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Otras voces (8): Debido a mi enciclopédica ignorancia en temas judiciales –nunca suficientemente confesada- os dije hace casi un mes que el 18/98 estaba a punto de acabar porque el fiscal ya había leído su escrito de conclusiones definitivas y las defensas estaban a punto de hacerlo. Craso error: a esa fase de lectura de las conclusiones por cada parte le sigue otra de informe sobre las mismas también por ambas partes. En un juicio de proporciones normales ambas fases prácticamente se confunden para el observador no especializado, de ahí mi error de no distinguir una cosa de otra (...)

Ya os contaré con detalle el asunto, pero mientras el 18/98 termina –y parece que lo hará por fin esta semana- os traigo un texto que apareció el pasado día 5 en el blog de Rosa Díez y que no merece caer en el olvido. Su autor responde al sobrenombre de Kepa Sada, y aunque nunca le he visto y ni siquiera sé su verdadero nombre, llevo mucho tiempo leyendo los mensajes que deja en blogs y foros diversos y puedo afirmar que es un miembro de Basta Ya, que tiene un envidiable sentido del humor, que es todo un caballero y que su paciencia es casi infinita.

En su mensaje Kepa nos hace la crónica de una concentración que tuvo lugar en San Sebastián tras la muerte de un ciudadano de 79 años que falleció ese mismo día, dos meses después de inhalar el humo provocado por un acto de violencia callejera en su casa de Arrasate que agravó los problemas cardiorrespiratorios que sufría.

Como veréis dar la cara en el País Vasco se paga de muchas formas, a veces incluso con dinero.


162] Kepa Sada | 05.03.07 10:13 pm
CRONIQUILLA DEL DÍA

Ambrosio Fernández Prieto, nueva víctima del terrorismo etarra, fallecido hoy.

Por la cosa de la costumbre, algunos hemos hecho acto de presencia en la Plaza de Guipúzcoa de San Sebastián, lugar habitual para las concentraciones silenciosas tras una muerte de ese tipo.

¡Sorpresa! ¡Había gente! No tanta como en pretéritos tiempos, pero gente, al fin y al cabo. Unos cuarenta, más o menos (contando escoltas y medios). Un exitazo. A great success, by Jove!

También estaba una dotación de Ertzainas... sí; esa policía autonómica que vela por la seguridad de los vascos.

En el reloj de la Diputación Foral dan las ocho. Se despliega una pancarta. ¡Una pancarta! Un lujo. El lema, "ETA NO".

Algunas caras conocidas. Departimos un ratito con Pilar Ruiz, vemos llegar a María San Gil y... Bueno, rostros muy conocidos. Llevamos muchos años viéndonos en estas circunstancias. Hay vínculos ya creados, que duda cabe... aunque también vemos algunas desvinculaciones que a algunos nos siguen doliendo, pero es el signo de los tiempos.

El caso es que comenzamos con el cuarto de hora de silencio de estos actos, cuando se acerca un ertzaina a uno de los portadores de la pancarta, el concejal del PP, Javier Urbistondo.

Resulta que, como el otro día ante el Ayuntamiento, no tenemos derecho a estar allí ya que no ha sido solicitada la preceptiva autorización con veinticuatro horas de antelación.

Estupor general, recogido por las cámaras de la televisiones.

En ocasiones pretéritas creo recordar que algunos permisos sí que se habían pedido, pero la mayor parte de las veces, no. Ocurría un asesinato de ETA (como el de hoy, que a nadie le quepa duda) y nos concentrábamos, a veces al día siguiente si la noticia nos pillaba tarde, pero otras veces el mismo día, si la mala nueva se producía pronto, como ha sido el caso de hoy.

Como el señor Fernández Prieto no ha tenido el detalle, ayer, de decirnos que se moría hoy, pues no hemos podido ser muy estrictos en el cumplimiento de nuestros deberes.

Naturalmente, el gallinero se ha revuelto un poco. Hasta los más tullidos nos hemos acercado a ver qué se les ofrecía a los miembros de la autoridad competente (militar, por supuesto) y, claro, la pequeña movilización se clavó en una paradójica inmovilidad.

"Es que el lema es una provocación, claro", dijo un chusco de entre los nuestros. Urbistondo ha pedido silencio, con toda la razón, porque el tiempo de concentración no se había cumplido, así que mutismo total, aunque un poco más hosco, todo hay que decirlo.

A punto de cumplirse el plazo, de nuevo vuelve a acercarse el buen policía (algunos de sus compañeros estaban con los verduguillos puestos; no sé, les daremos miedo, o qué), rodeado de cámaras, flashes, focos.

Le ha dicho a Urbistondo, muy severo, que no habíamos hecho ni puto caso omiso a su orden y que iba a abrirnos diligencias. He estado tentado de decirle que preferiríamos limusinas, pero mi Santa, que me ha leído el pensamiento y es mucho más sensata que yo, me ha hecho un gesto amenazador muy disuasorio. El caso es que nos sale la manifa (bueno, la manifilla...) por unos 301 Euros de multa. Una ganga (aunque lo del "pico" del Euro me parece como que va de coña, pero el capítulo de sanciones administrativas no es lo mío). Tuvimos un amago de colecta y de entrega de carnets, pero el amigo Urbis, que dió el suyo, pareció satisfacer a la autoridad.

Terminó el tiempo, surgieron los aplausos de rigor, unos grititos de "¡LIBERTAD!" (plas-plas-plas), yo pregunté en voz alta: "¿Qué se debe?", esquivé la patada de mi Santa y nada, breves comentarios en corrillitos de tres o cuatro, mala leche generalizada y cada mochuelo a su olivo... no sin antes haber recibido de una vieja amiga, otra vez, alguna inconveniencia que nos ha vuelto a secar la boca a algunos pringaos que aún estamos por viejas labores, como siempre, para siempre.

Al volver para casita, rebasamos a un grupo de unos seis o siete ertzainas que estaban haciendo unas risas, lo que autoriza a suponer que se estaban contando chistes.

He sentido un fortísimo impulso de acercarme para decirles, respetuosamente: "Perdonen, agentes... ¿Puedo hacerles una pregunta?" como los servidores públicos ma habrían dado su consentimiento, sin duda alguna, habría continuado: "¿Podrían decirme si lo que les hace tanta gracia somos los que hemos estado ahí tras la pancarta? Es pura curiosidad..."

Esta vez no me ha hecho falta mi Santa, para recapacitar. Resulta que me había dejado la documentación en casa y lo de volver a visitar comisarías, como que he ido perdiendo afición, con los años. Si hace falta ir se va, ¿Eh? Lo que manden los señoritos...

Así que ya veis, amigos. Me río yo de Lutero y de su proclama clavada en la puerta de la iglesia de Wittemberg. Si lo hiciese hoy, en Donostia, le empapelan con su 95 tesis y, a 301 Euros por cada, le saldría, mmmm, ¿A ver...? ¡Jooooder! (Perdón, Blogmaster) ¡¡28.595 Eurípides del ala!! ¡¡Casi cinco kilos de las antiguas pelas!!

La protesta se está poniendo carísima, en el País Vasco. Ya podemos ir pidiendo créditos.

Otra alternativa es pedir a ETA que nos informe con antelación de alguna de sus "ekintzas" mortales, así tendríamos alguna facilidad extra que no nos vendría mal, para los tiempos que corren.
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