque cada uno a su manera, han empleado sus intervenciones en manifestar su deseo de que esto no detenga el proceso de negociación (ellos lo han llamado proceso de paz) y en señalar como la máxima prioridad en este momento el que no se haga un uso partidista de lo sucedido. De los autores del atentado han dicho poco o nada porque se ve que no son importantes. Afortunadamente después ha habido un par de llamadas de oyentes que han puesto las cosas en su sitio diciéndoles a los tertulianos y a la presentadora que de qué demonios estaban hablando y que cómo se atrevían a minimizar lo ocurrido, lo cual me ha devuelto un poco la confianza en el género humano.

Éste es el resultado de la política de nuestro gobierno con respecto al terrorismo: por un lado ETA y sus apéndices no han cedido absolutamente en nada y han vuelto a los atentados con muertos ya sean virtuales o efectivos, y por otro lado buena parte de la sociedad lo único que es capaz de hacer ahora ante el ruido de las bombas es esconder la cabeza como las avestruces y disimular su pánico diciendo que la paz aún es posible. ¿Qué va a pasar si desgraciadamente se confirma que hoy ha habido víctimas mortales, o si dentro de un par de días ETA decide que lo que toca es pegarle un tiro en la nuca a cualquiera? ¿Vamos a salir todos a la calle como hace unos años señalando a los asesinos y a sus cómplices y pidiendo a las instituciones del estado que hagan caer todo el peso de la ley sobre ellos? Pues mucho me temo que no, porque gracias a las geniales ideas de nuestros gobernantes hoy ha quedado claro que ahora la sociedad está dividida entre quienes en cualquier caso cederían todo a los terroristas para evitar que les maten y quienes sólo están dispuestos a pagar un precio por la libertad y la justicia: el de su propia sangre. Enhorabuena, presidente, ha conseguido usted destruir la unidad social frente a ETA que tantos años y tantos muertos costó conseguir.

Y por otra parte: ¿Vamos a lanzar ahora todos los poderes del estado contra ETA y sus organizaciones satélites después de estos meses de relajo y cesiones? ¿Qué va a pasar por ejemplo con el Partido Comunista de las Tierras Vascas? Se hizo la vista gorda con ellos antes y después de las elecciones y se sigue haciendo hoy en día aunque todo el mundo sabe a quién representan, como dejó bien claro por ejemplo el portavoz del PSE en la cámara de Vitoria en un debate que escuché hace un mes, aunque cuando les conviene los propios socialistas dicen lo contrario. Pero claro, si dadas las circunstancias ahora se decide instar a la fiscalía a que investigue esa relación, los nacionalistas en pleno van a decir que la justicia actúa por impulsos políticos, y tendrán razón. ¿Y con las comparecencias y manifestaciones de Batasuna, qué va a ocurrir? Son ilegales, como todo el mundo sabe, y hace no mucho la justicia intentaba impedirlas, pero de un tiempo a esta parte muchas de ellas se celebran sin ningún problema. Esta mañana he oído a los locutores de la radio (Radio Nacional, insisto) e incluso al señor Rubalcaba referirse sin titubear a las previsibles declaraciones de Batasuna sobre el atentado de hoy. No sé, igual mañana don Alfredo dice que esa comparecencia de Batasuna que se esperaba y que de hecho se ha producido ya se sabía que era ilegal, pero que qué podía hacer él que solo es ministro de interior, y que a partir de ahora a lo mejor se le ocurre algo.

Mención aparte merece lo sucedido las últimas semanas con el caso Egunkaria. Para el que no lo sepa diré que hace tres años la fiscalía ordenó el cierre de ese diario y el procesamiento de sus responsables por su presunta vinculación con ETA, pero hace unos días el ministerio público ha cambiado de opinión, ha dicho que en realidad no hay indicios suficientes de delito y ha solicitado el sobreseimiento de la causa. Lógicamente a nuestro viejo conocido I.I. le ha faltado tiempo para decir que si no hay indicios suficientes en Egunkaria tampoco los hay en el 18/98, Batasuna, Herrikotabernas, etc y que todas esas causas también deberían ser sobreseídas. ¿Va a volver a cambiar de opinión la fiscalía o va a decir que bueno, que los de Egunkaria que se vayan a casa, pero los otros no han tenido suerte y hay que procesarlos?

Si queréis saber un poco más de lo que significa la actitud del fiscal en el caso Egunkaria os recomiendo este interesante editorial de ABC sobre el asunto, pero la parte más curiosa del tema es que si al final se continúa con este caso va a ser porque la Asociación Dignidad y Justicia está personada y ellos desde luego no van a pedir el sobreseimiento. También esta personada la Asociación de Víctimas del Terrorismo, pero de lo que van a hacer no tengo constancia y sí informaciones indirectas que apuntan a que probablemente no hagan gran cosa. Es decir, que si al final se hace justicia con los responsables de Egunkaria va a ser gracias a la labor de media docena de ciudadanos como vosotros y como yo, pero mejores. Acojonante. Yo soy bastante partidario de lo público, y no solo en la radio y la televisión, también en el transporte, la medicina y algunas otras cosas, qué decir de la justicia. Entiendo que haya gente que no piense como yo, sobre todo entre los “neocons” o como quieran llamarse, pero que un gobierno socialista deje en manos privadas la iniciativa para llevar ante los tribunales a los terroristas es algo que rompe todos mis esquemas. ¿Será que en el fondo éste es un gobierno ultraliberal?

Pero bueno, tal vez esté yendo demasiado rápido y a pesar de lo que ha dicho hace unas horas el presidente, el proceso de negociación va a seguir adelante y este gobierno no tiene aún la intención de reemprender la lucha contra ETA. A lo mejor no hay ningún cadáver debajo de los escombros -¡ojalá!- y todo queda en un susto que se olvidará en unas semanas. Y aun poniéndonos en el caso de que hoy ETA haya matado otra vez a alguien, o lo haga mañana, estas muertes para algunos quizás no sean razones suficientes para cerrar definitivamente la puerta a una salida negociada. ¿Por qué habrían de serlo si tras las 850 anteriores seguimos manteniéndola abierta? Esto los terroristas lo saben perfectamente, saben que aunque ahora vuelvan a matar a una, dos, o veinte personas, dentro de no mucho habrá alguien que hable de nuevo de negociar para alcanzar la paz, y con mala suerte ese alguien dirá eso desde la presidencia del gobierno. Desde esa perspectiva ¿por qué los terroristas no van a matar a unos cuantos más para ablandar a los que aún dudan de las ventajas del diálogo si al fin y al cabo son ellos, los propios asesinos, los que tienen las llaves de la cárcel?

Parece que esto no tiene salida. Bueno, a mí se me ocurre una aunque es tan disparatada que hasta me da miedo contarla, pero ahí va. El plan podría llamarse “El que la hace la paga” o “La ley está para cumplirse” y es muy sencillo. Consiste simplemente en cumplir y hacer cumplir la ley, siempre, en cualquier circunstancia, y a todos. Y en hacerles llegar a los terroristas y a sus cómplices (y de paso a los maltratadores, los violadores, los concejales corruptos, etc) el siguiente mensaje: a efectos legales da igual que declaréis una tregua o que abandonéis las armas, da igual que os arrepintáis, que pidáis perdón o que hagáis huelgas de hambre . Seréis perseguidos sin descanso por todos y cada uno de vuestros crímenes y permaneceréis en la cárcel hasta el último día de la condena que se os imponga, condena que será proporcional al número de vuestros crímenes. No sé, igual si llegan a creerse que vamos en serio algunos de ellos se lo piensan antes de matar de nuevo o de colaborar de algún modo con quienes matan. De hecho algo parecido es lo que se hizo con el pacto antiterrorista y -oh casualidad-, desde entonces la criminalidad etarra descendió vertiginosamente, pero a alguien le pareció que no era suficiente y traicionó el pacto porque no saciaba sus infinitas ansias de paz. Y es cierto, ni aún así se puede garantizar que ETA no vuelva a matar, pero sí que si lo hace se hará justicia. Tampoco el endurecimiento de las penas garantiza que ningún hombre celoso vuelva a matar a su mujer, máxime cuando muchos de esos asesinos se suicidan después de cometer su crimen, pero a todo el mundo le pareció en su momento una idea estupenda.

En fin, que con la que se avecina y nosotros cautivos de la cobardía y la estupidez, y con armas de la ley oxidadas y sin munición. Que Dios nos coja confesados.

Un abrazo

Renault

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