jueves

Copipastillas (19): Nos tratan como si fuéramos idiotas, como si además de tener nuestra capacidad de razonar seriamente disminuida tampoco dispusiéramos de una memoria que alcanzara más allá de las últimas cuarenta y ocho horas. Y se equivocan porque aparte de tener nuestras facultades mentales en perfecto estado de revista, también tenemos acceso a las hemerotecas (...)

El otro día el expresidente González dijo con respecto a De Juana que él habría hecho lo mismo que Rodríguez Zapatero. Es posible que él ahora hubiera hecho lo mismo, pero de lo que no cabe duda es de que cuando era presidente del Gobierno y tuvo que enfrentarse a una situación parecida hizo exactamente lo contrario. En el año 90 unos miembros del GRAPO que estaban encarcelados comenzaron una huelga de hambre, y aunque las informaciones que he encontrado al respecto son contradictorias en algún punto, en lo que sí coinciden todas es en que al menos uno de ellos llevó su protesta hasta el final y murió. Tampoco hay controversia acerca de que la firmeza del Gobierno de Felipe González no sólo costó esa vida, sino también la de un médico que colaboró en la alimentación forzosa de los presos y que por ello fue asesinado por sus compañeros en libertad. Por cierto que la persona que aparece en la fotografía es desde luego uno de esos miembros del GRAPO, pero según he leído en varios sitios ese hombre no murió, sino que salió de la cárcel tres años después, una vez cumplida su condena (compárese esta fotografía con la del agonizante De Juana en el Times).

Pero seamos benévolos e interpretemos que el expresidente quería decir que ahora él haría lo mismo que ha hecho Zapatero, aunque en su día hizo lo contrario. Seamos más benévolos aún y aceptemos que González ahora no repetiría algunas otras cosas que en su día hizo cuando tenía la responsabilidad de defender el Estado de Derecho frente a ETA. Lo que no puede verse más que como una tomadura de pelo, por muy benevolentes que seamos, es lo de Rodríguez Ibarra. No hace ni diez días escribí lo siguiente:

"...Pero como digo ésa sólo ha sido la última gota, la penúltima la puso Rodríguez Ibarra ayer en un mitin en el que tras decir que De Juana era un canalla, un cabrón, y que su vida era repugnante y asquerosa, le pidió al ministro de Interior que lo sacara de donde está y lo mandara a otro sitio (a su casa se entiende) para que no se muera, para que viva toda su vida sabiendo que es un criminal..."


Hoy la noticia publicada en todos los medios, incluidos los más próximos al Gobierno, es: Ibarra dice que, con sus declaraciones, intentó influir en el Gobierno para que le dejara morir.

Según se recoge en esa información el presidente extremeño intenta explicar esa contradicción –por supuesto solo aparente- diciendo que una vez que el Ejecutivo decidió aplicar la prisión atenuada se plegó a las decisiones del Gobierno como hizo con el Ejecutivo Aznar.

Me lo explique: Cuando le dijo públicamente al ministro de Interior que sacara al asesino de donde estaba y que no le dejara morir ¿estaba tomada ya la decisión de otorgar prisión atenuada y por tanto él ya se había plegado a la misma? Si es así, ¿por qué piensa que el ministro necesitaba que usted le aconsejara que hiciera lo que él ya había decidido hacer? ¿Aceptamos por "plegarse" a la decisión de otros el conminar públicamente a esos otros a tomar una decisión que es contraria a la que nosotros tomaríamos? Alguien debería denunciar al señor Ibarra por dar a entender que los extremeños y en general todos los españoles somos idiotas.

Pero bueno, como yo no lo creo os recomiendo un artículo sobre el asunto De Juana que cualquier persona con una inteligencia media puede leer sin sentir que le están tomando el pelo.


De Juana, caso único

Santiago González


El caso De Juana tiene dos rasgos que lo caracterizan frente a otras excarcelaciones de terroristas presos, que lo hacen único:


1.-Su pase al segundo grado carcelario se produce por una voluntad política del presidente del Gobierno.


2.-El aludido, José Ignacio de Juana Chaos, es el primer terrorista que consigue sus propósitos mediante un chantaje al Estado.


Todo lo demás es charlatanería, o, por usar la definición de Harry G. Frankfurt, 'bullshit', que en inglés quiere decir casi literalmente 'caca de la vaca', expresión que también en castellano es sinónima de parla vacua y sin fundamento.




El resto en el blog de S.G.


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